Con motivo del fallecimiento del papa Francisco, vuelve a cobrar relevancia un emotivo momento vivido por este medio en septiembre de 2017, cuando un ejemplar de El Periódico llegó a manos del Sumo Pontífice, gracias a una iniciativa del arquitecto Rafael Macchieraldo, quien también falleció en diciembre pasado.

En aquel entonces, Macchieraldo fue recibido por el papa durante una audiencia en el Vaticano, en el marco de un viaje por Europa. Allí le entregó personalmente el suplemento especial publicado por este medio en agosto de ese año, con motivo del 125º aniversario de la parroquia San Francisco de Asís, actual Iglesia Catedral de San Francisco.

El obsequio fue impulsado por el propio arquitecto, quien participó en la construcción de la Catedral, tanto en su primera como en su segunda etapa, que comprendió el levantamiento de muros y del frente del templo.

El encuentro

El encuentro tuvo lugar el miércoles 27 de septiembre de 2017. “Pedimos la fecha a través de Internet. El 22 de agosto ya teníamos confirmada la fecha de la visita”, relató en su momento Macchieraldo.

Tal como relató a este medio, “Francisco pasa saludando a la gente. Hay a quienes simplemente los saluda y sigue viaje; y otros casos en los que se queda un rato más”.

“Con nosotros fue así porque le entregamos los recortes de los artículos de El Periódico. También le acercamos una poesía escrita por mi señora que se llama ‘Recen por mí’, la cual se la hizo hace mucho tiempo. Y un escrito que mi señora había hecho antes de casarse, dedicada a la Inmaculada Concepción, porque ella era interna del colegio Inmaculada Concepción”, reveló.

Un gesto simbólico

Los motivos de la entrega del suplemento al papa Francisco fueron varios. Según explicó Macchieraldo, uno de ellos fue que se trataba del primer pontífice en adoptar ese nombre. “Estamos hablando de dos mil años aproximadamente que hay papas y él fue el primero, nadie se llamó Francisco. El nombre, por San Francisco de Asís, es muy representativo para la Iglesia católica porque él realmente reformó la Iglesia en su época, por su símbolo de la pobreza y demás cosas”.

Además, destacó la singularidad de que la Catedral de San Francisco, a la que estaba dedicado el suplemento, lleve el nombre del santo. “No deben haber muchas. Incluso iglesias dedicadas a San Francisco debe haber muchas, pero Catedrales no deben haber tantas, por eso me pareció que era un símbolo entregarle la Catedral de San Francisco. Tenía un sentido especial”, concluyó.