“Siempre viene el chiste malo de que ahora ‘me voy a vestir de mujer para conseguir un trabajo’. Esas son cuestiones de un machismo o patriarcado que nos atraviesa como sociedad. Por eso los invito a todos a que hagan una mirada a su alrededor y que tomen notas con cuántas personas trans trabajan o con cuántas han trabajado alguna vez en su vida. El resultado en todas partes va a ser el mismo, ninguna, porque nunca tuvimos la posibilidad de tener un empleo formal”, sentencia Araceli Acosta, de 36 años, la única mujer trans de San Francisco que cuenta con un empleo formal en una institución privada desde hace un año y cuatro meses.

La charla con El Periódico Radio FM 97.1, se dio luego de que el cupo laboral para la población trans, travesti y transgénero se convirtiera en ley dado que fue aprobada por el Senado de la Nación la semana pasada.

De esta forma, la "Ley de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero 'Diana Sacayán - Lohana Berkins'" establece que deberá destinarse al menos un 1% de las vacantes de la administración pública (el Estado) a personas travestis, trans y transgénero.

“Era una deuda que tenía el Estado para la comunidad, que ha sido siempre rezagada de los espacios y no solamente del trabajo, también de la educación. Por eso es un paso grande que se ha dado con la lucha de las compañeras para tener una Argentina un poco más igualitaria”, consideró la integrante del Colectivo Trans Inclusivo de San Francisco.

El Centro Trans San Francisco espera que el Municipio también adhiera a la ley de cupo laboral

Además expresó que “la sociedad debería entender cuál es la problemática y porqué se hacen este tipo de leyes tan necesarias para un colectivo minoristas que necesita insertarse socialmente, no solamente por el acceso al trabajo, sino por lo que conlleva como tener un aporte jubilatorio, una cobertura médica, que la comunidad trans nunca tuvo acceso por estar marginalizada. Tenían como único medio de subsistencia la prostitución que no está regularizada”.

Pero al mismo tiempo reconoció que no tiene dudas que queda mucho por hacer. “Hay que cambiar un poco las cabezas, pese a que hemos tenido una conquista de leyes como la Ley de Identidad de Género, el Matrimonio Igualitario y ahora una Ley de Cupo Laboral que nos va a permitir insertarnos en el campo laboral”, dijo Araceli, remarcando que la gente mayor sobre todo es la que tiene todavía la mirada cerrada ante las cuestiones de género.

En este sentido aclaró que no se está pidiendo que se emplee sí o sí a cualquier persona trans que se cruce por el camino. “La ley cuenta tiene diferentes artículos donde indica que hay que hacer un registro y luego citar al registro para ver el puesto de trabajo que hay que cubrir y quién tiene la capacidad de hacerlo. También invita a que si hay alguien que no tiene la capacidad de hacerlo que se lo capacite para poder llevarlo a cabo”, especificó Araceli.

¿Qué pasa en San Francisco?

Desde el Centro Trans calculan que en San Francisco hay aproximadamente unas 50 personas trans. El centro lo integran cerca de 15. “Las más jóvenes son las que menos registros tenemos”, aclaró.

En la ciudad la única mujer trans que cuenta con un empleo formal en una institución es Araceli, quien se desempeña como administrativa en el Colegio de Profesionales en Servicio Social de la Provincia de Córdoba (CPSSPC), delegación San Francisco. “Hago la tarea de administración desde hace un año y un mes”, comentó muy orgullosa.

Además sostuvo que también hay otra mujer trans que cuenta con empleo formal en el Municipalidad. Se trata de Débora Andino quien trabaja en el Municipalidad desde hace 20 años. “En su momento entró en el plan de jefas y jefes en una cuadrilla en un barrio donde nadie quería hacer el barrido. Ella entró en su momento con documento masculino, porque no estaba la Ley de Identidad de Género. Y con el tiempo se ganó su lugar”, explicó.

“El resto de mis compañeras en su mayoría sigue ejerciendo la prostitución como único medio de subsistencia”, se lamentó Acosta.

Por otro lado, cuestionó que a nivel municipal no existe normativa que establezca la incorporación de un cupo laboral trans. 

“Desde que arrancamos en 2018 realizamos invitaciones con cartas para que las autoridades conozcan al grupo, y plantear las problemáticas que atraviesa la comunidad trans pero no tuvimos respuesta. Creo que no hay interés político de nuestra ciudad para que se incorpore a esta minoría”, sostuvo.

“Vamos a esperar que pasen unos tres meses y se afirme la ley de cupo laboral, y luego buscaremos la forma más correcta para tomar contacto con los gobernantes de nuestra ciudad y avanzar con que se cumpla la ley de cupo laboral. Queremos demostrar que hay compañeras preparadas para desempeñarse en distintos puestos”, remarcó.

“Considero que no debería ser necesaria una ley para la ciudad, sino directamente abrir un registro. Hay una cuestión de tabú y prejuicios que se tiene en esta ciudad un tanto conservadora”, expresó Araceli.

En este marco, opinó: “Lo ideal es que si una persona trans aparece en la búsqueda de un puesto laboral y tiene la capacidad de llevarlo a cabo, que la empleen porque no podemos seguir con la mirada sexual o genital. Nadie piensa en que somos personas, tenemos sueños, tenemos familia y la vida común como el resto”.

“Si estamos sumergidas en la prostitución o marginalidad es porque la misma sociedad nos empujó porque nunca nos permitió desempeñarnos en otro lugar”, enfatizó.

Pedido de reparación histórica

La otra lucha que lleva adelante el Centro Trans Inclusivo de San Francisco es el pedido de una reparación histórica para las mujeres trans mayores que ya no tienen posibilidades de encontrar un trabajo. “Son las que más padecieron la persecución policial, maltrato y discriminación”, manifestó Araceli.

Pero reconoció que con la Ley de Identidad de Género y la Ley de Cupo Laboral “ahora el desafío está en la comunidad trans para empezar a ocupar espacios como el de la educación e insertar programas para tener una actividad común como cualquier ser humano”.

El consultorio es un éxito

En noviembre de 2019 se inauguró en el Hospital J. B. Iturraspe de San Francisco un consultorio inclusivo que brinda una atención adecuada a la salud de las personas transgénero y del colectivo LGBTQ+.

Sobre este logro conseguido por el colectivo, Araceli Acosta, dijo: “Fue un avance muy grande, fue el propósito desde un comienzo de la lucha en 2018”.

“Es algo fabuloso porque en otro momento esquivábamos la atención en salud primero por los maltratos de algunos médicos, esto nos alejaba del sistema de salud. Además de la automedicación para tener los cuerpos que una anhela con su identidad”, destacó.