La bióloga María Belén Vignola, docente de UTN San Francisco e investigadora de Conicet, realizó días atrás una estancia académica en la Universidad de Verona (Italia), como parte de un programa de internacionalización. 

Se combinaron actividades de docencia e investigación, bajo la dirección de la especialista italiana Bárbara Simonato, referente en el área de alimentos funcionales.

La joven es doctora en Ciencias Agropecuarias, investigadora asistente de CONICET, y ejerce la la docencia en UTN, también realizó su posdoctorado con el grupo Inprosus, y se desempeña en el Laboratorio de Suelos.

La experiencia desarrollada en Italia estuvo estrechamente vinculada con su línea de trabajo, centrada en el desarrollo de alimentos funcionales -particularmente panes y pastas- enriquecidos con subproductos agroindustriales, dentro de un enfoque de economía circular.

Un vínculo forjado en el tiempo

La profesional sanfrancisqueña emprendió su camino hacia esta experiencia internacional años atrás. “Durante mi tesis doctoral y en mis publicaciones científicas, siempre citaba a la profesora Bárbara Simonato. Le escribí para conocer su laboratorio, y aunque en ese momento la beca no salió, ella me respondió y seguimos en contacto”, relató Vignola.

En 2024, Simonato le avisó sobre una nueva convocatoria que incluía actividades de investigación y docencia: “Me postulé en agosto del año pasado y en noviembre me confirmaron que había sido seleccionada. Fue un gran desafío porque tuve que preparar clases, estudiar el idioma y dejar a mis hijos durante un mes”.

La beca comprendió una contraprestación académica: “Debía dictar nueve horas de clase a estudiantes del programa Smart Agri-Food y dedicar el resto del tiempo a investigar”, explicó. Dado que los estudiantes eran oriundos de distintos países, las clases fueron en inglés y para desenvolverse cotidianamente, también tomó cursos intensivos de italiano.

En paralelo, se sumó a un proyecto para incorporar subproductos vegetales descartados a alimentos como panes y pastas. Durante la estancia, Vignola trabajó junto a un becario doctoral preparando muestras, elaborando pastas y panes con y sin vegetales descartados, y realizó ensayos de digestibilidad. Las muestras fueron luego enviadas a otra universidad italiana para su análisis químico.

“Queremos ver qué cantidad de compuestos bioactivos, con propiedades beneficiosas para la salud, llegan efectivamente al organismo tras la digestión”, explicó.

Una vez obtenidos los resultados, se redactará un artículo científico en coautoría.