Una denuncia que apunta al manejo de la cooperativa Renovando Conciencia, que trabaja en el reciclado de cartones y funciona en barrio 9 de Septiembre, ingresó en la Justicia en los últimos días. En la misma se enumeran la cesantía de un grupo de trabajadores, falta de pago en algunos meses y además malas condiciones de trabajo.

Según el texto de la misma, que fue presentada por una de las trabajadoras el 24 de enero pasado en la Unidad Judicial de San Francisco y es acompañada en el escrito por otros 11 compañeros, se sostiene que fueron “víctimas de trabajo por fuera del marco de la ley”. 

En la misma se apunta a Ariel Quintero, referente del lugar, quien fue consultado por El Periódico y dio su versión sobre distintos puntos de la denuncia. Dijo estar tranquilo porque, según sostuvo, puede demostrar el accionar de esta cooperativa local que tiene al momento en trámite la personería jurídica.

La denuncia

Según la demanda, todo se habría iniciado en agosto de 2020, cuando llegó la oferta laboral: “Nos propusieron trabajo dentro de una cooperativa a constituirse, su nombre de fantasía es Renovando Conciencia Cooperativa. Ante el efecto de la pandemia y la escasez de trabajo, no dudamos en aceptarlo. Se nos propuso un plan social de Nación, con una carga horaria a cumplir aduciendo que tendríamos beneficios como, obra social, préstamos de dinero, hotelería”, indica uno de los puntos del texto.

En otro de los ítems, se hace referencia al sitio donde se desarrolla el trabajo, un galpón ubicado en calle Catamarca 3680, que, según la denuncia, “no cuenta con las medidas necesarias para estar habilitado, sin baño, sin ventilación, en un principio sin electricidad, sin elementos de seguridad (guantes, cascos, gafas, etc), sin elementos de higiene, sin medidas de protocolo Covid-19”, entre otras cosas. También indicaron que el vehículo utilitario utilizado estaba en malas condiciones.

Tras ello se apunta a la falta de pago en el mes de diciembre pasado y parte de enero: “Ellos mismos se encargaron de informarnos la baja de estos planes sociales por incumplimiento de horas, que no es así, nosotros nos informamos a través la página de la Nación que dichos planes eran de carácter de Emergencia Sanitaria con una validez de 6 meses, por lo tanto, no condice lo que ellos nos informaron. Esto provocó un clima de enojo entre los trabajadores porque al estar en esta situación vulnerable nos obligaban y presionaban a seguir trabajando sin cobrar con la promesa de otro plan”, sostuvieron en la denuncia. 

Por último, se hace referencia a que además de las tareas de reciclado, los trabajadores fueron “obligados” a descargar mercadería que presumen “eran de ayuda social por emergencia sanitaria y armar bolsones para comercializarlos”.

La respuesta de Quintero

Ariel Quintero, referente de la cooperativa, hizo su descargo ante la demanda presentada. En diálogo con El Periódico explicó que se trataron de planes de la Línea 1 de cooperativas, cuya duración era de seis meses: “Es un plan nacional, al estilo PPP (Plan Primer Paso). El plan cayó y dejaron de cobrarlo. Eran 9.600 pesos por mes y a cambio debían devolver 8 horas semanales, que un día podían hacerlo”, justificó.

Tras ello, Quintero indicó que al caerse el plan les propusieron a los trabajadores seguir cumpliendo tareas “mientras tanto íbamos a gestionando otro plan, no obstante le íbamos a abonar desde la cooperativa, aunque la condición ahora eran 4 horas por día de trabajo, 20 semanales. Se le iba a pagar acorde al convenio colectivo de trabajo, pero muchos de ellos no aceptaron porque además tenían otro trabajo”, dijo.

Respecto a las acusaciones de que las tareas que realizaban los trabajadores eran informarles, es decir “en negro”, el referente de la cooperativa respondió: “Nosotros hicimos los trámites en noviembre en Anses, el monotributo social cooperativo como corresponde. Eso está en trámite, a algunos chicos ya les salió”.

Respecto a los meses que los trabajadores aseguran que les adeudan, Quintero dijo: “Ellos empezaron a cobrar el plan a fin de junio y entraron en septiembre a trabajar, mientras la cooperativa se preparaba, se ponía en condiciones el salón para reciclar. No hubo un trabajo en ese lapso pero ellos cobraron tres meses sin trabajar”.

En relación a que el galpón no estaba en condiciones, otro de los puntos de la denuncia, respondió: “Es cierto, no llegamos a hacer un baño y se nos llenó el galpón enseguida. Eso fue un error”.

Ante la consulta sobre el armado de bolsones con alimentos que aparentemente eran comercializados, Quinteros lo desmintió: “Es mercadería que recibimos y repartimos casi mil bolsones en un evento en el salón de Bomberos Voluntarios. Nos contactamos con referentes de cada barrio que hicieron un relevamiento de las necesidades, nos dieron una planilla con los nombres y en base a ellos los entregamos”, reconoció.

Personería en trámite

Renovando Conciencia Cooperativa tiene su personería jurídica en trámite. Según dijo Quintero, se encuentra avalada por otra que funciona en Córdoba, “Riveras del Suquía”. 

“El trabajo puntual es limpiar el cartón. Se llevaba el cartón al salón, le sacaban la cinta y había que dejarlo en buen estado y doblarlo para que vaya a la prensa. El material viene del Parque Industrial y negocios, nosotros lo retiramos y hacemos ese trabajo”.

Según dijo el entrevistado, todavía no pudieron vender porque se encuentran a la espera de obtener la personería jurídica. 

Por otra parte, Quintero indicó estar ligado al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), desde donde baja los planes a la ciudad: “Ya anotamos a otros chicos para nuevos planes. Lo bajamos desde la Nación y queda todo registrado en planillas: horas de trabajo, días… tengo todo para mostrar”, aseguró.