Crisis en el sistema científico: “Hoy la mayor preocupación es poder continuar trabajando en ciencia”
Ayer, científicos marcharon en el país contra el vaciamiento a la ciencia y tecnología. Una investigadora asistente del CONICET en San Francisco contó cómo impacta la parálisis del sistema científico en su trabajo cotidiano y analizó el futuro de las nuevas generaciones.
Mientras el sistema científico argentino atraviesa una crisis profunda, investigadores e investigadoras de todo el país expresan su preocupación por la falta de financiamiento, la paralización de ingresos y el deterioro de las condiciones laborales.
Bajo la consigna "Nadie se salva solo", en un guiño al boom reciente de la serie “El Eternauta”, científicos del Conicet marcharon ayer en algunas ciudades del país contra el vaciamiento en ciencia y tecnología .
Carolina Aloisio, docente en la Facultad Regional San Francisco de la UTN e investigadora del CONICET, relató cómo es el proceso para ingresar a Conicet así como explicó cómo afecta esta situación al desarrollo de la tarea científica. “El camino para ingresar a CONICET es largo y exigente. Primero accedés a una beca doctoral, que requiere título universitario, buen promedio, experiencia en investigación y publicaciones. Después, si seguís en carrera, pasás por una beca posdoctoral y finalmente accedés a un cargo de investigador, donde la evaluación es aún más estricta”, explicó.
Aloisio estudió Licenciatura en química farmacéutica en la Universidad Nacional de Córdoba y luego realizó su doctorado en Ciencias Químicas en la misma institución. Ingresó a la carrera de investigador científico en 2021 y forma parte del grupo InProSus de la UTN local.
Sobre su trabajo diario, indicó que uno de los principales obstáculos actuales es el corte en el financiamiento: “Necesitamos subsidios para llevar adelante nuestros proyectos, para insumos, equipos y servicios a terceros. Muchos de esos subsidios fueron frenados o no se efectivizaron, incluso habiendo sido seleccionados. A nosotros, por ejemplo, nos adjudicaron fondos para comprar un equipo muy necesario, pero la inflación lo desvalorizó, tuvimos que bajar la categoría y finalmente el dinero nunca llegó; lo terminó comprando la universidad”.
Según detalló, los equipos de trabajo se sostienen con recursos mínimos y con una administración muy medida de lo que queda. “Hoy seguimos adelante con insumos que tenemos de antes, porque en Argentina siempre fue difícil hacer ciencia. Pero estamos limitados a proyectos que se ajusten a lo que hay. El problema aparece cuando querés avanzar, innovar o ampliar tu trabajo”.
Migración
Respecto a la paralización de ingresos a la carrera del investigador, señaló: “A nivel nacional se está viendo una fuerte fuga de científicos. Muchos se van al exterior, otros al sector privado. Son personas que se formaron durante años y que ahora abandonan la investigación, con lo que eso significa para los grupos. Es un retroceso enorme”.
También mostró preocupación por el futuro de los jóvenes investigadores: “Cuesta encontrar candidatos para iniciar doctorados porque los salarios están por debajo de lo que eran. Hay mucha resignación. Muchos doctores, al terminar su beca, se van a otra cosa”.
Sobre el final, y consultada sobre su principal inquietud como investigadora, fue clara: “Mi mayor preocupación es poder continuar trabajando en ciencia. Que podamos seguir desarrollando los proyectos que iniciamos. Y esto está vinculado también con la universidad, porque la mayoría somos docentes. Es fundamental que se garanticen los fondos de funcionamiento y se discutan los salarios”.