Por estos días, el Centro de Jubilados del Este Cordobés bajó la persiana: dejó de funcionar luego de 14 años de trabajo.

Jorge Acosta, su presidente, lamentó no poder hacerle frente a los gastos fijos que requería su funcionamiento y decidió no renovar el contrato de alquiler del edificio donde funcionaba, en Av. Garibaldi y Suipacha. Lo más difícil era costear el alquiler y la luz, lo que en el último tiempo se venía sosteniendo con dinero de su bolsillo.

El lugar, explicó, se mantenía con el aporte de los socios, que fueron decayendo, y con los viajes que se organizaban, que pandemia mediante dejaron de hacerse.

“Se vencía el contrato el 30 de octubre y el dueño de la casa, al que tengo mucho que agradecerle, me dijo que me renovaba el contrato. Pero yo me voy a vivir a La Francia, que es mi pueblo natal, y ahí me pienso morir. Voy a descansar un poco porque hice mucho”, contó a El Periódico.

Los inicios

Anteriormente, el centro de jubilados funcionaba en ATE. “Había un presidente que en un momento no quería saber más nada, entonces me llamaron. Empecé a trabajar el 26 de abril de 2006. Se armó un centro de jubilados y se le puso el nombre ‘Del Este Cordobés’”, recordó.

Y expresó: “Le agradezco al club Antártida y a Roberto Podadera que nos dio una mano muy grande, a Luis Gaviglio, y a Nora Grangetto, que era la asistente social y que también nos ayudó mucho. La ley de la vida es así, por ahí te da mucho y por ahí te quita todo golpe”.

En el lugar, durante años, se entregaron bolsones de PAMI. El centro de jubilados, también, tenía a cargo talleres de gimnasia, nutrición, folklore, memoria y cuadernos itinerantes.

“Uno llegó al límite. El contrato se vencía, era una suba a la que no iba a llegar, para qué me iba a comprometer y firmar un contrato si nunca nos dieron apoyo para solventar impuestos que teníamos atrasados y PAMI no nos mandó nada”, lamentó.

“Duele mucho”

El hombre se mostró compungido con lo resuelto. “Mi decisión ya está puesta en marcha, no soy una persona de volver para atrás. Nací en mi pueblo querido que es La Francia y allá me voy”.

“Duele mucho, porque realmente uno dejó casi una vida acá”, finalizó.