Camila Ferreyra (19) y Liliana Velázquez (23) son dos jóvenes mujeres de San Francisco que de niñas tuvieron que afrontar serios problemas en su salud. Ambas, pese a las complicaciones de cada caso, pudo salir adelante y son dignas de ser reconocidas por su sacrificio pero sobre todo sus ganas de vivir.

A Camila le detectaron cuando tenía 13 años un tumor cerebral. La lucha por conseguir los fondos para costear los numerosos viajes y tratamientos hizo que su nombre y el de su mamá, su fiel compañera, fueran noticia más de una vez en nuestras páginas.

Luego de pelear en duros momentos y hasta con sesiones de quimioterapia, su salud se estabilizó. Este 2020, dijo, vivió uno de los mejores años de su vida, que vino con un embarazo: “Más o menos a los 16 años yo quería ya tener un hijo. Por todo el problema que tuve me dijeron que yo nunca iba a poder ser madre y era algo que, por así decirlo, me aterraba, porque yo quería saber lo que se sentía, quería vivir eso. De chica quise, pero sabía que no era el momento porque estudiaba. Me puse de novia, estuvimos saliendo un tiempo. Después le comenté a mi pareja (tres años mayor que ella) si quería y me dijo que sí. Buscamos y no pasaba nada. Pensé que no podía por lo que me habían dicho. Después dejé de hacerlo y al poquito tiempo quedé embarazada”, narró.

Liliana, su nueva vida en las sierras

Hace una década, Liliana Velázquez tenía las esperanzas de cualquier adolescente y no imaginaba un destino tan difícil para su vida. Un grave hecho de violencia la tuvo como víctima a sus 13 años dentro de la escuela a la que asistía, el Ipet 264 “Teodoro Asteggiano”.

Un compañero le asestó un golpe con un hierro que le provocó hundimiento de cráneo y pérdida de masa encefálica. Fue operada y permaneció varios días internada en coma sin despertarse y cuando lo hizo inició un largo proceso de recuperación.

Una década después, Liliana se encuentra junto a sus padres y hermanos radicada en la localidad serrana de Tanti.

“Está mucho mejor, obviamente camina con dificultad pero lo puede hacer”, manifestó Ana su madre, quien destacó que su hija tiene “espíritu de superación y de ponerle a todo garra, esfuerzo y alegría”.