El bombero Cabo 1°, Leandro Lencina es quien se encuentra actualmente a cargo del Grupo Especial K-9 de la ciudad. Tras 13 años de trayectoria fue uno de los primeros integrantes en formar parte del equipo junto a su perro Aarón, con el que conjuntamente forma un binomio.

Luego de que sus actividades cesaran por el aislamiento social, obligatorio y preventivo, el Grupo Especial de Búsqueda y Rescate K-9 retomó sus entrenamientos. El voluntario encargado, aclaró: “Siguieron trabajando cada uno en su casa, pero no es lo mismo el patio de mi casa que un campo de 3 o 4 hectáreas, donde antes realizábamos las prácticas”.

Los perros deben ser adiestrados todas las semanas, si bien ellos no se olvidan de lo aprendido, no está de más para sus guías refrescar su memoria. A pesar del impedimento que les provocó la pandemia de realizar sus viajes y capacitaciones, los caninos continúan sus actividades vía online. La metodología es a través de videos, que se envían cada 15 días a los instructores de K-9 de la Federación de Bomberos Voluntarios de la Provincia de Córdoba.

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Distribución del trabajo

El cuartel cuenta hoy en día con cuatro perros operativos entre los cuales se encuentran, dos de raza Golden: Daiko, quien trabaja en rastro específico, y Aarón, encargado de restos humanos. Además, una Ovejero Alemán, Zura, que se ocupa del área venteo de personas y una Ovejera Pastor Belga, Yulia, que se sumará al equipo próximamente y su especialización será en restos humanos.

En los operativos se trabaja en binomios, es decir, bombero y perro: “Siempre está quien busca y quien rescata, se llama así porque el perro busca y el guía rescata”, mencionó Lencina.

Por ejemplo, para que Aarón acate una orden debe ser recibida solamente por su guía, de lo contrario no va a responder a la petición de una persona ajena.

Los bomberos al realizar sus entrenamientos deben seguir las pautas regidas por la Federación de Bomberos Voluntarios de la Provincia de Córdoba. Las ramas en las cuales los canes pueden desarrollarse son mantrailing/rastro específico, donde olfatea el olor de una persona perdida; búsqueda por venteo, percibe el aroma de un individuo; y por último, rastro humano, donde buscará el cuerpo de un sujeto sin vida.

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Proyecciones hacia el futuro

Actualmente en el cuartel, el Grupo Especial de Búsqueda y Rescate K-9 se compone de ocho voluntarios, de los cuales tres de ellos fueron los iniciadores de este proyecto y el resto se están capacitando para poder ser guías próximamente. “La idea es que los chicos se hagan fuertes en su especialidad sin perros para que el día que los tengan ya sepan cómo iniciarlos y que les sea más fácil también”, comentó Lencina.

Los cachorros deben reunir características específicas para poder ser adiestrados, deben tener ganas de jugar, ser sociables y conscientes. Luego de su entrenamiento, el can trabaja entre 6 y 8 años y después ya se jubila. “Para los perros es un juego y para nosotros es lo más importante, nosotros queremos que el perro encuentre para que él se sienta satisfecho y nosotros poder rescatar a la persona y dárselo a la familia”, explicó el cabo 1º.

Para finalizar agregó su satisfacción por los binomios que componen hoy el Grupo Especial de Búsqueda y Rescate K-9: “Tenemos muy buenos perros”, aseguró el bombero a cargo.