El deseo de vivir a veces puede más y sorprende hasta a los profesionales de la medicina. O por lo menos así lo demuestra el caso de Benicio Cravero, un bebé al que una complicación en su embarazo le dejaba muy pocas posibilidades de sobrevivir. Pero sus padres, Cintia (28) y Marcelo (30), desafiaron los pronósticos y hoy el “gordito” tiene 6 meses de vida y muchas sonrisas para regalar.  

La historia de Benicio es similar al caso de Costanza Rosso, la beba también de nuestra ciudad que nació con apenas 24 semanas y que sobrevivió tras luchar más de cuatro meses y superar muchas complicaciones.

La complicación

El embarazo de Cintia se desarrollaba de manera normal hasta que en una ecografía de control le advirtieron que había disminuido peligrosamente su líquido amniótico y que su bebé tendría pocas posibilidades para poder sobrevivir. Era apenas la semana 19 de gestación y Benicio comenzaba la primera de sus batallas.

La pareja ya había sufrido la pérdida de un embarazo unos cinco años atrás, por lo que nuevamente resurgieron los fantasmas y el temor. La joven mamá se enfrentaba otra vez a la misma y dolorosa situación. “Tenía que internarme porque corría riesgo mi vida. Pero yo sentía los latidos de mi bebé y como se movía”, contó Cintia.

Mientras estaba internada, Cintia sentía a Benicio dentro de su panza y le dijo a su marido que quería irse. Firmó un acta voluntaria y se retiraron con la indicación de volver a la clínica ante cualquier eventualidad. Esa noche el pequeño luchador se movió como nunca, “como diciendo estoy acá”, aseguró la joven.

Afrontar lo que viniese

La joven pareja decidió que seguirían luchando y que harían estudios en un instituto especializado en Córdoba.

“Ya en la entrada a Córdoba sentí otro aire, una cosa de mamá que me decía que iba a estar todo bien –se emociona Cintia-. Nos hicimos otra ecografía y dio perfecto, me confirmaron una baja del líquido amniótico, pero con reposo y bajando un poco la ansiedad podía volver a un estado normal. Y así fue”.

Pero no sería la única complicación que sorteó Benicio.

Se adelantó

Tras varios controles había llegado el momento de la famosa ecografía 5D. Allí el destino les deparó una nueva sorpresa. Los profesionales del instituto médico de Córdoba les dijeron a los papás que el bebé tenía que nacer en forma urgente. Era la semana 28 de gestación.

“No conocíamos a nadie en Córdoba y nos recomendaron que vayamos a una clínica, nos fuimos directamente por nuestros medios porque nos advirtieron que a San Francisco el bebé no iba a llegar con vida”, explicó Cintia.

La situación era urgente y dramática. Apenas dos horas después, tras algunos controles previos, nacía llorando Benicio Cravero, con un peso de 800 gramos. Era un poco más grande que la palma de una mano adulta.

Tres meses de internación

Los bebés nacidos antes de la semana 34 de embarazo precisan cuidados especializados en el servicio de neonatología. Por este motivo los profesionales advirtieron al matrimonio que los primeros 15 días de vida serían vitales para su desarrollo. Pero Benicio los superó también.

El bebé y su madre permanecieron en neonatología unos tres meses, mientras que Marcelo, el papá, tenía que regresar a la ciudad a trabajar, ya que era el único sustento familiar.

La joven mujer, maestra de educación especial, debió dejar de trabajar. Por suerte las familias del matrimonio ayudaron en todo lo que pudieron y además se sumó la Municipalidad de San Francisco, que les consiguió una pensión para pasar los días en la capital provincial.

Hoy, pese a que debe pasar por controles cada 15 días, Benicio ríe, come bien y descansa normal. Sus ganas de vivir son enormes.

Más complicaciones

El bebé nació con un hemangioma cavernoso en su bracito derecho, se trata de una marca de la piel elevada, rojiza o violácea, constituida por vasos sanguíneos agrandados. Además los médicos le descubrieron dos hernias inguinales por lo que inmediatamente y con tan sólo unas semanas de vida, tuvo su primera intervención de urgencia.

En seis meses de vida, Benicio recién conoció su hogar en la semana de año nuevo, aunque todavía no tuvo un mes de descanso completo en la casa por los constantes controles.
 

Ahijado de otro luchador

Benicio es el ahijado de Adrián Cravero, el joven de nuestra ciudad que fue baleado en abril de 2015 en el abdomen en un intento de robo y que días atrás fue sometido a la última intervención de la que se recupera exitosamente.

Para la familia Cravero el 2015 fue un año muy movilizador y de duras batallas, pero de las que demostraron salir fortalecidos.