Debido a la emergencia sanitaria decretada ante el avance del coronavirus, este lunes la Municipalidad de San Francisco suspendió las actividades en el gimnasio municipal. A la vez, pidió a los privados que imiten la medida.

Previo a la conferencia de prensa donde se hizo la petición, El Periódico dialogó con algunos propietarios de gimnasios para saber la modalidad con la que venían trabajando y las medidas que pensaban a adoptar.

En ese sentido, la mayoría ya empezó desde hace unos días a trabajar con cautela a fines de evitar una posible propagación del virus. Las medidas adoptadas van desde la restricción de horarios, la restricción en la cantidad de personas, la profundización de la higiene hasta el uso de espacios abiertos.

A la vez, los clientes comenzaron a tomar conciencia. Así, por ejemplo, en Space Gym hasta media mañana solo habían asistido unas 5 o 6 personas cuando por lo general la cifra ronda las 35. Nicolás Venier, el propietario, indicó que de todas maneras en el lugar se fijó un máximo de 20 personas por turno, teniendo que mantener cada uno una distancia superior el metro y medio del otro. Si bien hasta el momento están trabajando en horario normal, sí se está restringiendo el horario de permanencia de las personas, no superando los 45 o 50 minutos. Asimismo se lleva a cabo una continua higiene de los elementos de trabajo con alcohol en gel y pulverizadores. 

En otro de los casos, en Corpore Club se están tomando medidas tendientes a limitar la cantidad de personas por hora y por espacio. Así, pueden ingresar como máximo 20 personas y cada una debe mantener distancia de la otra. Asimismo, sólo puede permanecer en el lugar como máximo una hora. Cabe agregar que todos los elementos se desinfectan constantemente con agua y alcohol. Una de las alternativas que eligió este gimnasio, teniendo en cuenta sus posibilidades, fue utilizar un espacio al aire libre. Pablo Peiretti, a cargo de la firma pero también integrante de una subcomisión de la Asociación de Profesores de Educación Física, manifestó que teniendo en cuenta que las clases en los gimnasios no habían sido prohibidas, recomendaron al municipio un protocolo de acción que hasta media mañana aún no había sido adoptado. El mismo indicaba límites en cantidad de personas por hora y metros cuadrados, así como el límite en la permanencia en el lugar, entre otros puntos.

Por su parte en Power Gym, que esta mañana, como cada lunes por la mañana, no abrió sus puertas, las clases del mediodía se iban a desarrollar con normalidad. Lo que iba a suceder a posterior era materia de análisis, comentó María José Godino. No descartó, de agravarse la situación, la suspensión de clases hasta nuevo aviso. De todas maneras, indicó que muchos, por decisión propia, desistieron de ir mientras que por parte de la firma se decidió reducir los horarios e higienizar constantemente los materiales a utilizar.