La carne de vaca, cerdo o pollo dejó casi de ser parte de las donaciones que reciben los comedores comunitarios. Por su costo, por el momento de crisis económica que se atraviesa o por otras causas, estos espacios fueron perdiendo poco a poco una proteína vital en la alimentación.

Y, ante este escenario, urgen dos cosas.

Primero no bajar los brazos en la búsqueda de la proteína animal sino tejer alguna estrategia ya desde el Estado para que los niños y niñas puedan gozar de un mejor plato de comida que vaya un poco más allá que los fideos o el arroz con salsa. Disfrutar de un bife o churrasco, también es un derecho.

Segundo, la necesidad de encontrar sustitutos que a la vez aporten calidad nutricional teniendo en cuenta que en la mayoría de los comedores asisten chicos.

Es ahí que surge un producto que es muy utilizado por quienes siguen una dieta vegana o vegetariana: la soja texturizada o también llamada “carne vegetal” que encuentra entre sus principales productores a la empresa ValorA perteneciente a la familia Ricca, de San Francisco, aunque con base en la localidad de El Tío, cuya mayor producción se exporta a países del exterior.

Justamente esta proteína vegetal fue eje principal de una charla abierta que encabezó días atrás la Municipalidad de San Francisco (denominada “Compartiendo Saberes y Sabores”) junto con comedores y merenderos. El objetivo: que conozcan su uso e implementación nutricional en la alimentación diaria.

Replicar lo que se hace en otro lugar

ValorA es una empresa agroindustrial que inició en 2011. El producto elegido para la transformación fue la soja a partir de la instalación de una planta extrusora para la producción de expeller y aceite con destino al consumo animal. En especial para la producción tambera, que es muy fuerte en nuestra región.

Sin embargo, la venta de ambos productos en el mercado interno dejó de ser rentable, por lo que los Ricca se vieron obligados a una instancia superior. Así fue como adquirieron una línea de producción de soja texturizada con la finalidad de incursionar en harinas para el consumo humano. En diciembre de 2014, hicieron la primera exportación.

Más allá del negocio y de que sus principales compradores son del exterior, la empresa efectúa donaciones de texturizado de soja a ONG's como Fundación Solidagro y Banco de Alimentos de Córdoba, las que se traducen en miles de platos de comida. Este modelo es el que se quiere replicar en San Francisco.

Florencia Ricca, gerente de producción primaria y de calidad de ValorA, contó a El Periódico que siempre pensó en cómo podía aplicarse lo que se hace en Córdoba en la ciudad: “Siempre me preocupé en esto de la responsabilidad social empresaria, pensando en cómo puede ser que el Banco de Alimentos de Córdoba busque tantos productos interesados en distribuir en comedores y merenderos y en San Francisco no se podía hacer nada”.

La empresaria contó que si bien en un momento hicieron el trabajo de ir “comedor por comedor” a explicar el uso de la soja texturizada, consideraban que era necesaria la intervención municipal para poder llegar a más lugares: “Nos propuso la Municipalidad acercarnos por intermedio de ellos; nos dicen en estos espacios que la carne no la ven. Si bien no somos partidarios de que de un día para el otro se consuma cien por ciento texturizado de soja, es un alimento que si se consume en forma balanceada, medida, controlada y junto con otros puede ser muy bueno”.

ValorA es una empresa familiar con 35 empleados. Desde el 2014 exporta de forma ininterrumpida a más de 15 países, destacándose Filipinas, Sudáfrica, Chile, entre otros. A su vez tiene presencia en el mercado nacional en dos segmentos: el industrial y en los comercios minoristas como herboristerías, dietéticas y también mediante la venta online, con su marca Soyalitas.

Según explicó Ricca, en caso de implementarse a nivel local la Municipalidad compraría este producto a un precio “bonificado” que propone la empresa. Luego lo distribuiría en diferentes espacios comunitarios.

Algo “interesante”

Stella Almada, quien tiene a su cargo el merendero "Los Pequeñitos" (Antártida Argentina 350) en barrio La Milka, fue parte de la charla que organizó el municipio con ValorA: “Fue una charla muy interesante, siempre se aprende algo nuevo, por ejemplo distintas recetas. A nosotros nos sirve porque por ahí uno no conoce que puede reemplazar la carne con soja”, señaló ante la consulta de El Periódico.

Almada entiende que la soja, en este caso el texturizado, es un producto con el que se puede hacer elaboraciones rápidas y valoró las propiedades que posee, algo que le explicaron durante la charla.

Luego destacó que es muy difícil conseguir donaciones, sobre todo de carne, y que los menús no suelen variar de pastas secas o arroz, los cuales suelen prepararse de diferentes formas.

“Tengo últimamente muchas personas, siempre van apareciendo nuevas porque la situación sigue muy difícil. Con las donaciones podemos hacerle frente y ofrecer un plato de comida o la merienda a la gente, pero nos cuesta mucho”, afirmó Almada.

Alimentos con soja: se abre una alternativa en reemplazo de la carne en comedores comunitarios

SOJA TEXTURIZADA

Ganó popularidad y está de moda, sobre todo entre los veganos, vegetarianos o quienes buscan reducir el consumo de carne. En la actualidad se puede encontrar en los lineales de casi todos los grandes supermercados, señal de que su demanda es fuerte y que cada vez hay más gente que la consume.

VALOR NUTRICIONAL

No contiene aditivos químicos, ni colorantes y es 100% natural. Es un alimento con un alto valor nutricional y muy beneficioso para nuestro organismo.

EN LA COCINA

El sabor y olor de la soja texturizada es prácticamente neutro, así que necesita de una buena condimentación para que resulte sabrosa. Previamente se la hidrata. Solo tenemos que colocar la soja en un recipiente hondo y cubrir con el doble de agua en volumen (como cuando hacemos arroz). En 15 minutos está lista para ser usada. Puede cumplir el uso de la carne picada en rellenos de empanadas o tartas. El precio es menor al de la carne.