Este domingo se realizó un operativo de ablación de órganos en el Hospital J. B. Iturraspe de San Francisco. El donante fue Laureano “Tato” Busso (45) que falleció a causa de un ACV. Busso había manifestado en vida su voluntad de donar órganos y es por eso que, a pesar de su situación irreversible, se lo mantuvo conectado a un respirador automático mientras se completaban los procedimientos previos a la ablación de sus órganos. El operativo se realizó ayer y se desarrolló durante varias horas.

El director del Hospital Iturraspe, Valentín Vicente, se refirió a este procedimiento y manifestó: “El domingo se realizó un operativo de trasplante con un paciente que lamentablemente estaba cursando un ACV, lo que determinó la muerte encefálica, y eso es lo que pone las condiciones como para que pueda ser donante”.

“Tanto la persona como la familia estaban convencidos y tenían la idea de donar. Bajo estas condiciones, con este diagnóstico, se encaminan ya las comunicaciones a INCUCAI y a ECODAIC sobre la posibilidad de un donante y de ahí una vez que el médico da el diagnóstico de que la persona no tiene más actividad cerebral se mantiene ese cuerpo en forma artificial, a través de fluidos, drogas y asistencia respiratoria mecánica, para mantenerlo para el operativo de donación”, agregó.

Según se infirmó, en este caso se pudieron ablacionar los riñones y las córneas.

Respecto al destino de los órganos, no se conocen: “A veces queda en la provincia de Córdoba y a veces son para un paciente de otro lugar del país”.

El procedimiento

El procedimiento fue realizado en conjunto entre personal del nosocomio y de ECODAIC. “Viene un equipo especializado de Córdoba, generalmente en avión sanitario por los tiempos para que esto sea todo mucho más rápido. Obviamente el personal del Hospital es el encargado de mantener al paciente en esta situación. Esto se realiza en los quirófanos este del Hospital, y este personal, una vez retirados los órganos, inmediatamente los llevan al destino para que se pueda hacer el trasplante”, explicó.

Esta ablación no es la primera que se realiza en San Francisco, sino que ya hubo muchos procedimientos de trasplantes en el Hospital. De todas maneras, esto depende de varios factores: “No todo paciente puede ser donante, a pesar de dar su consentimiento”.

“Las características de la muerte de ese paciente tienen que ser especiales para que pueda ser donante. Los órganos de un paciente que fallece por causas naturales o en la vía pública producto de un accidente no se pueden donar, pero en pacientes con determinadas patologías, generalmente accidentes cerebrovasculares en los cuales se produce la muerte encefálica durante la internación, y con ciertos criterios de soporte de esa persona, esos son los casos en los cuales se pueden realizar”, indicó Vicente.

Seguidamente, sumó: “La familia lo tomó muy bien. Obviamente hay que pensar que estos operativos se hacen en el marco del fallecimiento de una persona, con todo lo que conlleva para su familia, con todo el dolor que implica esto, pero es un acto superador porque esos órganos no quedan en ese cuerpo que no tienen ninguna función y sino que pueden ayudar a alguien más con la donación y mejorar la calidad de otra persona”.

“Siempre insistimos en la importancia de la donación de órganos”, cerró.