La Madre Teresa de Calcuta visitó en 1982 las ciudades de Frontera y San Francisco, tres años después de haber ganado el Premio Nobel de la Paz. Fue apenas dos años de que se instalaran en la vecina localidad las religiosas de la Congregación de las Hermanas de Calcuta, que responden a su conducción.

Fue el 18 y 19 de septiembre. Llegó a Santa Fe en avioneta y desde allí arribó a la vecina localidad en automóvil. 

Aida Girbau de Eschoyez (69) era por ese entonces docente de nivel preescolar de la Escuela Nº 1264 y la pudo conocer, lo que la llenó de orgullo.

Teresa de Calcuta hizo base en Frontera, visitó la parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe donde se realizó una misa y además las instalaciones del hogar de la congregación que se estaba creando por ese entonces.

“Recuerdo con mucha emoción la visita en 1982, estábamos acompañando a la bandera de ceremonia. Ella se manejó con humildad, tranquilidad, sin estridencias. En la parroquia de Guadalupe se vivió un momento emocionante cuando se acercó a la bandera del país y a la que representaba la escuela. La tomó con sus manos y le dio un beso; una mujer muy respetuosa y eso nos generó gran orgullo”, recordó en diálogo con La Mañana de El Periódico (FM 97.1).

Aida dijo que siempre guardó en su corazón el momento vivido y contó que propuse llamar al primer jardín nucleado de Frontera con el nombre de la santa madre.

“Me tocó en la vida profesional gestionar la creación en Frontera del jardín de infantes nucleado y me tocó ser la primera directora del nivel inicial. Se me presentó la posibilidad de otorgar un nombre a la institución y el requerimiento era que sea un personaje destacado, fallecido, pero ella estaba viva. Fundamenté que era una personalidad de gran importancia y comenté su visita histórica para Frontera, entonces fue aceptado su nombre por eso el jardín tiene la denominación Madre Teresa de Calcuta. Eso seguía alentando mi alegría porque tenía una gran admiración por su amor universal hacia los más pobres, las personas carenciadas”, agregó.

Tras ello, Aida recordó que había mucha gente ese día: “La recuerdo chiquita, con ese andar lento y verla produjo una emoción generalizada en toda la gente”.

A 40 años de la histórica visita de la Madre Teresa a Frontera y San Francisco