Este viernes 2 de mayo se cumplen 43 años del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, lugar donde murieron la mayor cantidad de soldados en la Guerra de Malvinas. Como cada años, los veteranos de San Francisco rindieron un homenaje, pero en esta ocasión la ubicación fue otra. 

Desde los años '80 existía en San Francisco la plazoleta ARA General Belgrano, situada en la isleta de Av. 9 de Septiembre con la calle homónima al crucero. Desde 2025 el espacio de memoria está en Av. Urquiza 1600 donde se encuentra el monumento a los “Héroes de Malvinas”. 

En coincidencia con este nuevo aniversario se reunieron para inaugurar el monolito que recuerda al crucero y honra la memoria de los 323 argentinos que yacen en el fondo del mar, su tumba de guerra, y a los que sobrevivieron. 

Memoria intacta

La plazoleta había sido inaugurada también un 2 de mayo pero de 1985, hace 40 años, fue por iniciativa del secretario de Obras Públicas Oscar Cornaglia quien también tuvo a cargo su diseño. 

En ese espacio se encontraba un mástil, que fue donado en su momento por Julio Fabry, y evoca la cubierta de un crucero militar. El elemento fue trasladado a Av. Urquiza y colocado junto al monolito donde adquiere mayor representación y es lindero al monumento a los “Héroes de Malvinas”. 

Los veteranos de Malvinas colocaron una ofrenda floral en memoria de todos aquellos que descansan en el mar.
Los veteranos de Malvinas colocaron una ofrenda floral en memoria de todos aquellos que descansan en el mar.

El doloroso recuerdo de un sanfrancisqueño

El cabo segundo Rodolfo Lussiano tenía 21 años cuando en diciembre de 1981 llegó por primera vez el Crucero ARA General Belgrano. 

El 16 de abril de 1982 el buque de 182 metros de largo con sus 1093 tripulantes zarpó de la dársena de la Base Naval Puerto Belgrano rumbo a Tierra del Fuego. Pocos días después, el 24 de abril, soltó amarras desde el puerto de Ushuaia. 

Lussiano era una de esas 1093 personas que por designios del destino sobrevivó, en el Atlántico quedaron sus dos compañeros con los que compartían sueños e ilusiones además de edad.

El 2 de mayo a las 16:02 en 1982 un primer torpedo del submarino nuclear HMS “Conqueror” impactó en la sala de máquinas del ARA General Belgrano. Un segundo impacto destruyó la proa y el buque comenzó a irse a pique. 

Lussiano no estuvo presente en el homenaje porque no se encuentra en San Francisco, pero sí visitó el Museo y sede del Centro de Veteranos el pasado 2 de abril.
Lussiano no estuvo presente en el homenaje porque no se encuentra en San Francisco, pero sí visitó el Museo y sede del Centro de Veteranos el pasado 2 de abril.

“Cuando fue el ataque estábamos saliendo de la zona de exclusión, estábamos afuera (la establecieron los británicos en torno a las islas) y nos persiguió el submarino nuclear Conqueror. Se escuchó la primera explosión que por la onda expansiva yo volé por el aire. El primer torpedo yo lo escuché más, voló casi toda la proa del barco, el segundo entró por la parte de popa y empezó a entrar agua”, relató en 2024, la única vez que relató lo vivido. 

Pasaron 22 minutos después del primer impacto y se ordenó el abandono de la embarcación. Las balsas que llevaban a quienes habían sobrevivido se dispersaron en medio de fuertes vientos y olas que dificultaban aún más la situación. 

La parte de los costados el barco tenía una coraza bastante considerable, yo hice pie y me sostenía de la soga, habían ingresado a la balsa un par de compañeros. Se movía mucho por el viento y cuando me caí al agua tuve que nadar hasta la balsa, no me podía subir después y mis compañeros me tomaron de los cabellos y me subieron”, describió Rodolfo sobre ese momento pasadas las 16 horas. 

Su vestimenta consistía en una remera de grafa, camiseta, borcegos y pantalón, además de la comida que había ingerido a la mañana. Arriba de esa balsa había 21 personas en total y excedían por mucho la capacidad, pero se mantuvieron juntos tres noches y casi cuatro días cuando los rescataron. 

“Nos rescató el ARA Bahía Paraíso, un buque hospital. Cortamos las balsas de la unión del Belgrano que desaparecía en la inmensidad del Atlántico y a la noche la unión de las balsas desapareció y la mayoría habían sido rescatados, pero nosotros nos íbamos hacia el sur navegando y fueron tres noches y casi cuatro días sin tomar, ni comer nada, solo con 21 años de vida”, afirmó entre lágrimas. 

Lussiano dijo que revivió todo al contar los hechos, pero en vez de calificarlo como bueno o malo expresó: “Es lo que me toca, recordé cosas que no quería recordar”. Sus palabras las dedicó a los compañeros que quedaron en el Atlántico, en especial a los tres que estaban siempre a su lado.

Anselmo Melian, Fernando Lugo y José Lucero son mis compañeros, hermanos míos que fallecieron, misma edad y mismas ilusiones. En ellos va mi homenaje a los 323 héroes que custodian allá en el Atlántico Sur a 4500 metros de profundidad, lugar nombrado tumba de guerra por el Congreso de la Nación”, cerró.

El buque demoró una hora en hundirse para siempre en el mar.
El buque demoró una hora en hundirse para siempre en el mar.

Sobre el Crucero ARA General Belgrano

La designación como lugar histórico nacional y “tumba de guerra” se estableció por medio de la Ley 25.546. La norma reza “declárase lugar histórico nacional y tumba de guerra al área donde se encuentran los restos del buque Crucero ARA General Belgrano y de los 323 tripulantes que allí reposan, hundido el 2 de mayo de 1982 en la zona económica exclusiva argentina”.

En el segundo artículo señala qué propósito tiene la disposición legal: “ El Poder Ejecutivo dispondrá las medidas que aseguren que los restos de los tripulantes que allí yacen no sean perturbados, mientras la mayor parte de sus familiares no reclame su recuperación.Se aplicarán idénticas medidas respecto de los restos materiales en relación a su posible remoción o alteración por acciones que se dispusieran en el futuro”

Aquel fatídico día donde el ARA General Belgrano se hundió 323 personas perdieron la vida, 770 fueron rescatadas y unas 100 estaban en condición de náufragos al momento que los encontraron. Constituyen casi la mitad de los fallecidos durante la guerra de Malvinas.

El crucero tardó una hora en irse a pique a 4.200 metros bajo el mar, en el fondo de la cuenca de Los Yaganes, al sur de las Malvinas. Fue la mayor tragedia naval de la historia de la Armada Argentina. 

Casi 300 personas murieron en el primer instante del ataque; el resto falleció en las balsas por las heridas, el frío o el oleaje. El crucero estaba a 210 millas al sur de la isla Gran Malvina.