El inicio del ciclo lectivo 2021, el próximo lunes, implicará el regreso formal de las clases presenciales en las escuelas de San Francisco. Esta vez, con un estricto protocolo de por medio para evitar contagios de COVID-19 en las aulas y pasillos de los edificios escolares.

La vuelta, muy esperada por la comunidad educativa y también las familias, implica el contacto directo entre estudiantes y docentes, pero además una manera de enseñar y de aprender que no estaba en los manuales.

Para el médico pediatra Gabriel Bozas (MP: 19.812), médico del Sanatorio Argentino, llevará algunas semanas adaptarse al nuevo protocolo y poner a punto ese mecanismo, no obstante, celebró el retorno a las aulas: “Me llama la atención los niños el interés en retomar la actividad escolar. Lo ven como una necesidad y un deseo. Esto no lo veía en épocas de no pandemia, donde la sensación era un poco de fastidio. Ahora lo esperan expectantes”, afirmó.

- ¿Qué pudo observar de los protocolos para la vuelta a la escuela?

Noto un poco de preocupación, pero también de incertidumbre. Tanto el protocolo del Ministerio de Salud como de la Sociedad Argentina de Pediatría coinciden en priorizar las medidas generales que son las mismas que la gente usa en distintos ámbitos. Pero en la escuela, donde van a estar más tiempo juntos, se trata de remarcarlas: distanciamiento, uso de barbijo, limpieza de manos con agua y jabón y alcohol, básicamente. Pero más que nada el desafío es el protocolo de ingresos y egresos para que los alumnos no se mezclen y pierdan el distanciamiento, también el escalamiento de los recreos.

- Va a ser una especie de prueba y error por un tiempo.

Creo que van a necesitar algunas semanas para adaptarse al nuevo protocolo y poner a punto el mecanismo hasta que todos se acostumbren y pierdan el miedo a la nueva normalidad. En este caso el secreto está en instalar las medidas para la prevención del coronavirus sin trasmitirle a los niños mayor ansiedad y temor del que ya traen del año pasado.

- ¿Nota un gran temor en los chicos?

Todo depende de cómo se lo transmita. La vuelta debe ser con felicidad y lo más importante en cuanto a los niños es advertir con qué se van a ir encontrando. Esto quiere decir que aquellos que vayan por primera vez a la escuela o al jardín van a encontrar una realidad que para ellos será normal porque no tienen antecedentes de años anteriores. Los más grandes ya saben lo que es y se van a encontrar con algo diferente. Por eso, con anticipación se les debe advertir para que no se sorprendan. Serán menos alumnos por aula, algunos de sus amigos irán la semana que viene, la educación será mixta. De esa forma irá evolucionando el año lectivo paralelamente al control exhaustivo de la situación epidemiológica.

“Los niños pueden cursar el coronavirus casi sin síntomas, pero pueden contagiar”

- ¿El aula será un lugar seguro?

El secreto será la comunicación correcta, confiable y clara entre estudiantes, docentes y familia. El aula se va a dividir en dos, con grupos que irán variando las semanas. En algún momento creo que se van a tener que tomar medidas de aislamiento que serán sectorizadas a tal grupo, pero que no va a alterar la cronología de las clases. En algún momento se va a restringir la presencia y en otros se va a permitir, eso será algo dinámico que se va a presentar este año.

- Sin clases presenciales el año pasado hubo una reducción de cuadros infecciosos: ¿este 2021 cómo avizora que será?

Indudablemente al aumentar el contacto van a aumentar los cuadros infecciosos en niños y no de COVID, sino por otras razones. Probablemente se comience una campaña de vacunación antigripal para reforzar e ir descartando causas de infecciones en los niños. Entiendo que habrá un poco más que el año pasado, pero el distanciamiento, el barbijo, provocará que no sea como en años anteriores.

- Se menciona que el coronavirus no afecta tanto a los chicos: ¿cuánto hay de cierto en eso?

En general, el coronavirus en la población pediátrica es muy poco vulnerable a formas graves. Y no son altamente contagiados. Muchos niños permanecieron en cuarentena estricta por contacto estrecho o porque los padres dieron positivos y por razones familiares no fueron aislados dentro del hogar. En algún momento pudieron haber estado en contacto con el virus. Pero tampoco se hacen de rutina los estudios bioquímicos para saber si lo tuvieron o no.

- ¿Pero es importante hacerlos?

Otorga conocimientos o no de si estuvo en contacto con el virus. Pero eso no cambia la realidad de ese niño porque va tener que seguir cuidándose, respetando los protocolos porque no se puede dividir el protocolo entre quienes tuvieron la enfermedad y quiénes no. Lo mismo nos pasa a los médicos, yo lo tuve, pero tengo que seguir usando barbijo, lavarme las manos, protegerme de los febriles y resguardar el distanciamiento como si no lo hubiese tenido.

- ¿Cómo transitaron la enfermedad sus pacientes contagiados?

Algunos se hisoparon y otros no, por esto del contacto estrecho con sus padres y al empezar con síntomas se los tomó como positivos. Otros se hisoparon por alguna razón particular y dieron positivo. Sobre todo se hizo un seguimiento virtual de la evolución del cuadro y se le dio a los padres algunos signos para estar alertas ante cualquier complicación. Pero no hubo complicaciones mayores.

- Respecto al contagio que puedan provocar: ¿son más transmisores de la enfermedad?

Suelen tener pocos síntomas, la viremia es baja y son poco contagiadores. Pero esto último no depende del niño en sí, sino también de la vulnerabilidad de la persona que está con el niño. Por eso el riesgo y el cuidado del contacto con los abuelos, por ejemplo. No es que el niño contagie más, sino que el abuelo es más vulnerable. Los niños deben tener ese resguardo porque pueden cursar la enfermedad casi sin síntomas y en alguno que otro caso contagiar.

- ¿Por qué es importante que vuelvan a tener clases presenciales?

Porque se va reiniciando la actividad normal, lo que a los ojos de la pediatría es indispensable. La suspensión inicial fue un poco para preparar el sistema sanitario. Considero que una vez que este estuvo a la altura de las circunstancias, los mismos protocolos que se están utilizando ahora se podrían haber utilizado en parte del año pasado. Por eso a lo largo de la evolución del confinamiento se ha ido aprendiendo de otros países sus medidas y se fue adaptando el protocolo. Pero las medidas generales que se tomaron en un principio eran indispensables y después, de a poco, se debió haber permitido algún tipo de actividad escolar con protocolo. Pero eso es difícil saberlo a la distancia.