En la Asociación Mujeres con Oficios si algo existe es la solidaridad porque no solo se van a anotar para aprender un trabajo, también se forman amistades, se presta el oído y se ayuda mucho más allá de la labor en sí.

Así nació el proyecto “Hoy por ti, mañana por mí”, donde las mujeres donan parte de su tiempo como voluntarias para colaborar en alguna necesidad que tenga otra. Al inicio esta fue una propuesta interna, a modo de devolución también de lo que se aprende en la institución, pero ahora tienen un nuevo desafío saliendo al exterior y uniéndose a la Residencia Femenina “Alfonsina Storni”.

La solicitud concreta era que ellas quieren hacer una huerta y motivar el trabajo y capacidades femeninas, por eso buscaron a las expertas. Celsa Ferreyra que está en contacto directo con las autoridades de la “Resi” comentó a El Periódico: “Nos llegó la propuesta desde la Residencia que querían realizar su propia huerta. Tenían el espacio y las herramientas, pero no había nadie que las ayudara”.

El primer encuentro se dio hace dos semanas entre las voluntarias de Mujeres con Oficios y las chicas que están en la Residencia. Esa reunión les sirvió para delimitar cómo trabajarán juntas: “La idea es enseñarles a trabajar la tierra, qué tener en cuenta para eso, los cuidados, cual es la parte más adecuada para realizar la siembra”.

El proyecto inició ayudando a Romina a construir su propia casa.
El proyecto inició ayudando a Romina a construir su propia casa.

Primera vez

La historia de “Hoy por ti …”  nace a partir de la necesidad de una chica que debía construir su propia casa. En este marco fue que aparecieron sus compañeras para juntar las manos y que ella tuviera su propio hogar rápidamente.

“Empezamos ayudando a construir su casa a Romina que atravesó violencia de género. El proyecto tiene que ver con que, si de alguna manera vos recibiste algo que te ayudó para trabajar, lo devuelvas ayudando a otros”, explicó Sandra Bulacio.

Puede ser una tarde, dos horas, un día a la semana, pero ese “algo” es una retribución para una mujer que atravesó la misma necesidad de la que ahora se convierte en voluntaria. En este sentido, Sandra agregó: “Es algo que tratamos de inculcarle a las chicas, porque es la forma en que esto seguirá funcionando”.

Así como una vez a la casa de Romina fueron electricistas, pintoras, albañilas; a la institución de calle Avellaneda fueron las que se especializaron en huerta y producción en la tierra y ahora solo resta sembrar alimentos y más solidaridad.

Las pasantías rentadas fueron un gran avance para las chicas capacitadas.
Las pasantías rentadas fueron un gran avance para las chicas capacitadas.

Más de 250 mujeres capacitadas

En 2022, la Asociación abrió 18 cursos de oficios, entre ellos se destacan mecánica de motos, manejo de retroexcavadoras, autoelevadores, seguridad en obra, huerta. También hubo otras convocatorias de carnicería, fumigación con mochila, soldadura, electricidad, instalación sanitaria, construcción en seco.

“Se capacitaron 250 mujeres en lo que va del año, aunque inscriptas hay más de mil mujeres. Los cupos siempre son reducidos porque se necesita precisión para la explicación práctica, pero las inscripciones lo superan ampliamente. En general se piensa con las empresas cuando se sorprenden de hacer otras ediciones”, dijo Bulacio.

Salto de calidad: “Nos llaman y nos dicen que está trabajando"

Mujeres con Oficios está pronta a cumplir tres años, los primeros dos fueron principalmente de capacitación”. Por eso se dedicaron a hacer hincapié en la formación en equidad de género laboral.

Este año la inserción laboral era el objetivo más grande: “Si podemos capacitarlas, pero no ingresan al campo laboral no era suficiente. Se dio mucho esta modalidad de pasantía que era algo nuevo para que entraran a las empresas donde aprenden y les pagan porque son rentadas”.

Entre las carniceras, por ejemplo, una de las chicas que hizo el curso quedó trabajando en la empresa capacitadora, las durleras ya trabajan por su cuenta, albañilas y pintoras fueron incorporadas directamente y hay muchas haciéndolo en independencia.

“El salto de calidad este año más allá de las inserciones es que nos llaman y nos dicen que está trabajando, pero no por nuestras capacitaciones, sino porque ya nos conocen en San Francisco y la zona, se empieza a entender esto de que los oficios no tienen género”, contó con gran satisfacción Bulacio.