La inauguración de la remodelación integral de la Residencia Infanto Juvenil de San Francisco no solo representó una mejora en términos de infraestructura, sino también un momento de fuerte carga emotiva para quienes forman parte del entramado afectivo que rodea a los niños y adolescentes alojados en el lugar.

Mariela Espósito, forma parte del programa "Familias para Familias" de la UDER, expresó emocionada lo que significa para su familia ser hogar de tránsito y acompañamiento de los niños de la “Resi”. “Nosotros cumplimos la función de resguardar a los niños durante el tiempo que sea necesario para poder acomodarlos dentro de los vínculos más cercanos que ellos tengan. Además, apadrinamos a los chicos de la residencia. Ellos nos llaman ‘los tíos’”, relató.

Espósito, que junto a su esposo y sus cuatro hijos comparte los fines de semana con chicos de la residencia, sostuvo: “Lo que hacemos es compartir tiempo con ellos, llevarlos a la plaza, hacer actividades. Que formen parte de una familia”.

La emoción, sin embargo, tuvo un trasfondo especial. Dos niños que ella había acompañado durante seis años recientemente fueron adoptados: “Estoy feliz porque eso es lo que buscamos, que tengan su propia familia, pero a la vez uno es egoísta, porque sabés que ya no los vas a ver todos los días. El amor que sentimos por ellos es exactamente el mismo que por nuestros hijos”.

Sobre las obras 

Espósito remarcó el impacto positivo de la obra: “Recorrer las habitaciones fue extraordinario. Todo nuevo, impecable. Los chicos están felices con sus camas, sus acolchados, sus toallas. Esto es lo que se merecen”.

Y concluyó agradeciendo al equipo de la residencia: “Lore-Vanay-, Ale y todos los tíos con los que compartimos tiempo también forman parte de nuestra familia. Estoy superemocionada y agradecida. Esta obra se hizo con el corazón”.

La remodelación, impulsada por el Gobierno de la Provincia de Córdoba, contempló una inversión superior a los 160 millones de pesos y fue complementada con la entrega de una minibus para facilitar el traslado de los residentes. Las mejoras abarcaron desde la renovación de pisos, paredes, instalaciones sanitarias y mobiliario, hasta pintura, reacondicionamiento general y mejoras de habitabilidad.

Lorena Vanay, responsable de la Residencia Infanto Juvenil, también destacó el valor de lo conseguido: “Es una día que esperábamos con mucha ansiedad con los chicos y con el equipo de trabajo. Quiero agradecer al gobernador Llaryora que tuvo este gesto inmenso junto a la Ministra de Desarrollo Humano Liliana Montero, a la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, Julia Reartes y al intendente de la ciudad, Damián Bernarte, por impulsar esta remodelación. El gobierno provincial y local han demostrado una vez más estar comprometidos con la protección integral de los niños, las niñas y los adolescentes, convencidos de que tienen el derecho de vivir en un lugar digno, crecer con amor, con acompañamiento, sosteniendo”.