Con gran parte del brazo derecho vendado y su mano completamente hinchada, Héctor Paolasso, el jubilado de 82 años que el sábado 2 de enero sufrió un violento robo en su casa de calle Güemes, se recupera de a poco, aunque con mucho dolor y una angustia que todavía le perdura.

Alrededor de las 21 de aquel sábado, el hombre atendió el timbre abriendo el postigo de su puerta, cuando lo hizo se encontró con un joven que de manera violenta lo tomó del brazo y comenzó a zamarrearlo para robarle todo lo que tenía encima.

Por el forcejeo, el anciano terminó con lesiones graves en su brazo derechos al cortarse repetidamente contra los hierros del postigo de la puerta.

“No sé por qué se me dio por abrir el postigo y de ahí me agarró de la camisa y del brazo, me refregaba contra los hierros del postigo. Me sacó todo lo que tenía, el teléfono, el reloj, un anillo, todas las cadenas del cuello y me destrozó el brazo”, contó a El Periódico don Héctor.

Todavía angustiado, habló el jubilado asaltado que sufrió graves heridas en su brazo

A curarse la muela

Según Paolasso, el mismo individuo había aparecido por su casa el día anterior con la intención de que le curara un “mal de muelas”.

“El mismo tipo vino el viernes a las 7 de la mañana y me tocó el timbre, me decía que tenía mal de muelas, porque yo curo, tengo un don, pera toda mentira era para entrar y robar, pero no lo dejé esa mañana, creo que eso lo enfureció”, relató el jubilado.  

El sábado, alrededor de las 21 volvió a sonar el timbre en la casa de don Héctor. “Justo había terminado de ver una novela y estaba por apagar la luz para irme a acostar y sonó el timbre”.  

“Soy yo, me dice. Yo quién, y no me contestaba nada. ‘Quiero que me cures la muela’”, recordó Paolasso sobre el diálogo previo.

Cuando Héctor abrió el postigo el delincuente no le dio tiempo a reaccionar. Lo tomó de la camisa y luego del brazo y comenzó un fuerte forcejeo en el que salió gravemente herido el jubilado.

“Nunca me ha pasado algo así, me quedó un trauma y una angustia muy grande, yo tratando de hacer el bien y que me hagan una cosa de estas”, aseguró emocionado don Héctor.

Sin celular y con el temor de salir a la calle por si el delincuente seguía en las inmediaciones, el hombre se envolvió el brazo con una toalla y aguantó el dolor. Recién a las 9 del domingo, un amigo del jubilado llegó a la casa y se encontró con todo lo que había pasado, llamó a un servicio de emergencias que trasladó a Héctor a una clínica donde le realizaron las primeras curaciones y luego lo intervinieron.

Todavía angustiado, habló el jubilado asaltado que sufrió graves heridas en su brazo

El jubilado permaneció casi seis días internados hasta que el pasado viernes recibió el alta médica.

“Un animal no hace lo que me hizo, me dejó sin teléfono, todo arruinado. Tenía los cueros colgando, si viera cómo quedó el brazo”, comentó Paolasso, que casa dos días debe realizarse curaciones a sus múltiples heridas.

El hombre, que en el mes de marzo cumplirá sus 83 años se resignó a no atender más por el postigo de la puerta: “Desgraciadamente la gente grande es muy confiada, pero hay que cuidarse, uno no sabe con quién se puede encontrar. Yo tengo fe que voy a sanar bien, pero después de una cosa así uno queda mal”, cerró.

Detención

El pasado miércoles 6 de enero, la Policía detuvo al presunto delincuente acusado de asaltar y provocarle lesiones en el brazo a don Héctor.

La detención se produjo tras un allanamiento realizado por personal de la División Investigaciones de San Francisco con la colaboración del Grupo ETER, en un domicilio de calle Resistencia al 500.

Al detenido de 26 años, le secuestraron diversas prendas de vestir relacionadas al hecho que fue caratulado como “robo y lesiones graves”.