Luego del “escándalo de los amortiguadores”, hecho que junto a otros habría determinado la salida del ex jefe policial de San Francisco, Mauricio Rantica, su segundo al mando, el comisario inspector Pablo Berardo (45) tomó las riendas de la Departamental San Justo y comenzó a trabajar para dotarla de experiencia y así restablecer la confianza de la comunidad en la institución.

Con 28 años dentro de la fuerza, el hombre nacido y criado en la ciudad de Arroyito se puso como propósito “reorientar la tarea de la Policía” y retomar el concepto de Policía Barrial: “Trabajando cerca del vecino, escuchando sus necesidades, sus reclamos para trazar las acciones de seguridad”.

En poco más de dos semanas de funciones ya realizó a la plana mayor de la fuerza cordobesa un pedido expreso de más y mejores recursos humanos, que según admitió está llegando y mantuvo reuniones con vecinos de San Cayetano para atender problemáticas puntuales del sector.

“En la medida de que nos vayan solicitando y advirtamos lo que nos indica el mapa de calor, mantendremos reuniones con centros vecinales o sectores que se encuentran con conflictos en materia delictual, como por ejemplo, ante los últimos ataques a adultos mayores, con Centros de Jubilados”, le dijo Berardo a El Periódico.

- ¿Cuál va a ser la impronta de su gestión y los objetivos que se plantearon?

Mi forma de trabajo y de implementar políticas de seguridad es estando en contacto permanente con el vecino. Cuando digo contacto permanente me refiero a que tanto el subdirector- Víctor Quevedo- como yo vamos a estar en la calle. Tengo como objetivo claro, después de haber hecho una gestión de 10 años en Arroyito, que el vecino es la figura fundamental. Vamos a ponerle un poco más de proactividad a la tarea de la Policía Barrial y a continuar sobre los lineamientos que establece hoy el Ministerio de Seguridad, que trata de la Policía de proximidad, de acercamiento.

- Justamente los vecinos reclamaban la falta de aquellos policías recorriendo los barrios.

Vamos a reorientar la tarea de la Policía Barrial, la cual va a estar en distintos cuadrantes teniendo contacto con el vecino, golpeando puertas, arrojando fichas de control de propiedad, queremos escuchar el vecino; si bien quizás de un tiempo prolongado a la fecha esa actividad puntual se vio disminuida, en cierta manera por la pandemia, le queremos volver a dar esa impronta que tan buen resultado nos dio y de esa forma bajar la sensación de inseguridad en determinados sectores de San Francisco.

- A raíz de los ataques a adultos mayores: ¿les preocupa que sea una nueva modalidad y cómo piensan trabajar al respecto?

Por su puesto que nos preocupa y nos ocupa esas dos situaciones puntuales que lamentablemente tuvieron que atravesar estas dos personas. Hemos estado desde un principio en permanente contacto con los familiares de las víctimas, pusimos a disposición el gabinete psicológico de la Policía, además la División de Investigaciones ha desarrollado un trabajo brillante logrando la detención de los autores. Pero es importante generar medidas preventivas, charlas en los Centros de jubilados y pensionados a los efectos de advertir a esta población en particular sobre qué medidas de seguridad deben adoptar. Los adultos mayores suelen ser blancos por los delincuentes porque pueden llegar a ser fácilmente vulnerados, entonces desde la fuerza vamos a generar acciones para orientarlos de qué manera deben manejarse, las medidas preventivas a tomar y una serie de cosas para que ellos puedan tener una herramienta más a los efectos de evitar estos tipos de hechos.

“Queremos volver a tener la impronta de la Policía Barrial”, destacó el nuevo jefe policial

- ¿Pudo hacer evaluación del personal y de los recursos con los que cuenta la Departamental?

Se está reestructurando toda la Departamental San Justo y hoy corremos con la suerte de que nuestro Director general de Departamentales Norte, comisario inspector Marcos Derfler, ha hecho carrera en nuestro departamento y conoce nuestra realidad. Ya nos han enviado recursos humanos, se ha hecho hincapié en reforzar lo que son oficiales jefes y superiores y vamos a seguir trabajando para incorporar personal subalterno.

- ¿Realizó un pedido concreto de más personal?

Estamos incorporando de a pocos recursos humanos de otras departamentales, se ha efectuado una evaluación general de la Departamental San Justo, teniendo en cuenta que es el tercer departamento más grande de la provincia y que tiene una problemática distinta en relación a otros. Tras efectuar ese relevamiento, viendo el mapa delictual y la cantidad de recursos humanos, se ha hecho un pedido puntual y se está trabajando en ello. Necesitamos sumar buenos recursos humanos para que estén a la altura de las circunstancias y alineados a la política institucional del momento.

- ¿En la actualidad cuáles son los delitos que más le preocupan?

Sacando de contexto estos dos últimos hechos que han sido graves y en cierta forma aislados, porque no son una constante, entendemos que con las acciones generadas de manera rápida y diligente, ese delito puntual tenderá a desaparecer. Pero lo que más nos preocupan son los arrebatos en la vía pública y el robo de motocicletas. Las estadísticas nos están mostrando que se suceden con el tiempo.

- El mapa del calor en San Francisco, ¿dónde está quemando?

Todo lo que son los barrios que se encuentran desde el centro hacia el este de la ciudad, son los barrios más vulnerados por el delito: Sarmiento, Catedral, La Milka, Parque, San Cayetano, entre otros, forman una especie de abanico donde se está trabajando con todos los recursos humanos y con dispositivos especiales, con colaboración de motopolicías, el grupo ETER, en determinadas franjas horarias.

- Tras la salida del último jefe de Policía, Mauricio Rantica, envuelto en algunos escándalos, ¿cómo renuevan la credibilidad en la Policía?

Sin lugar a dudas que cuando se dan hechos de cierta complejidad dentro de la fuerza ocasiona un daño o debilita a la institución, pero nosotros con el trabajo diario, la atención al vecino y la contención a los damnificados, creo que la sociedad se va a ir dando cuenta de que estamos a su servicio y pueden confiar en la Policía. No puedo mirar hacia atrás, tengo que mirar hacia adelante, debo tener un horizonte claro y tratar de no cometer errores que me lleven a situaciones de estas características o similares.