El dicho dice que donde comen dos, comen tres. En este caso, bailan. Débora Moyano (34) llegó a la Comparsa Ará Narú hace 16 años y contagió a su hijo más grande, Diego Tissera (17), para luego sumar, años después, al más pequeño, Samir (10). Hoy los tres se mueven “en bloque”, como ella asegura, y disfrutan de una misma pasión. También le pegó el entusiasmo a su sobrina, Celeste Moyano (21), que se sumó como ritmista en la batucada.

Sin embargo, no son los únicos integrantes de una misma familia que forman parte de la agrupación. Por el contrario, aseguran que esto es más común de lo que puede parecer.

En el caso de Moyano, Débora llegó a la comparsa de casualidad, ya que solía pasar al frente del Polideportivo municipal, donde ensayaban. “Siempre me gustó el baile. Ese día en que los crucé dije ‘quiero probar’, porque era algo nuevo. Más allá de que pensé que era difícil porque era un baile que nunca había experimentado, me adapté enseguida”, destacó.

Poco después, con apenas tres años, se unió su hijo más grande, que hoy tiene 17, para tocar casetas. “Al principio hacía ruido. Después como yo quería conocer más allá de la danza hice muchísimos workshop y lo llevaba a él para que cuando yo hiciera el workshop de baile, él hiciera de ritmos y percusión. Así fue aprendiendo y a los cuatro años ya tocaba bien”, detalló la mujer.

En tanto, su hijo más chico arrancó el año pasado. “Bailé hasta con él en la panza. Y él fue acompañando el proceso estos años. Después fue creciendo, le di tiempo para que viera si le gustaba y se adaptó recién el año pasado”, contó.

“Le dio curiosidad, lo llevé pensando que le iba a costar un poquito más al no haber empezado antes, pero se adaptó de manera excelente. Es el segundo año que está con su hermano y conmigo”, agregó Débora.

Hace 16 años baila en la comparsa y sumó a sus hijos a esta pasión

Una “gran familia”

Todo lo que implica la comparsa, más allá de las presentaciones, hizo que con los años la agrupación se fuera convirtiendo en una “gran familia”. Así lo describió Moyano, que se refirió a todo lo que involucra la actividad.

“Venimos ensayando todo el año. Primero se determina un color y una temática. A mitad de año se elige la reina de batería, batucada o de la comparsa y comienza un proceso que se va viendo en los ensayos. Es algo que se toma con responsabilidad. Desde la pasista con su danza hasta la reina de batucada, que tiene que marcar cada parte de cada instrumento que hay, diferente a las demás bailarinas. Para nosotros Ará Narú es una familia desde el día que ingresé y el presidente de la comparsa es el papá para todos”, sostuvo la mujer.

Además, aseguró que la relación se va forjando a medida que se van dando las reuniones en que se juntan para trabajar: “Somos compañeros, nos hemos juntado muchísimas noches para armar los trajes. Y cada sábado nos juntamos para los ensayos. Compartimos ensayos, comidas, viajes, ya nos conformamos como la familia de Ará Narú”.

Una cábala especial

Tantos años juntos dieron lugar a una cábala especial, que además de funcionar como un “amuleto” de la suerte, es una señal de agradecimiento.

Desde hace ya muchos años, tras varios meses de intensas pruebas, el día anterior a la primera presentación llevan el ensayo final al frente de la casa del presidente de la comparsa, para que los vecinos puedan ver el espectáculo.

“Nos ponemos en una orilla y tocamos al frente de su casa, la gente empieza a venir. Ya nos conocen varios vecinos, nos ven entrar y salir todo el año, entonces les regalamos el show”, comentó Moyano.

A la vez, añadió: “Recibimos las felicitaciones de los vecinos, eso es lo que más nos llena a nosotros en cada actuación, o por lo menos a mí, el aplauso y el espíritu que le ponen al vernos cuando tocamos acá en San Francisco. Ellos saben y conocen del esfuerzo que hacemos en el año, pero no ven una pluma hasta que actuamos acá”.

Presentaciones

Luego de una exitosa primera presentación en Clucellas, ahora prevén actuaciones en Josefina, San Marcos Sud, Villa del Rosario, Justiniano Posse, Sacanta, Marcos Juárez y Buenos Aires. Además, estarán el 4 de marzo en el Carnavalazo Sanfrancisqueño.

Los destinos más lejanos en los que supieron presentarse fueron La Cruz, en Córdoba, y en Buenos Aires, con la comparsa completa. Pero después, de manera individual, varios bailarines fueron invitados a otros lugares como Gualeguay o Gualeguaychú.

En el caso de Moyano, por las actuaciones con Ará Narú aún no pudo vivir la experiencia de pasar por el carnaval, pero sí de participar de competencias nacionales e internacionales.