Exageraciones y datos tergiversados: las falsedades del discurso libertario sobre diversidad sexual
El presidente Javier Milei y referentes de La Libertad Avanza sostienen una narrativa basada en datos fuera de contexto para justificar su postura contra la diversidad sexual y el feminismo. A continuación, ocho afirmaciones recurrentes del discurso libertario que no resisten un análisis riguroso.
En su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos, Javier Milei reafirmó un discurso hostil hacia la diversidad sexual y el feminismo, otorgándole un carácter institucional a las posturas que desde hace tiempo circulan en redes sociales y medios de comunicación vinculados al sector libertario. Según un artículo publicado por La Nación, esta narrativa se apoya en afirmaciones exageradas, desinformación y videos virales que buscan alertar sobre un supuesto "lobby global" que promovería la pedofilia y el cambio de sexo en menores.
Dirigentes e influencers de La Libertad Avanza (LLA) replican a diario estos argumentos, recurriendo a generalizaciones, tergiversaciones y campañas de desinformación en redes sociales. A continuación, ocho afirmaciones recurrentes del discurso libertario sobre diversidad sexual que han sido desmentidas o carecen de fundamento legal y científico.
1. Los pedófilos que “se autoperciben niños”
Uno de los primeros en instalar esta idea fue Nicolás Márquez, biógrafo de Milei, quien en LN+ afirmó: “Si yo, que tengo 49 años, quiero tener sexo con un menor de 8 años, me autopercibo de 8 -total lo que prevalece no es mi realidad biológica, sino mi autopercepción-, entonces no soy un abusador”.
La diputada Lilia Lemoine, en defensa del discurso de Milei en Davos, repitió una afirmación similar: “En el lobby LGBT hay personas que toman posturas pro corrupción de menores”. Luego agregó: “La biología de género considera que uno se puede autopercibir como quiera, incluso como un menor de edad. Hay adultos que van a decir: ‘Me autopercibo como un niño’. Y van a zafar”.
Sin embargo, no existe en la legislación penal argentina ni internacional ninguna norma que permita que un adulto evite una condena por abuso infantil alegando "autopercibirse" niño. Tampoco hay registros de acusados que hayan intentado justificar un delito de pedofilia con este argumento.
2. La “ley de cambio de sexo” en California
Elon Musk difundió la idea de que el estado de California sancionó una ley que impide a los maestros informar a los padres si un niño cambia su identidad de género, lo que según él permitiría que el Estado "le quite los hijos" a las familias.
El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela (LLA), replicó este argumento al señalar: “El gobernador woke de California sacó una ley que le impide a los maestros notificar a los padres cuando el niño en edad de primaria tome una decisión de cambio de sexo o de preferencia sexual”.
No obstante, la ley AB 1955 en California no promueve el cambio de sexo infantil, sino que busca proteger a los alumnos LGTB de posibles represalias en su entorno familiar. Solo establece que el consentimiento del menor es necesario antes de que un docente informe a sus padres sobre su identidad de género.
3. La ministra española que “promovió el sexo con niños”
El influencer Agustín Laje, presidente de la Fundación Faro, ha sostenido en diversas ocasiones que sectores del progresismo internacional buscan normalizar la pedofilia. Como prueba de esta afirmación, ha mencionado a la exministra de Igualdad de España, Irene Montero, asegurando que ella dijo que “los niños tienen derecho a acostarse con los adultos si ellos lo desean”.
Sin embargo, esta afirmación tergiversa las palabras de Montero. En 2022, durante un debate parlamentario en España, la entonces ministra defendió la educación sexual en las escuelas como herramienta de prevención del abuso infantil. En su discurso, dijo:
"Todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren y que eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar y tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento".
El recorte viralizado de la última parte de la frase eliminó completamente el contexto, presentándolo como si la ministra estuviera avalando la pedofilia. Sin embargo, el propósito del discurso era exactamente lo contrario: defender la educación sexual para que los niños puedan reconocer situaciones de abuso y protegerse de ellas.
El video de la intervención de Montero se viralizó 24 horas después del debate, cuando usuarios de Twitter lo editaron para presentar su declaración como una promoción del abuso infantil. Sin embargo, ningún legislador español, ni siquiera los del partido de ultraderecha VOX, interpretó sus palabras de esa manera durante la sesión parlamentaria.
4. Los “libros pornográficos” en las escuelas bonaerenses
En noviembre de 2023, la vicepresidenta Victoria Villarruel denunció en redes sociales que el gobierno de la provincia de Buenos Aires distribuía en las escuelas libros con contenido pornográfico y pedófilo, refiriéndose especialmente a la novela Cometierra, de la escritora Dolores Reyes.
Villarruel afirmó que se trataba de “textos repugnantes que sexualizan tempranamente a los niños” y que “exaltan la pedofilia”.
Sin embargo, Cometierra no forma parte del programa de Educación Sexual Integral (ESI), como se intentó hacer creer. En realidad, el libro está incluido en el programa Identidades Bonaerenses, que busca fomentar la literatura en bibliotecas populares, municipales y escolares. No es material didáctico obligatorio, ni está incluido en los contenidos oficiales de enseñanza.
Además, de los 122 títulos que forman parte de la colección, solo dos fueron cuestionados por sectores conservadores por contener escenas de contenido sexual explícito.
A pesar de esto, la denuncia de Villarruel fue utilizada para reforzar la idea de que el gobierno de la provincia de Buenos Aires está promoviendo la pedofilia a través de la educación pública, cuando en realidad se trataba de un libro de literatura contemporánea en una biblioteca escolar opcional.
5. La niña “obligada a masajear a un artista LGBT desnudo”
En plena discusión sobre su discurso en Davos, Javier Milei publicó en redes sociales un video acompañado de la frase: “Esto es ideología de género”. En el video, se ve a una niña tocando a un hombre desnudo en una galería de arte, mientras los adultos que la rodean parecen aprobar la escena.
El video en cuestión no es reciente: data de 2017 y fue utilizado en su momento por Jair Bolsonaro en su campaña presidencial en Brasil.
Las imágenes corresponden a una presentación en el Museo de Arte Moderno de San Pablo, donde el artista Wagner Schwartz realizaba su performance "La Bête". En esta obra, Schwartz aparecía desnudo y permitía que el público interactuara con su cuerpo, como parte de una exploración artística sobre la percepción del cuerpo humano.
Lo que no se menciona en la versión viralizada del video es que:
- La participación del público era voluntaria y había un cartel advirtiendo sobre la naturaleza del espectáculo.
- La niña del video no fue “obligada” a tocar al artista, sino que estaba acompañada por su madre, quien también aparece en la grabación y la alienta a participar.
- No hubo intervención de instituciones ni activistas LGBT en el evento.
El video fue sacado de contexto y utilizado para afirmar que la ideología de género promueve la pedofilia y la sexualización infantil. Tras la viralización, Schwartz recibió más de 150 amenazas de muerte y enfrentó denuncias penales que fueron desestimadas por la Justicia brasileña.
6. El femicidio como "discriminación contra los hombres"
En su discurso en Davos, Milei cuestionó la existencia del femicidio como agravante en el Código Penal, afirmando:
"Llegamos incluso al punto de normalizar que en muchos países que se llaman civilizados si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave solo por el sexo de la víctima, legalizando de hecho que la vida de una mujer vale más que la de un hombre”.
Esta afirmación es engañosa. El Código Penal argentino no castiga más el asesinato de una mujer por el solo hecho de ser mujer, sino que considera el femicidio cuando el crimen ocurre en un contexto de violencia de género.
El femicidio fue incorporado al Código Penal en 2012, estableciendo prisión perpetua cuando el homicidio es cometido “por un hombre contra una mujer mediando violencia de género”. Esto implica que no todos los asesinatos de mujeres son femicidios, sino solo aquellos en los que se verifica una relación desigual de poder y un patrón de violencia sistemática.
Este agravante no es una discriminación contra los hombres, sino un reconocimiento del contexto en el que ocurren ciertos homicidios, similar a la figura del crimen de odio.
7. Los “boxeadores trans” que matan en el ring
Milei afirmó en Davos que "un hombre se disfraza de mujer y mata a su rival en un ring de boxeo", sugiriendo que los atletas trans ponen en peligro la seguridad de las mujeres en competencias deportivas.
Sin embargo, no existe ningún caso registrado en el que una persona trans haya matado a otra en una pelea de boxeo u otro deporte.
El mandatario parece referirse a la boxeadora argelina Imane Khelif, cuya participación en los Juegos Olímpicos de París 2024 fue cuestionada debido a su complexión física. Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional (COI) confirmó que Khelif cumple con todos los requisitos de elegibilidad y que no hay pruebas de que sea transgénero.
8. Los presos que cambian de sexo para violar mujeres
Milei mencionó en Davos el caso de hombres encarcelados que dicen ser mujeres para ser trasladados a cárceles femeninas y cometer abusos sexuales.
Si bien en 2018 hubo un caso en la cárcel de Bouwer (Córdoba) donde un hombre condenado por violencia de género pidió ser trasladado a un pabellón femenino y luego abusó de una interna, no existen registros de que esto sea una práctica habitual ni un problema generalizado en el sistema penitenciario.
A pesar de ello, Milei utilizó este caso aislado para generalizar y afirmar que las políticas de identidad de género en cárceles han generado una ola de abusos, algo que los datos disponibles no confirman.