Sus familiares aseguran que sólo pretendieron hacer una broma, que todo fue “un chiste” que se escapó de sus manos. La Justicia no lo cree así. Y por eso, cuatro hombres de Bialet Massé están presos en Villa María desde el 22 de marzo, acusados por el delito de “privación ilegítima de la libertad en grado de tentativa”. Se los señala como los autores del intento de secuestro de un adolescente de 15 años en pleno centro de la ciudad y a luz del día.

Los acusados insisten en que sólo quisieron jugarle una broma. Y por eso le dijeron que eran policías y que los tenía que acompañar. El chico se asustó, salió corriendo y contó a otras personas que lo habían querido subir por la fuerza a una camioneta blanca.

El mito urbano de la “camioneta blanca” que recorre las calles intentando secuestrar a menores se había presente. Y justo en Alem al 200, a metros del Centro de Transferencia, nudo de todo el sistema urbano de transporte, por donde pasan cientos de personas a cada hora.

Pero esta vez no parecía el invento de la fantasía de un niño ni una mentira traviesa. En las cámaras del Centro de Monitoreo se pudo ver una Renault Duster del mismo color la descripta por el chico. La siguieron en su recorrido por la ciudad hasta un hotel cercano a la Terminal.

En ese lugar, cuando intentaban registrarse como huéspedes, cuatro hombres de 50, 45, 39, y 31 años de edad fueron aprehendidos por la Policía.

Primero los acusaron de “conducta sospechosa” por el Código de Convivencia Ciudadana de Córdoba. Cuando el caso llegó a manos de la fiscal Silvia Maldonado, la investigadora encontró elementos para entender que había algo más. Además del intento de secuestro, los acusó de “usurpación de autoridad”, por aquello de decir que eran policías federales.

Si quisieron hacer una broma, a esta altura la cosa se había puesto muy seria.

Mariela Cantero es la esposa de Julián Alberto Martín, uno de los detenidos. Asegura que su esposo es vendedor ambulante, que se dedica a comercializar productos en la calle hace años, y que viajó desde Bialet Massé a Villa María junto a los otros tres hombres por esa actividad.

Fue una de las que dijo que sólo quisieron hacerle “un chiste”, pero que el niño se asustó. “Yo me pongo en la piel de la criatura, por todo lo que está pasando, y es obvio que el chico salió corriendo”, declaró a la prensa.

Supuestamente, el grupo de hombres estaba recorriendo la ciudad en busca de hospedaje, cuando se habrían dirigido al adolescente de un modo que disparó todo el caso. Pero afirman que son inocentes y no quisieron secuestrar a nadie.

Según conjetura la mujer, “si un grupo de personas quiere salir a secuestrar a alguien, no se va alojar en hotel de la ciudad, seguramente se irían rápidamente”, aventuró.

La defensa de su marido pidió por su libertad y también reclamó una atención por ser paciente oncológico.

Sin embargo, con el correr de los días, no sólo la fiscal Maldonado confirmó la prisión preventiva para los cuatro detenidos, sino que el Juzgado de Control avaló esa decisión.

Los hombres de Bialet Massé, que aseguran ser vendedores ambulantes, permanecen en la cárcel de Villa María.

En el caso de Martín, el informe judicial dice que cuando fue ingresado al establecimiento penitenciario no requirió ni solicitó atención médica especifica, pero que se encuentra debidamente atendido y en buen estado de salud.

El lunes 4 de abril será llevado a prestar declaración indagatoria. Será el primero en tener la oportunidad de contarle a la fiscal qué quisieron hacer aquel martes 22 de marzo con el adolescente. El resto de los imputados todavía espera fecha para ir a declarar, y tratar de explicar cómo fue eso del “chiste” que quisieron hacer.

Fuente: La Voz del Interior