El programa de Becas Progresar, creado en 2014 con el objetivo de acompañar a jóvenes en situación de vulnerabilidad socioeconómica que cursan estudios, enfrenta una fuerte reducción tanto en el número de beneficiarios como en el valor real del beneficio. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la cantidad de estudiantes alcanzados por el programa disminuyó en más de 500.000 desde su punto máximo, mientras que el poder adquisitivo de la beca equivale hoy a solo un tercio de su valor original.

El programa, orientado inicialmente a jóvenes de entre 18 y 24 años, fue ampliado en años recientes para incluir franjas etarias de entre 16 y 35 años, dependiendo de la línea de beca. Actualmente, Progresar cuenta con tres modalidades: Obligatorio, Superior y Trabajo. La asignación mensual es de $35.000, aunque parte del monto puede estar sujeta a retenciones según el cumplimiento de requisitos académicos.

Según consignó CEPA, el número de beneficiarios alcanzó su máximo histórico en 2023 con 1.870.986 personas, pero a fines de 2024 esa cifra se redujo a 1.359.274, lo que representa una caída del 27,3%. Esta disminución se vincula directamente con el recorte presupuestario impulsado por el gobierno de La Libertad Avanza, que redujo en un 65% los fondos asignados al programa respecto del año anterior.

En cuanto al poder adquisitivo, el informe muestra que la beca no ha vuelto a recuperar el valor real que tenía en 2015. Tras una leve recuperación entre 2021 y 2023, en 2024 la combinación de inflación acelerada y congelamiento del monto nominal redujo el poder de compra promedio de $59,1 en 2023 a $30,7, es decir, casi un 50% menos.

El CEPA detalla que, para que la beca recupere el poder adquisitivo de abril de 2022, su valor debería alcanzar los $76.713 mensuales, mientras que para equiparar el de abril de 2015 debería llegar a $127.186. En contraste, en abril de 2025 el monto se mantiene en $35.000.

Finalmente, el mismo informe indica que el presupuesto destinado a las becas en 2025 sufrirá una nueva caída del 18% en términos reales respecto al año anterior, lo que anticipa mayores dificultades para ampliar el alcance del programa o mejorar los montos asignados.