La pandemia trajo consigo importantes cambios que rompieron con el desempeño habitual en todos los ámbitos, inclusive en el educativo, en donde el más notorio fue, quizás, el paso de la presencialidad a la virtualidad. Así fue como las clases, de presenciarse en aulas junto a un grupo de personas, pasaron a receptarse de manera individual y a través de la pantalla de una computadora o un celular.

Lo mismo sucedió con los exámenes, que lejos de poder concretarse con alumnos y docentes frente a frente, debieron tomarse de la misma manera: a través de la virtualidad.

Leandro Dietta fue uno de los tres estudiantes que sentaron precedente en UTN San Francisco, al recibirse de Ingeniero Químico a través de esta modalidad. En su caso, fue la mejor alternativa ante la necesidad de recibirse antes de mayo para poder obtener una beca en el CONICET.

“Cuando nos dijeron que iba a ser de forma virtual no queríamos, teníamos la esperanza de que pasara la pandemia o de que la cuarentena durara sólo 14 días y pudiéramos rendir de forma presencial para que nos pudieran ver familiares y amigos, aparte a la forma virtual no la conocíamos, pero al final vimos que no se iba a terminar la cuarentena, así que decidimos hacerlo online, por Zoom”, comentó.

Así fue que encontró en Youtube una buena forma para que sus allegados pudieran estar presentes en la presentación final. “Por suerte la pudimos transmitir por ahí. Yo tengo familiares en muchos lugares del país, entre ellos Rosario y Neuquén, y pudieron verme a la distancia. A lo mejor si hubiéramos rendido de forma presencial no hubieran podido. Por ese lado estuvo bueno”, destacó Dietta.

La preparación para rendir, por supuesto, no fue igual. “Tuvimos que ensayar muchas veces para poder manejar el tiempo, porque a veces por Zoom hay algo de delay entre lo que hablás y las diapositivas que tenés que presentar. Además tuvimos que ir reduciendo tiempo, porque al rendir de forma virtual tenés que hablar más pausado y si hablás por encima de otro no se entiende nada. Tuvimos que practicar eso e ir bajando los tiempos porque teníamos 45 minutos para exponer”, detalló.

Pero reconoció: “Por suerte salió todo bien. Lo bueno es que sentamos precedente para que muchos más chicos se pudieran recibir de manera virtual”.

Sin compañía

El caso de Sofía Gaggi, que se recibió de Ingeniera en Sistemas de la Información en UTN San Francisco, fue similar. Habiendo planeado terminar el trabajo final para marzo de 2020, también fue sorprendida por la cuarentena. “Los profesores nos dieron la opción, podíamos preparar todo para que sea virtual o se esperaba, quién sabe hasta cuándo, así que no dudamos, queríamos terminar la carrera, no nos importaba mucho la forma”, contó.

La preparación también fue diferente: “Preparamos la presentación y estudiamos mediante llamadas, no nos podíamos reunir. No tuvimos inconvenientes técnicos pero algo que marco como positivo es que no nos encargamos básicamente de nada, la facultad y los profesores fueron quienes armaron y configuraron la presentación por Zoom y la transmisión en vivo por Youtube para que todos pudieran verlo, así que no teníamos que preocuparnos por nada más que dar la tesis. La experiencia fue muy buena en ese sentido”.

Como punto en contra, en cambio, opinó: “Lo obvio, tener que recibirse sólo, ni siquiera con tu compañero, con el que veníamos trabajando desde hacía más de un año juntos, con la familia y amigos lejos y sin festejos. Pero es lo que nos tocó y hoy somos ingenieros, que era el objetivo principal”.

“Fue sorpresivo”

Micaela Olocco, oriunda de Porteña, se recibió de Licenciada en Comunicación Social en el CRES de la misma manera, situación que la tomó por sorpresa. “Cuando nos enteramos que (la defensa) iba a ser virtual fue un poco sorpresivo, sabíamos el contexto en el que estamos pero fueron siete años de cursado y recibirnos de forma virtual fue muy distinto”, resumió.

La ventaja, indicó, fue la tranquilidad de estar en casa. La desventaja, la presión ante un posible problema técnico. “No teníamos la presión de hacerlo en forma presencial pero sí la presión de que no se cortara internet. Problemas  técnicos no tuvimos, con un celular nos mostrábamos nosotros y con la computadora hacíamos la presentación”, detalló.

“Se pudo unir mucha gente a la que le pasamos el link. No estuvieron presencialmente pero sí de forma virtual. Desde ya lo que está bueno y lo que hay que remarcar es la predisposición que tienen desde la facultad y los profesores para ayudarnos, en este caso, a sortear cualquier problema que pudiéramos haber tenido”, resaltó.

Sobre la preparación, añadió: “Nos preparamos con 15 días de anticipación. Trabajamos mucho en la presentación. Por supuesto hubo nervios pero agradecemos que no tuvimos ningún inconveniente, salió todo como esperábamos”.

Lo mismo le sucedió a Belén Luna, oriunda de María Juana, que para obtener su Tecnicatura en Periodismo en el CRES debía rendir en mayo, pero los exámenes se suspendieron. Finalmente, rindió y se egresó a través de una computadora.

“La universidad armó todo un protocolo sobre lo que se tenía que hacer. Había que tener la cámara y el micrófono prendidos y los profesores tenían que poner en una hoja la nota para que uno pudiera sacarle foto, porque cuando uno iba a rendir finales fuera de este contexto se labraban actas donde uno firmaba un duplicado para que le quedara y demás temas burocráticos que se debieron modificar”, especificó.

Seguidamente, destacó su buena experiencia: “En mi caso no tuve inconvenientes técnicos, fue oral, tuvimos una reunión virtual a través de la plataforma Meet. Creo que nadie de los que se tenían que recibir en este tiempo se lo hubiera imaginado”.

Sin embargo, a pesar de que su defensa transcurrió sin sobresaltos, aclaró que la virtualidad tiene sus desventajas. “Es una realidad también que la virtualidad trae muchos obstáculos, por el acceso. En mi caso fue complicado en el sentido de poder ordenarse. Teniendo en cuenta que soy madre, fuera de este contexto lograba separar mis espacios de facultad y mis espacios de cuidado y tareas del hogar y podía irme a la facultad dos horas antes de cursar y ponerme a hacer trabajos, estudiar, resumir. Tuve que organizarme desde esa cuestión”, comentó.

De todas maneras, destacó la comprensión de los docentes y llamó a ser más empáticos ante las diferentes realidades que pueden encontrarse. “Hay que entender que esto no solamente modificó la rutina, sino que pasas más tiempo en tu casa y tenés más tiempo para pensar. Y todos estos sentires que podés tener, nos sentimos agobiados. La incertidumbre de no saber qué va a pasar afecta las prácticas cotidianas de cada uno”, finalizó.

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Una herramienta para que los estudiantes pudieran egresar

No sólo los estudiantes debieron adaptarse a la nueva rutina, sino también los docentes evaluadores. La Ing. Gabriela Fiore, por ejemplo, fue una de las visoras de la presentación de Dietta y sus compañeros en UTN San Francisco.

“Un servicio de videoconferencia, como Zoom, permitió que los estudiantes pudieran completar su carrera de grado y avanzar hacia una nueva etapa de su vida, sin perjudicar sus futuros proyectos. Fue en verdad importante ya que, de lo contrario, todavía estaríamos esperando para ver cuando podríamos tomar el examen, sin tener al día de hoy ninguna certeza al respecto”, explicó y destacó la rapidez de reacción de UTN para revisar antecedentes, legislación y demás disposiciones para así poder adaptarse y dar respuesta a la solicitud de los estudiantes.

Por su parte Germán Fassetta, coordinador en la presentación del TFG de Olocco y evaluador en el examen con el que se recibió Luna, ambas en el CRES, indicó: “Este proceso de toma de TFG de manera virtual implicó el desarrollo de todas las normativas por parte de la universidad para poder realizar disposiciones y resoluciones que permitieran llevarlo adelante, teniendo en cuenta que el desarrollo de la carrera es puramente presencial”.

“Hubo que establecer las normativas específicas que permitieran hacerlo desde la virtualidad porque son proyectos de TFG que demandaron, al menos en los que se rindieron en San Francisco en el último turno, casi un año un año y medio de elaboración. Ameritaba la toma de los mismos y darle la posibilidad  al nuevo profesional de que pueda tener su examen final y se pueda recibir en este contexto de excepcionalidad pedagógica”, agregó.

Sobre el mecanismo, indicó: “Desde el punto de vista evaluativo fue una experiencia muy interesante, se pudo llevar adelante sin ningún tipo de inconvenientes a través de las distintas plataformas. El mecanismo fue muy similar a lo que se hace en la presencialidad, con la presencia de todo el tribunal, conectado desde distintos puntos de la provincia, porque había docentes de Córdoba, San Francisco y Villa María, con el estudiante disertando y defendiendo su TFG, el cual ya había sido analizado, visado y con asa devoluciones pertinentes en todo el proceso. Fue muy interesante porque esta herramienta le permitió egresar a los estudiantes que estaban en condiciones de hacerlo”.

Sobre el final, si bien lamentó que haya faltado la contención emocional, destacó que las defensas pudieron seguirse por familiares y amigos a través de las pantallas.