La tarde cae sobre la ciudad de San Francisco y una de las sedes del Nacional de Baby Fútbol comienza a llenarse de vida. El predio del Centro Deportivo River se transforma en un verdadero punto de encuentro familiar, donde el deporte se fusiona con la calidez de quienes lo sostienen día a día. La escena se repite en cada rincón: reposeras desparramadas, termos y mates circulando de mano en mano, jarras de gaseosas compartidas, mientras los más chicos se acercan a la cantina a buscar algo rico para comer. 

Mientras el equipo local juega un partido recreativo, un pibito de la categoría 2018 revienta el arco y el gol se festeja con el entusiasmo propio de quienes sueñan con grandes cosas. Entre el sonido de las palmas, los gritos de aliento y el mate que no deja de girar, el ambiente se llena de risas y charlas que anticipan la hora de la picadita y la cena.

En medio de esa atmósfera, Noelia y Romina atienden con una sonrisa desde la cantina. Ambas mamás son parte fundamental del funcionamiento del club durante el torneo. Mientras siguen con su función, dialogan con El Periódico para compartir sus experiencias y reflexiones sobre el Nacional y el labor que conlleva.

Noelia: “Lo más gratificante es ver que estamos haciendo las cosas bien”

Encargada de una de las cajas, “Noecuenta cómo se organizan para sacar adelante el torneo: “Acá en River nos organizamos en base a las órdenes del presidente y su esposa. Nos consultan dónde nos sentimos cómodos y así nos vamos acomodando. La mayoría de las mamás nos encargamos de manejar las cajas, mientras que los papás se ocupan de la parrilla". 

Sobre los desafíos del trabajo, agrega: “Lo más difícil es el miedo a no llegar a tiempo. Queremos que la atención sea rápida porque cuando hay mucha gente, no querés hacerlos esperar. Además con el calor, la gente suele impacientarse, pero intentamos hacer lo mejor posible”. 

Sin embargo, asegura que lo gratificante compensa el esfuerzo: “Vemos llegar mucha gente, se está vendiendo mucho y eso demuestra que estamos haciendo las cosas bien para el club”.

Romina: “Es lindo ayudar y sentirnos una familia”

“Romi”, encargada de la segunda caja y también mamá de uno de los chicos del club, compartió sus sensaciones: “Este es el primer año que colaboramos con mi esposo. Tenemos a nuestro nene en la categoría 2018, y es muy lindo poder ayudar. Nos sentimos como una familia, conociéndonos y aportando para que el club crezca”.

Con una sonrisa que refleja su entusiasmo, también destaca la importancia de la unión y el espíritu de colaboración: “Esperamos que los chicos disfruten y les vaya muy bien a todos, en especial a los chicos de River, que son unos verdaderos guerreros”.

Viviendo el Nacional de Baby Fútbol: el esfuerzo de las mamás, dirigentes y toda la familia

El corazón del Baby Fútbol: una red de pasiones y esfuerzo colectivo

El Nacional de Baby Fútbol no es solo un torneo que convoca a equipos de todo el país, va más allá del juego, es un escenario donde las familias se integran para aportar su granito de arena.

La organización depende del compromiso y la entrega de padres, madres y voluntarios que dedican su tiempo a que todo funcione a la perfección. En cada gol, en cada aplauso y en cada sonrisa de estos pibes, se respira el espíritu de un sueño que crece en comunidad

Porque más allá de los resultados, lo que queda es la experiencia vivida, los vínculos creados y el ejemplo de esfuerzo que estos chicos se llevarán para siempre.