El encuentro que Boca y Godoy Cruz disputaron en Mendoza por la 12da. fecha del Torneo Inicial terminó de manera vergonzosa en un gran escándalo. Tras el penal que el árbitro Pedro Argañaraz sancionó en favor del "Xeneize" a los 48 minutos de la segunda etapa, con el cual Claudio Pérez le dio el agónico empate a los de Bianchi, comenzó una brutal pelea que enfrentó a los jugadores de ambos equipos.

El intercambio de trompadas e insultos se inició en el campo de juego pero luego se trasladó a los vestuarios. Más tarde, se pudo ver a través de las cámaras de TV cómo los incidentes se trasladaron también a las tribunas.

Todo comenzó cuando el defensor uruguayo Jorge Curbelo empujó de atrás a Pablo Ledesma, el volante reaccionó y allí se desataron los golpes entre varios jugadores.

Luego de algunos minutos, la situación parecía calmarse tras la intervención de algunos futbolistas, tales los casos de Juan Román Riquelme y Agustín Orión en Boca, o Federico Lértora en Godoy Cruz.

Sin embargo, cuando ambos planteles se dirigían a los vestuarios, algunos jugadores se cruzaron nuevamente y comenzó una gresca aún mayor en el gimnasio ubicado previo al ingreso a los vestuarios.

Con los jugadores de Boca en el vestuario, la bronca de los mendocinos se trasladó al árbitro Pedro Argañaraz, pero el entrenador Martín Palermo medió entre sus jugadores y el juez deportivo, que se fue a su recinto custodiado por la policía mendocina.

En las tribunas las escenas no fueron más tranquilas, ya que disconformes con el final del partido y la actuación de Argañaraz, los hinchas de Godoy Cruz comenzaron a arrojar objetos contundentes al campo y a la parcialidad de Boca ubicada en la tribuna asignada para "neutrales".

Luego, en la platea, hinchas mendocinos y otros de Boca se tomaron a golpes de puño ante la mirada de unos pocos efectivos policiales que intentaban interceder sin demasiado éxito.