La muerte de Diego Armando Maradona generó homenajes en cada parte del mundo. Es que fue más que un futbolista argentino, Diego se convirtió en una de las personalidades más influyentes de la historia y el mayor representante de la camiseta número 10.

Maradona falleció el 25 de noviembre pasado (este viernes se cumple un mes), a los 60 años, a raíz de una descompensación cardíaca, lo que provocó una profunda conmoción mundial. Desde ese momento, el afecto hacia su figura se materializó en banderas, escritos, remeras, pinturas y murales, como el que se puede apreciar hoy en barrio Bouchard de San Francisco, en la esquina de las calles Jonas Salk y Rioja.

La vivienda pertenece a Pablo Quevedo, un vecino de la ciudad y admirador profundo de Maradona, quien confió en el arte de su amigo Ramón “Monchito” Cortez y le cedió una de las paredes para que el artista plástico realice su creación: el rostro de “barrilete cósmico”.