Por Manuel Ruiz

En un departamento nuevo de esos complejos nuevos que hacen ahora y están por todos lados, que están hechos para solteros o para una pareja de novios o de recién casados, vive David Muller con Dayana, su señora, y su hijo Alan, de 4 años. Alan ahora no está, entonces es Dayana la que se sienta en la mesa junto a David, el pibe que debutó el lunes en la primera de Sportivo Belgrano, para cebar mates mientras el joven de barrio San Cayetano dialoga con El Periódico.

Muller fue uno de los cinco juveniles que a principios de año Arnaldo Sialle subió al plantel superior del club de barrio Alberione para conformar el equipo que se encuentra disputando el Federal A y que el lunes, con el debut de Muller, empató en Mendoza ante Gutiérrez. David es uno, además, de los pibes que el año pasado brillaron con la primera local “verde” ganando casi todo en la Liga Regional. Ese equipo de Ariel Giaccone logró el pedido de la parcialidad para que los pibes del club tengan lugar. Que ese lugar sea en Primera.

¿Cuándo te dijeron que ibas a estar de arranque?

Muy contento. En la semana, el miércoles en el entrenamiento. Me había probado el miércoles en un táctico y en un ejercicio de 20 minutos de fútbol y ahí medio que me di cuenta, después me separó para el equipo titular el jueves y terminé de caer. Estoy muy contento.

¿Cómo fue la noche previa, dormiste algo?

Concentré con Aguiar. Le había mandado mensajes a mi familia, a mi mujer, a eso de las 23 de que me iba a dormir, pero hasta la 1:30 di vueltas en la cama. No sé si de nervios, pero de ansiedad seguro. Diego me dijo que a él le había pasado lo mismo cuando debutó en Ben Hur. Me habló toda la noche, me aconsejó durante todo el tiempo que estuvimos concentrados. Es muy profesional y eso ayudó.

¿Se aprende mucho en una concentración, de los compañeros?

Mucho, aparte fui el más chico de los 18 convocados, y uno ve en sus compañeros en cómo lo viven, cómo comparten. Son gente grande, tienen trayectoria y se aprende todo el tiempo.

El año pasado jugabas en la Regional y ahora te toca estar con el primer equipo, jugar un Federal, ¿cómo llevás lo del profesionalismo?

Lo que pasa es que Ariel (por Giaccone) cuando arrancó la pretemporada el año pasado desde un principio nos trabajó para ser profesionales. Laburamos para eso, hubo un momento en que arrancamos mal, perdiendo tres partidos seguidos, y Ariel dijo que para revertir la situación había que entrenar todos los días y no tuvimos un día de descanso. Nos decía que teníamos que entrenar y descansar. Estar con la familia, descansados, y entrenar.

¿Cómo fue el vestuario antes de entrar a la cancha?

Tranquilo, me hablaron mucho todos mis compañeros. “Cacho” (por Sialle), el profe Adrián (Navarro, el preparador físico), Joaquín (Pérez), los referentes del plantel. Que me quede tranquilo, que haga las cosas que sé hacer, que ellos me iban a apoyar y que juegue con tranquilidad. 

Si Sialle te decía que tenías que jugar de defensor central en ese momento, decías que sí.

En ese momento sí. Uno sueña con jugar en Primera. Y juego de cualquier cosa. El lunes tuve que cumplir un rol en ataque y cuando hubo que defender, metí a la par de mis compañeros para defender el empate a morir, porque sabíamos que era un punto clave. Si le ganamos a Maipú, el punto contra Gutiérrez va a servir mucho.

¿Pudiste ver lo que Juan Pablo Francia compartió en Twitter? Los mensajes hacia vos, la foto con la camiseta diez.

No, pero yo me siento en la mesa con Juan Pablo, Rodrigo López y Caprari, y me aconsejaban sobre el partido, cómo podía llegar a ser y Juan Pablo me dijo que si andaba bien él me regalaba la diez para que me la lleve a mi casa. Y me dio la diez, la tengo guardada para regalársela a mi hijo.

La noche anterior al debut, ¿qué gol soñaste que ibas a hacer?

Todos mis compañeros me lo dijeron el domingo a la noche en la concentración, que me iba a quedar una. Tuve una posibilidad y me vine pensando desde Mendoza que era gol. Gullota (arquero de Gutiérrez) me la sacó. Había salido corriendo para gritar mi primer gol. Todavía estoy pensando cómo la pudo sacar.


¿Qué te genera que un tipo como Juan Pablo te tenga ese aprecio?

Un orgullo que me tenga el cariño que me tiene. Me ayuda y aconseja en todo. Vive acá cerca de casa y nos vamos juntos a entrenar, me lleva siempre. Y en el camino a la práctica me aconseja todo el camino.

Te formaste en Newell 's

Yo jugué al Baby en Deportivo Norte, terminé el Nacional y de ahí jugué un año en Sportivo Belgrano cuando estábamos en El Tala. Después de ahí, tuve un contacto que me llevó a Newell's y ahí jugué desde novena hasta tercera, reserva, y compartía entrenamientos con el plantel de Primera. No tuve la suerte de debutar en Primera, pero aprendí mucho de cómo ser profesional. Lo tuve al Tata Martino como entrenador, de hecho el lunes jugué en un puesto que me ponía él en Newell's, así que ya tenía la referencia de cómo hacer mi laburo. 

¿Cómo fueron los años de pensión en Rosario?

Fui a la casa de un muchacho que era técnico de La Salud de Rosario, él me ve en el Nacional y me da lugar en su casa para hospedarme, me mantuvo un año y después ya entre en la pensión con 14. Viví muchos años en la pensión, y llegó a mis 17 años el nacimiento de mi hijo y con mi señora nos fuimos a vivir a un departamento en Rosario, el club me ayudó y la seguí luchando desde ahí. Las hemos pasado todas. No he tenido la suerte de estar en la pensión que tiene ahora Newell's. Vivíamos solos, ahí nos hicimos prácticamente hombres, todos hacíamos nosotros, tres colectivos para ir entrenar, al estadio, al predio, hoy eso ha cambiado. Antes nos teníamos que independizar, aprender a cocinar.

¿Por qué te decidís volver a Sportivo?

Porque se me termina la edad. Sportivo estaba bien en inferiores, me la jugué de volver al equipo de mi ciudad, del equipo del que soy hincha, del equipo de mis amigos, mi familia. Todos somos de Sportivo. Y después de tantos años, el lunes se me cumplió el sueño de debutar en la Primera de Sportivo. 

Y vos Dayana, cómo lo viviste al debut de David.

Dayana: Sentimos una emoción enorme. Estábamos con mi suegro, la abuela de David y yo, y te imaginás cuando casi hace ese gol, teníamos los ojos enormes de la emoción. Y en esa jugada casi nos agarra un infarto.

¿Y Alan sabe que el papa es jugador de fútbol?

Dayana: sabía que el papa se había ido, pero no le presta atención a la radio. Lo que si cuando jugaba en la Liga Regional todos los domingo íbamos. Y cuando su papa gritaba el gol, él gritaba con su papá.

David: Sí, sabe, le gusta mucho el fútbol. Y sabe lo que es Sportivo porque lo llevé a la cancha un año entero y el año pasado lo llevaba al estadio cuando jugaba la Primera. Espero que un día pueda verme jugar en el estadio Boero.

Está siendo muy pareja la zona del Federal, y difícil.

Sabemos que es muy duro, nadie te regla nada, a ningún equipo le ganás con el nombre. Nos toca enfrentar a un Gutiérrez que es muy duro, cancha de dimensiones chicas, pero hay que aguantarse todo y salir a buscar siempre los tres puntos, y si no se puede traerse aunque sea uno. De local hay que hacerse fuertes, hay que hacerse valer. En el Federal de local hay que sumar de a tres. Es fundamental.

¿Hay muchas diferencias con la Regional?

Se nota, es mucha la diferencia. Acá te enfrentas a todos profesionales, en la Regional, sin desmerecer, son equipos de Liga. Se notan las diferencias en las canchas, los árbitros, muchas comodidades que en la Regional no las vas a tener jamás. Es un salto muy grande pero Ariel nos venía preparando para afrontar esta situación.

¿Esa situación de ser profesional te ha cambiado los horarios, las comidas?

Lo veníamos hablando con mi mujer y mi hijo, algún día soñaba con jugar en Primera y sabíamos que iba a ser diferente en cuanto a las comidas y al sistema de descanso, cambia prácticamente todo. Aparte me entreno por afuera. Llego de entrenar, meriendo y vuelvo entrenar en el gimnasio del club. Con Pichuco, mi profesor, salgo a correr, a hacer gimnasio. Laburo el físico porque sé que soy chiquito y tengo que mejorar ese aspecto porque es clave para un Federal, que hay muchos choques y patadas. Lo mío es laburar y estar tranquilo para el día que me toque jugar estar a la altura.

Hay comidas que por más que no sean las indicadas no las podés dejar de comer

El puchero, el asado de mi papá, los guisos de mi mamá. Los fideos de mi suegra.

Sos de barrio San Cayetano.

Soy de San Cayetano, tengo toda mi familia ahí y nunca voy a dejar de ahí. Es donde me crié, y voy casi siempre, visito a mi familia y mis amigos. Mis viejos viven en Guatemala y Teobaldo. Mis suegros son de barrio Parque, así que también me he criado. A tomar mates, cenar, almorzar cuando puedo. Nunca dejo eso. Toda mi vida viví ahí, salí de un barrio humilde, y no voy a dejar eso. Voy a seguir siendo de barrio.

Ahora jugás en estadios, ¿extrañas jugar en los campitos del barrio?

En el club no me dejan que vaya a jugar a las canchitas de mi barrio o de barrio Parque porque tienen miedo que me golpee. Lo puedo hacer solo cuando estoy de vacaciones. Toda la vida jugué esos torneos. Cada vez que volvía de Newell's iba a jugar los campeonatos, o relámpagos a la zona, a Santa Clara, relámpagos por dinero. A los campeonatos de penales.