Valentino Aiassa y Maximiliano Gay surgieron de Proyecto Crecer y hace unos meses (Valentino seis y Maxi tres) que emprendieron su viaje rumbo a Francia en camino de cumplir su sueño y transformarse en jugadores de fútbol profesional. Sin embargo, cuando ya se acostumbraban a la vida en Francia, la pandemia coronavirus les cambió los planes, como a todos.

Tuvieron un regreso con varias escalas, pero lograron llegar a Buenos Aires donde se encuentran cumpliendo la cuarentena junto a un familiar de Maximiliano. Ahora, esperan que el tiempo pase entrenando, haciendo ejercicios y tareas, pero más que todo pensando en la familia, que tan cerca y tan lejos está al mismo tiempo.

"Nos estamos adaptando bien al juego, a los compañeros, al idioma también. Yo estuve seis meses más que Maxi y ya me puedo comunicar con los profesores y los compañeros. Maxi también, pero hace tres meses que está", explicó Valentino.

"Jugamos varios partidos, tuvimos la suerte de hacer goles, viene muy bien la adaptación", dijo Maxi.

"Yo llegué el 3 de enero, cumplí 16 años en diciembre. Para mí fue todo un poco más fácil al tener a un compañero que hablaba español. Pero en el Centro de Formación todos estábamos, más o menos en la misma situación: lejos de casa, algunos con otro idioma. Nos recibieron muy bien los compañeros", señaló Maximiliano.

Maxi Gay y Valentino Aiassa: más cerca de casa, pero lejos de la familia

El idioma: el gran desafío

Gay y Aiassa contaron que la primera barrera a sortear, y más complicada, es el idioma. Comunicarse en la escuela y en los entrenamientos fue el desafío más grande que tuvieron que afrontar. "Nos tuvimos que adaptar a muchas cosas, fue muy duro. A mí me costó mucho el idioma, yo fui seis meses solo, no hablaba con nadie hasta que empecé a aprender de mis compañeros y ya se el idioma bastante bien", dijo Valentino.

"En la escuela hacíamos todas las materias en francés, la única materia que hacíamos en castellano era español porque ellos tienen dos idiomas: inglés y español. En esa materia los compañeros hacían las pruebas en español y nosotros en francés, pero nos ayudó mucho a adaptarnos al idioma. Esa materia fue clave", agregó.

"No teníamos las mismas materias que los demás, nos sacaban tres. En varias materias no nos tomaban nota, hacíamos las pruebas y todo, pero no nos tomaban nota. Es muy duro, muy complicado estudiar todo en otro idioma, pero nos fue bastante bien", detalló Aiassa.

En tanto, Maximiliano explicó que el fútbol y el clima, para él también fue un desafío. "Tuvimos que adaptarnos al frío también. El fútbol es bastante distinto, jugamos 45 minutos, es más fuerte, más rápido y nunca paran de correr", contó.

Maxi Gay y Valentino Aiassa: más cerca de casa, pero lejos de la familia
Maximiliano Gay en Girondins de Bordeaux.



La rutina

Ambos viven en el Centro de Formación de Girondins de Bordeaux. Comen, entrenan y van a la escuela. Su rutina diaria se comparte con otros jugadores de inferiores. "Entrenamos a la mañana, vamos al gimnasio a las 8 y después salimos a la cancha las 9. Entrenamos hasta las 11, terminamos y vamos de nuevo al gimnasio o a las duchas", relató Valentino.

"Desde el vestuario al Centro de Formación hay a unos 400 metros. Comemos y a las 12.50 vamos a la escuela hasta las 18.30. Hay días que salimos antes porque tenemos menos materias y menos horas que los demás compañeros", agregó Maximiliano. 

A la cancha siempre...

El sueño de todo hincha: ir a la cancha como rutina obligatoria. No pueden faltar. "Nos llevaban todos los partidos a ver a Bordeaux, es obligatorio ir a ver el partido. Tenés que cambiarte y a una hora determinada te pasan a buscar, te dan un papel para entrar a la cancha y vamos", dijo Maxi. "Está muy bueno, el estadio es increíble", agregó Valentino.

"No se vive de la misma manera en las tribunas, en Argentina se canta mucho, allá se usan parlantes. Lo raro es que años anteriores que fui, me sorprendí siempre de que al lado mio había un hincha de un equipo rival y no pasaba nada. Eso es muy distinto", indicó Gay.

"A nuestros partidos no es obligatorio, pero yo iba a todos lados, aunque no me citaran. Para quedarme en el Centro más vale iba, no importaba la distancia porque siempre había lugar", contó Aiassa.

Una odisea

Para regresar a Argentina, los jóvenes jugadores tuvieron que atravesar todo el mundo en varias escalas. En Francia, cerraron la escuela, cerraron el Centro de Formación, pero Girondins se ocupó de que todos sus jugadores extranjeros vuelvan a su país de origen. 

"Fue una vuelta muy larga. Cerró la escuela un viernes y el Centro de Formación no, ese mismo día Macron decretó que se suspendían las clases y los deportes, entonces nos quedamos en el Centro unos días más hasta que empeoró todo en Francia. Quedamos solos y cuando los números se complicaron directamente cerraron todo y nos mandaron a casa", contó Valentino.

"Nos volvimos dos o tres días después que nuestros compañeros. Hicimos Bordeaux-París /París-San Pablo / San Pablo-Ezeiza. Fue bastante cansador, nos midieron la fiebre al llegar, no tenemos síntomas y estamos cumpliendo con la cuarentena en el departamento de mi tía Gabriela Gay", agregó Maximiliano.

Los jugadores Valentino Aiassa y Maximiliano Gay arribaron desde BORDEAUX y se encuentran realizando la cuarentena...

Publicada por Club Proyecto Crecer en Sábado, 21 de marzo de 2020

La cuarentena

"Todavía no vimos a nuestras familias. Es dura, hablamos entre nosotros, pero hace tres meses que estamos juntos y ya nos conocemos de punta a punta", contó Valentino entre risas. "Usamos Netflix, vemos series y no salimos del departamento. Nuestra cuarentena es distinta, no tenemos que salir por nada. Una amiga de la tía de Maxi nos hace las compras, deja la bolsa, toca la puerta y se va", agregó el joven.

"Para mí no es tan duro, jugamos a las cartas, al Monopoli, y nos mantenemos ocupados haciendo los ejercicios que nos mandan de Bordeaux. Yo tengo la suerte de estar con mi tía, por lo menos estoy con un familiar cercano", indicó Maximiliano.

Con respecto a la escuela, los jugadores contaron que los profesores les envían mails para que trabajen en casa. "Trabajamos los dos juntos, son bastante difíciles los ejercicios porque están en francés, sería como lengua y literatura de acá", dijo Maxi.

"Es una situación rarísima, estoy en Argentina y no puedo ver a mi familia. Hago videollamadas, es lo mismo que estar en Francia", dijo Aiassa.

El club francés también mantiene contacto permanente con los jóvenes donde les envían material para trabajar en casa. "El club manda rutinas para mantener el peso, para correr y hacer ejercicios en casa. No podemos correr, pero podemos hacer algunos ejercicios para mantener la constancia", señaló Maximiliano

En cuanto al regreso, Gay y Aiassa esperan volver pronto, pero antes quieren ver a sus familias. "Nosotros tenemos pasaje para el 4 de mayo, si todo esto para volveríamos en esa fecha...", dijo Aiassa.

Agradecimientos. "A Gabriela Gay, la tía de Maxi, que se ofreció a hacer la cuarentena con nosotros y estamos en su departamento muy bien...", dijo Valentino." A Girondins de Bordeaux y Proyecto Crecer que hicieron posible todo esto; y al club Belgrano, donde empecé a jugar al fútbol", agregó Maxi.

Esperando el reencuentro

Por otro lado, Alejandro Gay, papá de Maximiliano contó que esperan volver a verlos pronto ni bien pase la cuarentena. "Cuando pasen los 14 días esperamos tener la autorización acá en San Francisco para ir a buscarlos a Buenos Aires. Para que sigan la cuarentena en casa después de pasado el tiempo donde se manifiesta el virus", dijo Alejandro.

Al mismo tiempo, Gay destacó el permanente contacto de Girondins de Bordeaux y del club Proyecto Crecer, quienes se pusieron a disposición de las familias y de los jóvenes.