Más de cuatro mil personas se dieron cita el pasado fin de semana en el estadio de Sportivo Belgrano, que lució prácticamente colmado, en la jornada final de la Liga Amateur que consagró a la Trucha FC como campeón de torneo de verano.

El equipo de Frontera, un gran animador de los viejos torneos amateurs y comerciales de la ciudad, se quedó con el título al derrotar en la tanda de penales a La Florida. Fue un sueño hecho realidad para muchos jugadores locales que añoraban defender los colores de su barrio en ese contexto.

“Significó mucho para nosotros porque es un grupo de gente que se formó con jugadores que ya habían jugado en el club en la Liga Comercial.  Este título nos llenó de alegría, más que todo para los que nos acompañaron en todos los partidos. Hay gente de la vieja Trucha y se sumaron muchos jóvenes que están muy metidos y contentos con el club. Hay algunos chicos de Antártida, de La Hidráulica y la mayoría estaban en competencia. Cuando arrancamos éramos muchos jugadores, pero pudimos fichar solamente a 30, ahora veremos qué pasa”, comentó el jugador Lucas Piombo, quien ya había vestido la camiseta de La Trucha en torneos comerciales.

Piombo fue parte de los antiguos torneos de La Trucha en Liga Comercial.
Piombo fue parte de los antiguos torneos de La Trucha en Liga Comercial.

Volver a vestir los colores del barrio

Para Piombo este torneo fue especial, ya que pudo jugar en años anteriores e incluso consagrarse campeón con el club. Sin embargo, nunca en este contexto: “Era chico y jugaba con jugadores como el ‘Pez’ López, ‘Meme’ Carosio, que eran los grandes y nosotros éramos los más chicos. Ahora nos toca a nosotros ser los más grandes y guiar a estos chicos junto con Alejandro Pérez y Maximiliano Miranda”, explicó.

“Nos emocionó mucho ver a la gente del barrio en la cancha de Sportivo Belgrano. Pero lo más importante fue la unión del grupo, todos tiramos para el mismo lado. Hubo chicos que se quedaron afuera, pero siempre apoyaron y eso fue fundamental”, agregó.

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Palabra autorizada: “Se me ponía la piel de gallina”

El ex jugador de La Milka, Miguel “Cabezón” Sosa, es uno de los reconocidos jugadores de la vieja Liga Amateur con pasos por 1º de Mayo, La Florida y por su querido La Milka, donde es uno de los jugadores más recordados. 

Sosa pudo ir a la cancha, no mucho porque su salud no se lo permite, pero quedó maravillado con el regreso del fútbol de barrio a San Francisco. “Fue un lindo torneo y unas finales bien organizadas, yo les tenía miedo a los problemas de seguridad porque los chicos de ahora no son los mismos de antes, pero estuvo bien organizado y no pasó nada. Lástima que tuvimos la mala suerte de salir terceros”, contó.

“A uno se le vienen recuerdos viejos, cuando jugábamos las finales la hinchada nos seguía por todos lados, hoy son chicos nuevos y ves cómo no dejan de alentar al barrio y al club. Se me ponía la piel de gallina, veía a la gente bailando y saltando, ahora en la tribuna porque antes era atrás del alambrado nomás. Fue muy lindo todo lo que se vivió”, agregó.

Por otro lado, el ex jugador se mostró muy agradecido -y sorprendido- por el reconocimiento que recibe a diario en el barrio y en el club. “Muchos me reconocen, la Comisión les dice y seguro les han contado algo de mí, así que hay muchos chicos que me saludan. Es una alegría enorme que te reconozca un chico que no te vio jugar porque conoce de mí por lo que le cuentan, uno es grande y tiene su edad, vienen te dan la mano y un beso, es muy lindo”, señaló. 

Mario Morales se mostró muy emocionado de poder defender la camiseta del club de su barrio.
Mario Morales se mostró muy emocionado de poder defender la camiseta del club de su barrio.

“En el barrio me paran y me alientan”

Para Mario Morales también fue una jornada soñada. El experimentado jugador de 38 años volvió a jugar en La Milka, el club de sus amores, y no ocultó la emoción tras quedarse con el tercer puesto del torneo.

“Se me caen las lágrimas, la camiseta del barrio es mucho… Salgo de mi casa y la gente me alienta, se me pone la piel de gallina. Estoy muy agradecido, tengo 38 años, no tengo tantas ganas de seguir jugando, pero con esto te dan ganas de jugar cuarenta años más”, contó entre lágrimas.