Desde hace más de una década, cada 6 de abril el calendario internacional reserva un lugar especial para una fecha que excede la efeméride: el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz. Proclamado en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el día recuerda la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna en 1896, en Atenas. Sin embargo, su sentido va mucho más allá de la competencia.

El deporte, en cualquiera de sus formas, ha demostrado ser una herramienta poderosa para fomentar la inclusión, fortalecer vínculos, promover hábitos saludables y generar oportunidades en todas las etapas de la vida. En este marco, la Agencia Córdoba Deportes, dependiente del Gobierno Provincial, lleva adelante múltiples programas que acercan la actividad física a todos los sectores de la sociedad, con un enfoque integral y territorial.

“Tratamos de acercarle a la gente la posibilidad de que haga actividad física, adaptándonos a las posibilidades de cada uno”, explica Noelia Coronel, profesora del área de Deporte Social de la Agencia.

Desde niños y niñas que descubren el deporte como espacio de aprendizaje, hasta personas adultas mayores que encuentran en el movimiento una nueva forma de bienestar, las historias que se tejen en torno a la actividad física son tan diversas como significativas.

El deporte adaptado también ocupa un lugar central dentro de estas políticas públicas. Milagros Soria Porreta, jugadora de Goalball y campeona nacional con el equipo “Los Mapaches”, sostiene: “El deporte es un estilo de vida. Pasión, amor, familia. Todas las personas con discapacidad no solo podrían, sino que deberían participar”.

En cada rincón de la provincia, los relatos de superación se multiplican. Como el de Ignacio Lehder, quien llegó a la natación como parte de un tratamiento para el asma y terminó federado, o el de Davina y Teo Espinosa Zalazar, quienes combinan la exigencia académica con la práctica deportiva desde pequeños.

Para Joaquín Pinelli, retirado laboral y hoy referente del tenis de mesa en los Juegos Evita, el deporte es sinónimo de juventud: “Uno vive con el deporte, porque es lo que te hace mover y lo que te hace sentir joven”. Una sensación que comparte Teresa Lach, quien comenzó a los 63 años y no duda en invitar a otros a animarse: “Para hacer deporte, no hay barreras, en lo absoluto”.

El impacto del deporte va más allá de los logros individuales: se proyecta en la comunidad, en la salud pública, en la construcción de ciudadanía y en la posibilidad de tejer redes solidarias.

Este 6 de abril nos deja, una vez más, el recordatorio de que el movimiento no es solo físico: es un motor social, emocional y humano. En cada paso, en cada esfuerzo, se escribe una historia que merece ser contada.