El beach vóley crece en San Francisco: de la recreación a la competencia
En los últimos años, la ciudad es testigo del crecimiento de esta disciplina. Lo que comenzó como una actividad recreativa, se convirtió en un deporte con torneos competitivos y entrenamientos. Entrenadores y organizadores destacan su accesibilidad y buen ambiente.
El beach vóley pasó de ser una actividad recreativa para los días de “playa” a convertirse en una disciplina en pleno auge en San Francisco, con la organización de torneos cada vez más concurridos y jugadores que buscan consolidarse en el circuito. En ciudades del interior del país, esta práctica ha logrado captar el interés de diversos públicos y se está afianzando como una opción deportiva competitiva y recreativa.
Rodrigo Bazán, uno de los organizadores del Circuito Regional de Beach Vóley, destacó a El Periódico que la disciplina tuvo un crecimiento enorme en la ciudad y explicó el sistema de competencia: “Tenemos tres modalidades de juego: duplas femeninas, duplas masculinas y triplas mixtas, estas últimas pueden ser conformadas por dos hombres y una mujer o viceversa”. Según agregó, la categoría es libre, es decir, cualquiera puede anotarse y jugar, aunque el triplas mixtas suele ser la modalidad más accesible a nivel de juego.
El crecimiento del beach vóley no solo se refleja en el número de participantes, sino también en el interés de la comunidad. Rodrigo detalla que actualmente cuentan con el cupo máximo de inscriptos: “Tenemos 10 duplas femeninas, 16 duplas masculinas y 16 triplas mixtas. Lamentablemente disponemos de una cancha y el tiempo es acotado, sobre todo en verano, cuando por ordenanza no se permite competir al mediodía”, comentó.
“La idea es dividir a los participantes por niveles de juego, más que por edades”, explicó Abril Gudiño, entrenadora de beach vóley en el Sport Club. Esta modalidad permite que jugadores de distintos grados de experiencia puedan competir en condiciones equitativas. Además, los torneos rápidos o relámpago —aquellos que se desarrollan en una sola jornada— se han convertido en una opción muy atractiva, permitiendo que hasta 16 equipos compitan intensamente durante un día.
La pandemia como factor de impulso
Tanto Rodrigo como Abril señalan que el auge del deporte tuvo un punto de inflexión en los años de la pandemia. Al ser uno de los pocos deportes permitidos por las restricciones sanitarias, muchas personas comenzaron a practicarlo y quedaron cautivadas. En el caso de Rodrigo, era asiduo jugador de pádel pero sufrió una lesión. “Alguien me recomendó el beach para la rehabilitación. Arranqué jugando con amigos, nos anotamos en un torneo y, aunque nos fue pésimo —entre risas—, decidimos seguir. Con el tiempo empecé a entrenar con seriedad y hoy estoy organizando un circuito”, recordó.
Entrenar todo el año
La temporada fuerte empieza en septiembre, cuando desaparece el frío y comienzan los torneos, ligas y circuitos. Uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta el beach vóley es la idea de que solo se practica en verano. Si bien es cierto que el clima acompaña y favorece la actividad al aire libre, adaptando horarios y utilizando indumentaria adecuada es posible seguir el ritmo de entrenamiento y participación durante la temporada invernal.
El desarrollo de la disciplina se debe al trabajo constante por parte de entrenadores y organizadores, en su mayoría exjugadores de vóley indoor o el vóley convencional. Actualmente, en la ciudad crece la cantidad de personas entrenando, desde niños y niñas hasta adultos. Y a eso se le suma el mayor interés del público por asistir a estos torneos.
Parte de su atractivo radica en su accesibilidad. A diferencia de otras disciplinas, no requiere gran equipamiento. “Lo único que necesitás son ganas. No hacen falta zapatillas especiales ni elementos caros, solo descalzarte y pisar la arena”, comentan ambos organizadores.
Buen ambiente y apoyo de sponsors
Además, destacan el ambiente que se genera: “El beach es fiesta, risas, música, amigos nuevos y desconexión de problemas cotidianos. Es un deporte donde la amistad, los valores y el respeto están siempre presentes”.
El desarrollo del beach vóley local también fue posible gracias al apoyo de sponsors locales, quienes colaboran con premios, indumentaria y recursos para los torneos. La predisposición de emprendedores y comercios para promover el deporte es un factor que los organizadores valoran enormemente, contando con una variedad para todos los colores: desde bares, panaderías y minimercados hasta salones de estética y cuidado personal.
Dentro de los torneos, los organizadores buscan realizar actividades fuera de la cancha para que participen tanto jugadores como espectadores. Alguna búsqueda del tesoro que invite a conocer las instalaciones, partidos de truco, preguntas y respuestas con premios y lo más esperado para las instancias finales: la presencia de DJ’s que animen la jornada, luces, máquina de humo y música, donde algún o alguna valiente tome el micrófono y sume su energía.
La proyección de la disciplina
De cara al futuro, se espera que haya más propuestas de competencias y entrenamientos en la ciudad. Entre las iniciativas más destacadas se encuentra la organización de clínicas que buscarán atraer a nuevos jugadores y fortalecer el nivel de los actuales participantes.
Aunque el presente ya promete. Desde la organización del Circuito Regional contaron que en 2024 participaron jugadores provenientes de Devoto, La Francia, Freyre, Morteros, Las Varillas, entre otras localidades, y también se sumaron deportistas de nivel nacional llegados desde la ciudad de Córdoba y La Calera, con gran nivel competitivo.