Por Manuel Ruiz

 

Llegamos. Todos queríamos llegar a esta parte de la temporada. Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, empleados del club, hinchas, familiares, aficionados del básquetbol en la ciudad y también los periodistas. Porque es verdad que los playoffs son otra cosa, que son diferentes a los partidos de temporada regular, por más que durante los 36 partidos que San Isidro disputó en la fase clasificatoria hayamos presenciado buenos juegos y noches intensas en el Nido o en alguna de las canchas de la Conferencia Norte del TNA.

 

Y llegamos después de seis meses, pero sobre todo después de más de 20 días en los que San Isidro no jugó esperando que se dispute la reclasificación y así poder conocer al rival con el que jugará los cuartos de final desde este martes.

 

Ese rival será Echagüe de Paraná, equipo al que ya conoce desde hace mucho y que este año ha enfrentado cuatro veces, con récord favorable para los dirigidos por Osvaldo Arduh.

 

Diferentes


Los playoffs son diferente a lo que pasó antes, porque cuando se llega a esta instancia lo de antes poco importa. En este caso, la1 serie se definirá al mejor de cinco juegos, y como toda instancia mano a mano lo psicológico, eso tan difícil de medir en números, será clave: entrar con firmeza, sabiendo que el otro también sale a jugar como si no hubiera futuro, o que el futuro es el próximo partido, y que en ese próximo partido el otro no te va a dar ni un segundo del reloj sin que te lo ganes o se lo quites.

 

Comienza este martes la época de margen de error cero, porque equivocarse ahora es igual a dos valijas y un colectivo de vuelta a casa. Llegamos a la etapa de jugar a cancha llena, de jugar más por el orgullo que por el sueldo, por la gloria que por otra cosa. Llegamos a la etapa de alto rendimiento. Estamos en esos días que tu jefe te dice que tenés que entregar todo el trabajo que debés para el lunes, solo que en playoffs el lunes es cada dos días.

 

Ahí está San Isidro diciendo que todo es posible.