Horacio Hernández, popularmente llamado el “Lola”, vive días de alegría. Es director técnico de La Hidráulica, equipo de Frontera que el pasado fin de semana logró el ascenso a la máxima categoría de la Liga Rafaelina.

 En una charla con El Periódico, hizo un repaso de sus inicios y de su trayectoria como jugador. También dejó sus sensaciones tras el logro reciente con La Hidráulica.

¿Dónde empezaste a jugar al fútbol?

Llegué a Los Andes porque era el club de barrio. Me llevaron mis padres. Ahí jugué todo el Baby Fútbol hasta los 13 años. Empecé porque el fútbol siempre fue y será la pasión de mi vida. De la familia soy el único que jugué al fútbol.

¿A quién recordás de aquella época?

En esa época estaba Maciel Martini, como compañero lo tenía a Horacio Cabrera que también fue mi compañero en Sportivo, después estaba Gioino como dirigente, Santagostino…

¿Quién te enseñó a jugar al fútbol?

Tuve varios maestros que eran técnicos, Rovera, Martini, Gioino que también era técnico, Nelsi Mina, que también lo tuve en Sportivo, él me tuvo en el Baby.

¿Qué recuerdo tenés de Nelsi Mina?

El mejor. Con Nelsi pasamos uno de los mejores momentos deportivos en la liga cordobesa. Hemos ganado 5 ó 6 campeonatos. Es un hombre que siempre se entregó en el club, se dedicaba, iba a la casa de los jugadores, buscaba al que le faltaba los botines o los remedios. Fue de lo mejor que tuve.

¿Qué recordás de tu paso como jugador por Sportivo Belgrano?

Eran épocas maravillosas de la liga cordobesa. Competíamos cada 15 días en Córdoba. Eran partidos durísimos, muy difíciles. Recuerdo los grandes clásicos con Belgrano. Me acuerdo que en el 83 le ganamos 3 a 2 en el estadio Córdoba con 3 goles de Omar Pérez, pero la mayoría éramos jugadores de San Francisco. Cuando llegaron los colectivos de acá ya íbamos ganando 2 a 0. No se podía creer, ganarle a Belgrano que tenía jugadores de Buenos Aires para nosotros era bárbaro.

¿Cuál fue tu mejor partido?

Fueron muchos. En el año 81, en cancha de Belgrano, perdíamos 1 a 0 e hice el gol del empate. En el 94, en la final con Racing de Córdoba hice un gol de 30 metros y nos coronamos campeones.

¿Cómo te encontró el retiro?

Me retiré estando muy bien físicamente, porque quería dedicarle más tiempo a mis hijos y a mi familia que ha estado en las buenas y en las malas conmigo. En un momento había que decir basta. Hacía 20 años que estaba en el club. No tenía un fin de semana libre. Ese año que me retiro, en 1997, me quedé como ayudante de campo de Nelsi Mina. Se le habían lesionado dos jugadores, y el plantel y él me pidieron que vuelva a jugar. De estar en una liga amateur, la liga independiente, pasé a jugar la semifinal con Unión de San Vicente en Córdoba. Nos clasificamos a la final y ya no me fui más. Jugamos la final con Las Palmas acá, salimos campeones y seguí jugando. Para jugar un torneo argentino en ese momento había que sacarle la plaza al que la tenía. En ese momento la tenía Alumni de Villa María, jugamos acá, ganamos, fuimos allá, conseguimos el empate, y nos trajimos también la clasificación. Después jugué el torneo argentino. Ya en el ‘98 no quería jugar más pero me vinieron a buscar de la liga regional de La Florida y fui un año. Ya a los 40 años dije no juego más y me vinieron a buscar de Antártida, donde estaba Nelsi Mina. Costó mucho convencerme pero fui, allá por el 2000. Y ahí sí ya me retiré definitivamente y empecé a trabajar con los chicos en Sportivo.

¿A qué te dedicás en la actualidad, además de ser entrenador?

Soy empleado de EPEC desde el 1985 y el resto se lo dedico al futbol.

¿Cómo fue tu año con La Hidráulica?

Hace tres años que veníamos estando cerca. La Hidráulica es un club muy particular, amateur, donde nadie cobra, y vos tenés que armar el equipo de acuerdo a los chicos que vengan al club. A mí me sirve porque me va potenciando para ir mejorando, me tengo que arreglar frente a un equipo que tiene presupuesto, trabajar de igual a igual. Este año creo que se dieron las cosas. No en la primera parte del torneo porque se nos inundó la cancha y no teníamos donde entrenar, la mayor parte de la preparación física la hacíamos en una placita. Después, a medida que pudimos trabajar en cancha fuimos mejorando y agarramos la segunda parte del torneo invictos. El equipo levantó, recuperamos algunos pibes que habían tenido problemas físicos. El equipo fue en levantada, de menor a mayor y conseguimos el campeonato primero y el ascenso después. Ahora el domingo jugamos en Rafaela en cancha de Quilmes por el torneo absoluto.

¿Vas a seguir dirigiendo La Hidráulica?

Esperemos que sí. Ahora se complica un poco más con los viajes porque también trabajo sábados y domingos. La mayoría de los partidos los vamos a jugar en Rafaela. Yo pienso que sí, voy a tratar de estar la mayor cantidad de partidos. Cuando no puedo está el ayudante de campo con el que trabajamos siempre juntos.

¿Qué sensación te dejó el ascenso?

La sensación es lo mejor. Uno se desahoga porque al tener tanta pasión por el fútbol y al ver que los resultados no se dan es un desahogo total. Haber logrado el campeonato y después el ascenso te deja una sensación de tranquilidad y de saber que venimos haciendo bien las cosas. Tengo un equipo de jugadores que conozco, a muchos chicos los tuve en las inferiores de Sportivo. Tengo un grupo de chicos de experiencia que han jugado torneo argentinos, y creo que ese grupo de grandes ayudó mucho a ese grupo de chicos  que venían de abajo, de 22, 23, 24 años. Se armó un grupo compacto. Me parece que para el año que viene hay una buena base para armar el equipo. Vamos a tener que trabajar más intensamente en la parte física, porque el ritmo de juego es superior.

¿A quién tenés que agradecerle?

A la familia. Mi señora fue fundamental, me aguantó muchas cosas. Cuando nació Nicolás, el más chico, ese día jugábamos una final en Sportivo y fui a jugar. Después teníamos que jugar la final en Córdoba, la dejé en la clínica y me fui. Estoy muy agradecido. Tampoco estuve en el bautismo de mi hijo más grande porque estaba jugando. Todo eso se lo debo a mi familia, que es por lo que uno lucha. Y también quiero agradecerle a la gente de La Hidráulica, de Sportivo y a la Municipalidad de Frontera por el apoyo.

Trayectoria

Debutó en Los Andes, en el Baby Fútbol, cuando tenía 8 años. A los 17 comenzó a jugar en Sportivo Belgrano, donde a los 21 llegó a jugar en la primera. Su retiro llegó en 1997 aunque siguió jugando. Con 57 años, padre de Nicolás (24) y de Gonzalo (27), dirige desde hace 4 años, La Hidráulica, equipo que recientemente ascendió a la Primera A de la Liga Rafaelina de Fútbol.