En los árboles y patios de muchas casas, los atardeceres se llenan de sonidos y sus ramas se inundan de cuerpecitos negros de los tordos que se encuentran en plena recolección de la pichonada y se mueven en grandes bandadas.

El montecito nativo y didáctico formado en el Archivo Gráfico, detrás de avenida de la Universidad al 200, es un lugar especial para graficar esta situación. Alberto Orellano-que trabaja y custodia el lugar- asegura que los amaneceres y atardeceres se llenaron de magia gracias a las distintas especies de aves que se congregan en el lugar. Además de los tordos, en el montecito se juntan también familias de teros, lechuzas de campanario, palomas, cotorras, carpinteros, cucurcuhas y además algunos caranchos que aguardan más alejados del lugar en grandes árboles el momento perfecto para cazar alguna presa.

La calma por la cuarentena deja descubrir a las aves y sus cantos

 “Con el silencio de las calles, es impresionante cómo se escuchan las aves, eso y la puesta del sol- que da justo al patio del Archivo- hacen que los atardeceres parezcan de película”, comenta Alberto.

La calma por la cuarentena deja descubrir a las aves y sus cantos
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Un Chimango, en cercanías del Archivo gráfico

“Muchas aves pero nada raro”

La ambientalista y guardafaunas Ernestina Saravia coincide en que la calma de la ciudad genera un mayor movimiento y avistaje de aves, pero todo se enmarcaría dentro de lo normal. “Pasa que por ahí las personas están más acostumbradas al ruido cotidiano que a esta tranquilidad y despierta curiosidad”, dice.

En cuanto a los tordos confirma que en esta época se los suele ver en bandadas juntando a sus pichones, aunque destaca que observa un número superior al normal. “He visto en distintos lugares bandadas de 70 a 80 aves. En cuanto a las demás especies estamos dentro de lo normal, se han visto algunos carpinteritos blancos nuevos y también es el tiempo en el que las cotorras, como les dice el común de la gente, al haber cosecha en los campos, se vienen para la ciudad buscando refugio”, sostiene.

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Sorpresas en recorrido

Desde El Periódico salimos a buscar imágenes de las aves que se encuentran en la ciudad y encontramos alguna que otra poco habitual de ver, como una familia de garzas grises caminando tranquilamente por la plaza de barrio Las Rosas. Son animales acuáticos que residen en la región cercana a Miramar.

También en nuestra recorrida encontramos ejemplares de pirinchos, benteveos y chimangos, entre otros.

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Benteveos en el Archivo Gráfico. 
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Los famosos pirinchos. 


Por otra parte, días atrás, Saravia había rescatado un ejemplar de caraú que se hallaba herido en el sector del Hipermercado Anselmi. Tras unos cuidados, fue liberado esta semana.

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Una garza gris o Caraú en la lagurna de retardo detrás del Archivo Gráfico. 
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Una garza silvadora y de fondo la ciudad de San Francisco

A pesar que la cuarentena y el temor a la pandemia nos ha modificado la vida a todos y ha llevado a replantear distintas situaciones, por ahora, al menos la madre tierra está mostrando su belleza en lo cotidiano, cosa que a veces, no sabemos valorar.

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Un carancho posando sobre un poste al aguardo de alguna presa.