Martín Rostagno, es un sanfrancisqueño que vive y trabaja en un tambo en Ashburton, isla sur de Nueva Zelanda. En mayo del año pasado, luego de recibirse de ingeniero agrónomo, le llegó la confirmación de Waioto, un establecimiento de Nueva Zelanda, en la que aceptaban su postulación para trabajar. Ese país es el octavo productor de leche del mundo, con más de 18.000 millones de litros, pero a nivel de exportación es líder con el 25% del total en leche en polvo.

En una charla con el diario La Nación, Rostagno explicó que el sistema productivo en el campo está basado en la "eficiencia", capacitación constante del personal y que el método de pastoreo es un elemento clave para mantener bajos los costos operativos del establecimiento, lo que lo vuelve rentable.

El sistema productivo que tienen los establecimientos en ese país se basa en la fórmula productividad-horas-hombre, que consiste en la capitalización del trabajo, en cuántas horas se destina para el ordeñe y el mantenimiento general. En el caso del tambo para el que trabaja Rostagno, se necesitan seis personas dentro del establecimiento, pero el ordeñe de las 1200 vacas lo hacen cuatro.

Un sanfrancisqueño cumplió su sueño de viajar y trabajar en Nueva Zelanda
horas las ordeñamos todas, fácil y rápido porque predominan las calesitas, que son tambos giratorios de 80 bajada

Con los tambos giratorios, el personal a cargo puede alcanzar a ordeñar poco más de 500 vacas por hora durante la mañana y 600 por la tarde, pero "depende de la velocidad y la ductilidad del que ordeñe", según explica.

La clave del sistema eficiente, remarca, se basa en las pasturas, que son de ryegrass y trébol blanco en una proporción 80-20 que duran entre 9 y 12 años. "De octubre a marzo las vacas únicamente comen pasto, lo cual hace que la dieta sea muy barata", amplía.

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Modelo de trabajo

El modelo de trabajo y carga laboral consiste en armar una rutina, que generalmente se hace con dos meses de anticipación con la cantidad de francos y días laborables durante la semana. Según argumenta, en promedio nadie trabaja más de 6 días a la semana.

"En mi tambo trabajamos 8 días, descansamos dos, luego 8 días y descansamos tres y se vuelve a empezar, pero hay otras opciones como 5/2, 6/2 u 11/3. Eso varía de acuerdo a cada tambo. Si hacés la sumatoria de cuántos días libres tenés en el año, llegás a un total de 90 o hasta 108 días en los que podés hacer tus programas familiares", afirma, emocionado.

Fuente: La Nación