"No pierdan tiempo y díganle a sus seres amados todo lo que sienten por ellos porque nunca sabés cuándo llegará el momento de la despedida". Esa fue la reflexión de Michelle Bennett, la hija de una enfermera de 75 años que murió por coronavirus en Estados Unidos, a quien pudo despedir por videollamada.

Michelle contó que días atrás había recibido un llamado de su mamá, quien fue enfermera durante 38 años, donde le contaba que había contraído el virus.

"Recibí un llamado de ella diciéndome que había dado postivo en el testeo que le hicieron por Covid-19 y no había mucho para hacer", contó a Fox.

 
Días después, en otro llamado, recibió otro llamado, pero del hospital Swedish Issaquah, en Washington, donde le aseguraron que su madre solo tenía un 10% de chances de sobrevivir.

Fue entonces cuando Tatiana, la enfermera de su madre, le preguntó si quería hablar con ella ya que, "por la forma en la que estaba respirando no le quedaba mucho tiempo de vida". 

La comunicación con la enfermera se transformó entonces en una videollamada, en la que Michelle pudo a ver a su madre, para despedirla.

"Sostuvo el celular junto al rostro de mi madre para que yo pueda decirle que la amaba y que la iba a extrañar. También le dije que la perdonaba y que estaba todo bien; que podía partir", narró la hija.

"Cuando la enfermera retiró la pantalla de la cara de mi madre ... y se la volvió a poner, estaba llorando. Pude ver las lágrimas a través del respirador", contó.

A raíz de su experiencia, pidió a los familiares de las personas infectadas que “no pierdan tiempo” y les digan a sus seres amados todo lo que sienten.

Fuente: AP