En este nuevo aniversario del inicio de la Guerra de Malvinas en 1982, a 38 años de la triste contienda bélica, la Fundación Bio Animalis nuevamente recordó a los perros que lucharon en suelo malvinense como parte de los batallones de soldados de nuestro país.

Hay que recordar que la misma entidad, en 2018, colocó en San Francisco una placa en homenaje a los perros de Malvinas en la plazoleta Héroes de Malvinas, ubicada en calle Perú al 1300.

"No debieron estar... pero estuvieron con la misma valentía y bravura que sus compañeros soldados humanos.
El homenaje debe ser ser para todos. No reconocerlo así en la historia, no sería justo", consideraron en un escrito publicado en su página de Facebook. 

"A nuestros soldados, a nuestros perros. Gracias y perdón. No había necesidad de perder tantas vidas", concluyeron.

Asimismo, dedicaron el escrito que reproducimos a continuación


Los perros de la guerra de Malvinas
La Infantería de Marina de la Armada Argentina cuenta con el honor de haber destacado 18 perros de guerra en la Gesta de Malvinas de 1982, contándose con numerosas actuaciones heroicas por parte de estos "soldados".

Durante la defensa de Puerto Argentino, el Comando de la Infantería de Marina decidió el envío de una sección de perros de guerra de la Base Naval Puerto Belgrano, con el fin de impedir infiltraciones de comandos británicos en el dispositivo defensivo propio. Los perros llegaron a suelo malvinense el 7 de abril.

La alarma más eficaz y segura ante los bombardeos, fundamentalmente aéreos, eran dadas por los aullidos de los perros anunciándolo mucho antes de la iniciación del ataque.

En los últimos días de combate se decidió el envío de perros a primera línea y fueron tres las parejas enviadas; los conscriptos Carlos Del Greco con Ñaro, Raúl Andicochea con Negro y Carlos Silva con Xuavia.

Negro y Ñaro fueron al frente por su bravura y valentía. Eran los mejores del batallón, porque participaban de todas las exhibiciones (desarme de enemigos, control de detenidos y saltos de altura). Xuavia porque era extremadamente celosa y guardiana.

Los machos desaparecieron en el fragor del combate entre el 13 y el 14 de junio. Todos los esfuerzos por encontrarlos fracasaron y se presumió que ambos murieron en combate porque nunca fueron hallados sus collares. De haber seguido con vida, su instinto y sensibilidad los hubiera traído de regreso.

Sólo regresó Xuavia. Estaba preñada cuando partió a Malvinas. La noche del 13 al 14 de junio, luego de soportar un intenso bombardeo británico sobre las posiciones argentinas, Xuavia regresó junto a las tropas patriotas a Puerto Argentino pero repentinamente se separó y corrió hacia la negrura de la noche.

Varias horas después fue encontrada dándole calor con su cuerpo a un soldado del Ejército Argentino que estaba herido, a quien llevaron prontamente al hospital.

De no haber sido por Xuavia, ese soldado habría muerto congelado y desangrado. Luego del conflicto, la perrita regresó a su base y dio a luz a nueve cachorros.

De la dotación de perros de guerra de la Armada veteranos de Malvinas, el que superó a todos en longevidad, el más viejo, fue Vogel; un ovejero alemán nacido también en Puerto Belgrano.

Luego de la Gesta de Malvinas, este can presidió todas las ceremonias de la unidad, luciendo en su capa la condecoración de Veterano de Guerra de Malvinas.

Al fallecer, el 1 de diciembre de 1991, fue enterrado en la Agrupación Perros de Guerra. Su tumba mira hacia las islas y es monumento en honor a todos los perros veteranos de guerra.

Sobre la Agrupación Perros de Guerra

La Agrupación Perros de Guerra depende del Batallón de Vigilancia y Seguridad de la Armada Argentina ubicado en la Base Naval Puerto Belgrano. El Teniente de Fragata Infante de Marina Juan Martín Cittá es el jefe de la agrupación.

Los perros colaboran con la seguridad de la base naval y son entrenados para vigilancia, patrullaje, búsqueda y rastreo de sustancias tóxicas y personas. Aunque está proyectado poder entrenarlos para explosivos y siniestros (desastres naturales o catástrofes civiles)

“El destino se divide en dos secciones: los Perros de Seguridad y Exhibición que cuenta con perros policías y labradores; y la Sección Perros Especiales, para narcóticos y rastreo. Las razas más adecuadas para esta tarea son los dogos y los pointers”, introdujo el teniente Cittá.

“El ovejero alemán se incorporó al sistema de seguridad de la base en 1965. Y el dogo dentro del criadero, es un caso aparte, porque es el emblema deportivo y la mascota de la Infantería de Marina”, dijo.

La agrupación hoy cuenta con unos 42 perros/as y 23 guías, en su mayoría son perros de la raza ovejero alemán, preferida por sus cualidades: bravo en combate y leal con los suyos.

"Los perros son considerados parte de nuestro equipo y tratados como tales, lo que produce una relación de confianza”, concluyo el jefe de la agrupación.