En Argentina vimos en esta semana cómo los casos de coronavirus comenzaron a incrementarse en una cantidad mayor a la que se venía dando, con un total de 589 personas contagiadas y 12 fallecidas hasta el jueves 26 de marzo, lo que puede hacer crecer la preocupación y el miedo de que la situación se agrave mucho más.

Para comparar, hasta el jueves de la semana anterior (19 de marzo) eran 128 casos, los aumentos no habían pasado los 31 positivos diarios y había tres personas fallecidas. Es decir que en la última semana los positivos confirmados subieron más de cuatro veces desde que se registró el caso inicial el 3 de marzo. ¿Pero cómo siguen creciendo los casos si ya estamos en cuarentena?

Hay que saber que los resultados de la cuarentena no se van a ver de la noche a la mañana y recién se esperan para las próximas semanas. En primer lugar, hay que tener en cuenta que los que se informan hoy son una foto que muestra lo que estaba ocurriendo hace una semana o dos. En otras palabras, los positivos que se registran cada día son de personas que se infectaron entre 5 y 14 días atrás, que es el tiempo de incubación que los especialistas conocen para este virus, ya que inicialmente no manifiestan síntomas ni desarrollan la enfermedad. Así, los positivos que se conocieron en los últimos días muy posiblemente sean de aquellas personas que se infectaron antes de que entrara en vigencia el aislamiento obligatorio que ordenó el Gobierno nacional en todo el país.

El biólogo norteamericano Carl Bergstrom lo ejemplificó con una canilla abierta que tiene colocada una manguera y un embudo al final. Una vez que se cierra la canilla (que sería la cuarentena que "cierra" la circulación del virus) igualmente todavía va a quedar agua en la manguera (representan los contagiados) antes de salir por el embudo, que sería la cantidad de camas del sistema de salud. Cuanto menos intenso sea el chorro de agua, el embudo podrá escurrirla sin rebalsar. Y acá todavía estamos en el proceso de cerrar la canilla.

Por esto, se espera que los casos sigan aumentado todavía y es muy probable que el aislamiento social se extenderá al menos otras dos semanas. Va para largo.

¿Estamos entonces en una situación muy grave y nos dirigimos a un escenario dramático como el que se está viendo en España o Italia? Es muy pronto para saberlo y todo indica que las cifras van a empeorar hasta que, según las proyecciones oficiales, los casos comiencen a bajar. Las autoridades sanitarias de la provincia de Córdoba señalaron que el pico de casos se espera para la segunda quincena de abril, mientras que en el Gobierno nacional el presidente Alberto Fernández lo anticipó para la primera quincena de mayo. En otras palabras, el partido recién empieza y por eso es tan importante continuar con la única vacuna que existe a la fecha: quedarse en casa para evitar que el virus pueda propagarse en la comunidad y de esa manera cuidarnos entre todos. Sin contacto social, el virus no puede reproducirse.

Transmisión comunitaria

Pero además, los especialistas esperan que todavía aumenten los casos porque el virus comenzó a circular y a reproducirse con más contagios en un foco de la población más allá de los viajeros. Significa que el virus se las arregló para saltar la tranquera de la fase de contención y se metió al campo. Para que no cabalgue tan rápido se lo busca frenar con el aislamiento social. 

Esto se sabe porque si bien en nuestro país todavía la mayor parte de los enfermos son personas con antecedentes de viaje a los países considerados de riesgo o bien con contacto estrecho (también llamados casos importados, y locales los del segundo tipo), las autoridades nacionales confirmaron que ya se detectaron personas contagiadas sin tener esos antecedentes de viaje o contacto cercano, y que por lo tanto ya no se puede rastrear el origen de la infección. A esto se le llama la fase de transmisión comunitaria (a veces mencionados como casos autóctonos).

Las dramáticas noticias que llegan de Italia y España sobresaltan no solo por los lazos cercanos que tenemos en Argentina con ambos países, sino por el enorme aumento de fallecidos que registraron en la última semana. Esto demuestra que sin medidas de control extremas como el aislamiento el virus puede propagarse de forma descontrolada y el ritmo de casos comenzar a crecer de manera exponencial, para llegar más adelante a ver que las personas enfermas y fallecidas empiezan a multiplicarse. El virus está dejando un tendal con más de 25 mil víctimas a la fecha, la enorme mayoría adultos mayores. Los que todavía piensan que esto es exagerado y que no es más que una gripe fuerte, pueden darse otra idea con el hecho de que en Madrid están utilizando como improvisada morgue a un lugar que normalmente funciona como una divertida pista de patinaje sobre hielo, al no tener ya más espacio para colocar los cadáveres.

Ya hemos planteado en estas páginas que la situación de ambos países no puede trasladarse directamente a la Argentina, pero la comparación muestra como dato positivo que las medidas de aislamiento social tomadas en nuestro país fueron bastante más anticipadas. Italia y España decidieron cuarentenas totales el 9 y 14 de marzo, cuando los contagios ya superaban los seis mil casos en ambos países y habían pasado más de 40 días desde el primer positivo. Hasta unos pocos días antes sus ciudadanos hacían vida normal y el coronavirus era casi como otro cuento chino. Pero lo que estaba pasando era que desde semanas atrás el virus ya circulaba de manera incontrolada entre su población y las consecuencias no se iban a ver ni terminar de un día para el otro, sino que son las que todavía se están pagando y se pagarán un tiempo más con el fuerte aumento de contagios y fallecidos.

¿Cómo se sale de esta?

El presidente Fernández ya dijo varias veces que prioriza la salud sobre la economía. Sabe bien que al final del partido le van a contar los muertos y no otra cosa. Sin dudas que las medidas actuales de la cuarentena van a traer consecuencias muy graves en todo el sistema económico del país y a perjudicar la economía de muchas familias. También es cierto que la cuarentena no es igual para aquellos que cuentan con más comodidades, recursos y un contexto familiar para afrontarla que para quienes viven al día y en espacios muy reducidos o precarios, incluso con padecimientos como abusos o violencia, principalmente mujeres.

Hoy los gobiernos de muchos países del mundo están todavía en la fase de cumplir la cuarentena. Pero ya tienen encima otra cuestión: ¿cómo salir de esta situación y volver a la normalidad sin que se disparen los contagios? No es un tema menor porque si eso ocurre volveríamos al principio. Es algo para lo que todavía hay un poco de tiempo y opciones graduales, pero difícilmente esta cuarentena pueda prolongarse meses porque los problemas económicos y de otro orden serán también muy graves. La experiencia en España e Italia muestra que es más barato prevenir que curar y el Gobierno argentino ya explicó que la estrategia es ganar tiempo para armarse ante el virus. ¿Y cuánto es ese tiempo? Esa es la película que hay que esperar ahora.

Todos lo hemos aprendido de golpe y en pocos días: para este virus todavía no tenemos otra defensa que impedir que circule y se transmita. Las estrategias de los países pueden ser más o menos equivocadas o acertadas para frenar su expansión, pero todavía queda mucho por verse y ninguno puede cantar victoria. Lo cierto es que un virus no se sienta a negociar con los gobiernos. Un virus avanza y arrasa. Y nuestra respuesta no tendrá que venir solo de la ciencia y la medicina, sino también de la organización social y la solidaridad.