Con el objetivo de mejorar la formación de los jugadores más pequeños, el club General Savio tuvo la idea de contar con el asesoramiento de tres profesores de Educación Física de DeportLab, una empresa destinada a brindar servicios con una concepción diferente y de calidad en lo que respecta a la evaluación y el entrenamiento deportivo, como así también a la gestión y organización de la actividad física en este ámbito.

Sin embargo, fueron más allá. Según explicaron, en el afán de que los pequeños se sientan más cómodos y contenidos cuando ingresan por primera vez al club, se decidió que dos de las personas que trabajen con los más chicos fueran mujeres.

Así, en 2015, el club que milita en la Liga Regional de Baby Fútbol incorporó a tres profesores de dicha empresa: Juan Asencio, Georgina Della Torre y Carolina Chávez.

“Buscábamos mejorar la calidad educativa formativa en el plano físico de los niños”, afirmó Marcelo Felizia, dirigente de la entidad, respecto al objetivo principal.

Para Felizia, la preparación física es fundamental: “Nosotros, los que hacemos de técnicos, no estamos formados para eso, y la parte física es muy importante porque por ahí podés lesionar, sin querer, como metiendo la pata, y acá no se puede meter la pata. Que yo deje a un chico sin jugar o lo haga jugar menos tiempo puede ser un tema emocional, pero lo físico es más serio”, argumentó.

En su opinión, la contratación de dos profesoras de Educación Física le aportó un plus al club, ya que a su entender cambió la recepción para con los más chiquitos. “Lo de las chicas es muy didáctico. Ellas les hacen juegos, no es el fútbol propiamente dicho, aunque a veces se hace un picadito, sino que es mucha la contención del niño. Por eso la figura maternal, eso que hemos incorporado, como la de la mamá, la maestra de jardín. Una mujer le saca mucha ventaja a un hombre”, aseguró.

Acto seguido ejemplificó: “Yo acá hace muchos años que estoy y generalmente era el encargado de recibir a los niños. Y por mi forma de trabajar y mi seriedad, si un niño no se queda no lo sigo mucho. No se queda. Le digo ‘bueno papá, no se queda’. En cambio las mujeres insisten, los traen con juegos, les hacen bromas, es muy distinto el trato de una mujer formada a mí que yo soy un técnico formado de otra manera, como un liceo”, aclaró.

Buena respuesta

Para Felizia, el balance en estos años es excelente. “Hasta 2014 el club tenía un bache como de 12 o 13 años que no ganaba nada deportivamente. Si bien  no es ese el fin, ves las consecuencias del trabajo. En los últimos cinco años ganamos 10 torneos. Nos formamos también los profesores con charlas anuales, vamos concientizándonos sobre deportes. Estamos muy conformes con el proyecto que hemos encarado”, dijo.


“Se busca la contención de los niños”

Georgina Della Torre es una de las profesoras de Educación Física contratadas. Ella trabaja junto a Chávez (hoy momentáneamente reemplazada por Nazareno Lenciza) con las categorías 2014, 2015 y 2016. Mientras tanto, el otro profesor, Juan Asencio, lo hace con todas las categorías.

En su caso llegó al club en 2017 con la propuesta de trabajar, en ese entonces, con las categorías 2011 y 2012 que eran las más pequeñas del Baby.

Ser mujer, reveló, fue un punto a favor en este caso. “El hecho de que hayan buscado mujeres tiene que ver con que se sigue el rol de la madre para que el niño se vaya introduciendo en el fútbol y no corte ese papel de la mamá. Por eso buscaron mujeres”, dijo.

Sobre el objetivo de su incorporación, sostuvo que el principal tiene que ver con la contención de los niños pequeños aunque también lo es el trabajo de las habilidades motrices.

“Preparamos a los niños para que cuando crezcan esas habilidades estén estimuladas y desarrolladas. Por ahí sí trabajamos con pelotas, pero como son muy pequeños estamos más con el tema de habilidades motrices para que después sí puedan agarrar la pelota y jugar”, manifestó.

A la vez aseguró que el trabajo viene dando frutos: “Nos propusieron para ver cómo funcionaba y funcionó. Ahora ya estamos con tres categorías, tenemos nenes de 3, 4 y 5 años. La que juega es la de 5 años. Son nenes re chiquitos, a veces lloran, hay que tenerles mucha paciencia. Por ahora estamos muy bien, hace cuatro años ya que estamos acá y vamos bien”.

Por último, Della Torre reveló: En 2017, que fue la prueba, funcionó. Se ve un gran cambio de los niños después de julio. En la cancha lo notamos porque nosotras también dirigimos los sábados a la categoría más grande, la 2014. Después de julio, lo que nosotros notamos es el avance de ellos. En la primera parte del año es como que se van enganchando, de a poco. Después ya lo ves también en la cancha, ya armaron el grupito, se empezaron a conocer. Los resultados para nosotras por ahí no son el objetivo en esta categoría, sino la preparación y la estimulación de las habilidades”.