Tras la fiesta clandestina clausurada el domingo pasado sobre Entre Ríos al 1100, esta semana las autoridades de la Unidad de Desarrollo Regional (UDER), de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia, citaron a algunos de los padres de los menores presentes en el lugar.

La delegada local de UDER, Lorena Vanay, explicó la situación en detalle y dijo que la entidad tiene como objetivo garantizar el cumplimento de los derechos del niño o adolescente y protegerlos de una posible situación de vulnerabilidad. “En este caso era una fiesta donde había un número importante de más de 60 adolescentes desde 12 a 18 años. Había otras edades de 18 a 21 pero un grupo muy reducido, no más de 10 personas mayores, que siguen siendo incapaces de garantizar el cuidado de esos menores en una situación que se pueda desbordar, no necesariamente solo por el consumo de alcohol, sino también por falta de salud de alguno o una pelea”, indicó.

“Se llamó a los padres de los chicos, con situaciones diferentes de 12 a 17 años, y la Secretaría lo que hace es ponerlos a ellos en situación y remarcarles cuáles son sus responsabilidades como progenitores en el cuidado de sus hijos”, dijo Vanay.

La respuesta de los padres

Vanay sostuvo que "nunca se termina de sorprender" con la respuesta de los padres. "Muchos de ellos admitieron el acto de irresponsabilidad y dijeron que iban a controlar mejor, varios planteaban ‘no lo dejo salir más’. Nosotros no decimos que no los dejen salir más, sino que puedan disfrutar en un ambiente sano y que, si van a hacer un festejo, tengan las normas de seguridad básicas”, dijo.

“Supongamos que un adolescente se descomponía, ¿quién lo iba a socorrer en esa situación? Es algo básico, sin siquiera hablar del alcohol, no había quién los pudiera auxiliar, por eso la importancia de recalcarles que como padres somos responsables del cuidado de los hijos, saber dónde están y quien garantiza la protección de ellos”, indicó.

En ese marco, la delegada explicó que muchos padres se enojaron con el organizador de la fiesta. “Algunos planteaban la cuestión de que no sabían que era una fiesta de estas características, que pensaban que iba a ser algo familiar. A todos se les hizo la misma observación, que para que eso no pase hay que bajarse y hablar, ir a ver dónde está el chico, saber qué adulto va a estar a cargo”, explicó.

“Hubo otros que consideraron excesiva la medida de interrumpir la fiesta, de molestarlos, a otros chicos los tuvimos que llevar a sus casas con la Policía porque no nos atendieron el teléfono. El panorama es variado, pero no es solo de este fin de semana, es en general”, señaló.

Responsabilidad

La responsable de UDER enfatizó en la importancia de que los adultos vean su propia responsabilidad: “Lo que tratamos es el hecho de no poder vernos como responsables a los adultos y depositar esa responsabilidad en otro, en el organizador, en la Policía, en la Municipalidad. Siempre se deposita la responsabilidad en otro, por eso nuestra intención es de generar esa reflexión”.

Por otro lado, Vanay explicó que no todos los padres fueron citados. “Fueron algunos de los cuales al momento de la entrega del chico la edad era llamativa, no iban a la escuela, no tenían un proyecto sustentable de vida o aquellos padres que mostraron una respuesta que no era lógica”, explicó.

Sanciones

En tanto, Vanay indicó que las sanciones no les corresponden a esta área y forman parte de un sistema que lleva adelante la Municipalidad en cuanto al control de leyes de convivencia y habilitaciones de espacios. “En este caso quedó en claro esa noche que la multa iba a ser para el espacio y para el adulto que había alquilado el club. Sin embargo, la jueza analizaba seriamente también multar a los padres de los menores de edad”, adujo.

“Obviamente las multas son para adultos porque son los que deben garantizar la protección y generar espacios donde nuestros hijos puedan disfrutar saludablemente en horarios y espacios adecuados”, concluyó.

Previas y conducción de motocicletas

La delegada local de UDER también señaló que intervienen prácticamente todos los días en distintos hechos donde los menores se encuentran en situación de vulnerabilidad. “La cuestión de las previas ocupan el número uno del ránking, pero también hay muchos casos de menores en conducción de motocicletas”, indicó.

“Nos tomamos un tiempo importante para charlar con estos papás y con estos adolescentes sobre el valor de la vida. Cuando los detienen no tiene edad para conducir, no tienen carnet, casco ni luz en la moto, ni frenos en condiciones", precisó.

A su vez, insistió: “El objetivo es reflexionar, porque una cosa es citarlos para devolverles a sus hijos y otra es cuando nos toca llamarlos para decirles que están en el hospital y ahí ya es tarde. Hay un alto porcentaje de adolescentes que producto de estos accidentes han quedado con discapacidades motoras e intelectuales muy importantes, que después condiciona el resto de su vida”.

“Este es un trabajo en conjunto que se hace con el objetivo de generar conciencia en los adolescentes y formar adultos responsables. Esperamos contar con el acompañamiento de los padres y no por ahí con una palabra que desvalorice el trabajo que uno hace con el propósito de salvar una vida minimizando la situación. En los operativos colabora el municipio y la fuerza policial, que es un trabajo importante y desgastante que no se ve. El tiempo que se invierte en desarticular una previa con menores tal vez hace sea necesario en el cuidado de la cuidad en otro lugar”, concluyó.