Todos los años miles de estudiantes llegan a Córdoba para iniciar sus carreras. Algunos provienen del interior provincial, y otros son oriundos de diferentes provincias. Es una imagen que se reitera año tras año, principalmente entre los meses de diciembre y febrero, cuando comienzan los cursos nivelatorios en cada una de las instituciones que componen la oferta educativa regional.

A pesar de los esfuerzos por permanecer y continuar con sus estudios, muchos estudiantes se ven asediados por los costos que eso implica y deben hacer un paso al costado si no encuentran un apoyo económico o una salida laboral compatible con los horarios académicos.

En ese marco, el Instituto de Estadísticas del Defensor del Pueblo publicó el informe 2019 que analiza los costos que deben afrontar los estudiantes del interior y de otras provincias para poder cursar su educación superior en la Capital cordobesa.

De acuerdo a los datos relevados a noviembre de 2019, para que un estudiante cubra sus necesidades mínimas debe contar al menos con $ 16.451. De esta forma, la sumatoria total de los gatos en alimentos, vivienda, educación, transporte, esparcimiento, indumentaria e higiene implicó una suba interanual del 61% en comparación a igual mes de 2018.

Tomando en cuenta los rubros alimentos, vivienda, educación, transporte, esparcimiento, indumentaria e higiene, el INDEP configuró cuatro perfiles de gastos que van desde el más “austero” a otros más “holgados”.

El perfil de consumo N° 1 implica un costo de al menos $ 16.451,45. En este caso, se trata del modelo de consumo más “austero” que posee las siguientes características de análisis: asiste a una universidad pública, dispone del Boleto Educativo Gratuito (BEG), y cuenta con la posibilidad de almorzar en el Comedor Universitario. Por otra parte, habita en una residencia universitaria, no abona servicios y no posee gastos de productos de limpieza para el hogar. En materia de compras, invierte en elementos de higiene personal, compra una prenda de vestir cada tres meses, cuenta con celular prepago y participa de algunas reuniones con amigos.

Luego se encuentran los perfiles N° 2 ($ 17.472,67) y N° 3 ($ 33.390,22) que son los más representativos, en promedio ($ 25.431,44), y en los cuales se tienen en cuenta gastos de alquiler (compartido o individual), pagos de servicios (telefonía, Internet, etc) e incrementos en los gastos de alimentación, esparcimiento, higiene, vestimenta y transporte.

El perfil de consumo más “holgado” alcanza los $ 54.109, 35 y es el más elevado. El rubro de gran diferencia, en este caso, es el de educación, ya que se tiene en cuenta la asistencia a una institución privada por lo que se debe sumar al total de gasto el pago de una cuota. Tiene importantes gastos en esparcimiento (reuniones, salidas a boliches, recitales y cancha, etc.), transporte (vehículo privado, taxi, transporte urbano) indumentaria, y servicios.

“Sin dudas la inflación impacto de una u otra forma en cada uno de los perfiles a analizar de acuerdo a las variables. La alimentación se ha elevado sustancialmente por arriba del 50% con respecto a 2018”, afirmó Verónica Fernández Lipari, subsecretaría del instituto de estadísticas, en diálogo con La Nueva Mañana .

Alimentos y vivienda en tiempos de crisis

De acuerdo a estos valores aportados por el Indep, un estudiante entre 18 y 29 años necesita un mínimo de $ 4.336 por mes para cubrir sus gastos básicos en alimentación y satisfacer las necesidades nutricionales esenciales (Canasta Básica Alimentaria). Esto representa un 51,40%  más de lo que se requería en noviembre de 2018 para cubrir los costos mínimos. En términos absolutos, la diferencia representa $ 1.472,05.  

En el caso de los estudiantes de la UNC, existe la posibilidad de almorzar en el Comedor Universitario en época de clases y de lunes a viernes (excepto feriados) a $ 4 de acuerdo a la disponibilidad de raciones y horarios preestablecidos.

Respecto a los costos de vivienda, se presentan dos posibles opciones: el alquiler de un departamento de un dormitorio ubicado en zonas de alta concentración de universitarios, y la alternativa de una habitación en una residencia estudiantil.

Hay un gran porcentaje de estudiantes que deciden residir en barrios como Nueva Córdoba, Iponá, Güemes, Jardín, Alberdi y Centro por su proximidad a los centros de estudio y los lugares de esparcimiento. En este caso se deben contemplar conceptos como expensas, impuestos y servicios básicos.

Sumando estos gastos, mantener un departamento en Nueva Córdoba asciende a un promedio de $ 16.325 por mes. En los otros barrios considerados, el gasto estimado es de $ 13.101. La comparación arroja una diferencia del 25%, según la zona. Además, alquilar en Nueva Córdoba es un 32% más caro que los precios constatados en el 2018. En los otros barrios el incremento interanual es del 19% promedio.

La representante de Indep aseguró que los costos sufrirán una actualización en los próximos meses aunque indicó que “es muy pronto para analizar cuáles serán los porcentajes de incremento”. “Hubo un recambio de Gobierno y se implementarán nuevas políticas que tendrán un determinado impacto social. Hay que evaluar cuál será el precio del dólar y su efecto en los valores alquileres. Sin embargo, en febrero siempre suele haber un ajuste de precios por cuestiones de oferta y demanda”, remarcó.

Asimismo, está la opción de las residencias estudiantiles cuyos precios promedios mensuales se estiman entre los $ 7.300 y $ 9.516. Estos costos varían también según los servicios y el equipamiento que disponen (Internet, living, sala de estudios, aireacondicionado, etc.). En el último año, los costos aumentaron un 63%.

Números con rostros

Cada año llegan cerca de 35.000 ingresantes para acceder a la amplia oferta de educación universitaria y de nivel superior que ofrece la Capital provincial. A ellos se suman unos 100.000 estudiantes que ya se encuentran residiendo en la ciudad. Muchos de ellos fueron protagonistas de cómo la crisis puso en jaque la continuidad de sus carreras.

Ariel (Ciencias Biológicas - UNC) relató a La Nueva Mañana que en los últimos meses decidió dejar de acceder a ciertos servicios para evitar aumentar los costos. 

“Bajé el nivel de vida para no aumentar los costos. El año pasado vivía solo en el centro, y actualmente estoy compartiendo un departamento en barrio ipona. En cuanto a alimentación, accedo a menos comidas y de más baja calidad y variedad. Y en esparcimiento, con salidas más esporádicas”, señaló. Sus gastos totales superan los $ 11.000 si tiene en cuenta los gastos mínimos. “Voy al Comedor Universitario y leo los apuntes desde Internet para ahorrar en compra de libros o fotocopias”, agregó.

Milagros, por su parte, es estudiante de la Tecnicatura Superior en Papiloscopía en una institución privada. Solo para acceder a su formación, sus costos van desde $ 4.300 a $ 14.000 si tiene en cuenta gastos de cuota, matrícula, exámenes y otros conceptos. “Pago $ 8.000 de alquiler en Alberdi y gasto $ 1000 en transporte urbano”, destacó. La joven es oriunda de la localidad de San Francisco y estima que gasta $ 2.500 en transporte interurbano para visitar a sus familiares. En cada viaje trae alimentos que le sirven para cubrir sus necesidades y a eso le suma sólo $ 1.000.

En el caso de Romina (Licenciatura en Sociología y Ciencia Política - UNC) ella llegó a Córdoba proveniente de Neuquén. Durante el periodo de clases, reside en un departamento ubicado en Nueva Córdoba en el que tiene gastos de hasta $ 16.000 entre alquiler, expensas y servicios. “El año pasado con $ 10000 me manejaba bien, ya que con eso también pagaba los servicios. Este año fue imposible mantenerme, y en noviembre gasté $ 18.000”, indicó, a la vez que agregó que decidió comprar los apuntes por unidad ya que no tenía otra posibilidad de acceder a ellos.

Fuente: La Nueva Mañana