El tiro a la hélice es una modalidad de tiro al vuelo que se practica con escopeta en canchas diseñadas para ello y que consiste en abatir un blanco de modo que caiga en el interior de un área determinada. Para algunos, este deporte es exclusivo de hombres, o al menos esa es la creencia que subyace en muchos debido a que dicha disciplina es practicada mayormente por ellos. Lo cierto es que muchas mujeres, y cada vez más, se suman a practicarlo. Como el caso de Daiana Ramírez, que de a poco se va animando y ya planea competir.

Hija y nieta de tiradores, llegó al Club de Cazadores por su familia. Primero, como observadora. Pero al año se calzó la escopeta y empezó a tirar.

"El club lo piso desde que nací prácticamente. Mi papá y mi abuelo tiran, vengo de familia de cazadores, entonces era muy habitual ir al Club de Cazadores a tirar o directamente al campo, antes era todos los domingos. Pero a mí como que me hacían a un lado, yo era la nena a la que había que cuidar. Por eso a veces directamente no iba, me quedaba con mis abuelas o mis tías. Pero era frecuente ver que llegaban del campo con las escopetas, los cartuchos. Y los días de lluvia que no se salía había que cargar cartuchos", recordó la joven. 

Y agregó: "La cuestión viene de chiquita. Era habitual ir al club, tengo muchos recuerdos, por ejemplo de ir y jugar en la placita. Y así empecé, de a poco, a tenerle respeto al uso y manejo de la escopeta y a tirar. '¿Querés tirar?' 'Dale'. Tiraba, no le pegaba a nada, pero era la sensación de calzar la escopeta", graficó.

De la familia, la única mujer que se animó a esta disciplina fue ella. Su abuela quiso hacerlo una vez, pero después se arrepintió.

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Primeras competencias

El año pasado, Ramírez tuvo su primera competencia. Incentivada por su papá se anotó en una fecha de un de los torneos. "Un amigo de mi papá, que es tirador, le insistía que me anotara, que me prestara la escopeta, mi papá no tuvo escapatoria y me anotó", contó.

Esa fue su primera participación. 

"Fui de caradura. Esa fue la primera vez que me puse las orejeras, el chaleco, los anteojos y tiré. Después se anotó otra chica y dije ‘acá hay competencia’", rememoró. Si bien en ese campeonato salió tercera, le sirvió para aprender. Y mejor aún, para darse cuenta de que el tiro a la hélice era algo que quería hacer.

Después de ese torneo no volvió a competir hasta hace unos días y le fue un poco mejor. "Ese fin de semana, un amigo de Morteros me dijo que había un torneo en Freyre, y le dije a mi papá de ir para ir a ver. Me dijo 'anótate, llevate la escopeta y los cartuchos'. Y me convenció dándome algunas técnicas sobre cómo debía pararme, cómo apoyar la escopeta, tener en cuenta el viento, cambiar la culata de la escopeta y demás". Así logró el primer premio en la categoría "Damas".

Va por más 

La apuesta fuerte será para Ramírez el próximo año. Su objetivo, poder participar de un torneo. "No es de mucho interés cómo salgo, sino agarrar confianza, estrategia, posición técnica, para el año que viene encarar el torneo. Mi idea por ahora es seguir yendo. Se hace un torneo de verano y después en febrero o marzo arranca el torneo anual. Estaría bueno poder ir sumando puntos y competir", sostuvo.

Y agregó: "El año que viene, si puedo, me gustaría encarar el campeonato, no sé si en las mejores posiciones pero estar adentro. Llegar y que digan 'ahí viene la de San Francisco', ser reconocida regionalmente. Y después de a poco con las prácticas, si se puede, llegar a ganar".

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Más mujeres, el deseo

Para la joven sería importante que se sumen mujeres al deporte, para poder tener competencia. "Estaría buenísimo que haya más mujeres en el club, armar equipos e ir a la zona a competir. Todavía se ve al tiro como un deporte masculino, pero salís de San Francisco y te das cuenta que no, que hay muchísimas chicas tirando". 

En su caso, negó haberse sentido incómoda en un ambiente principalmente masculino: "No me sentí incómoda, ni rara, yo soy muy habitué. Es muy habitual estar entre los hombres, entre los tiradores. Y para ellos también estar entre mujeres, porque van sus esposas que a lo mejor también tiran pero no compiten. O sus hijas. Entonces es un ámbito muy familiar. Los clubes tienen asadores, los torneos arrancan temprano y terminan de noche, se pasa todo el día".

En ese sentido, alentó: "Yo les diría a las mujeres que no tengan miedo, que en todo deporte se empieza de cero".