Amalia (53 años), la empleada doméstica de la escribana pública Gabriela Gianoglio, se encontraba desempeñando tareas de limpieza en la vivienda de calle Castelli y Moreno cuando vio por una ventana a una mujer que observaba insistentemente su motocicleta estacionada en la vereda de la casa. Temió que pudiera ser robada por lo que decidió entrarla al garaje. Fue en ese instante que dos mujeres la sorprendieron, una de ellas con un arma de fuego, y la obligaron a ingresar al domicilio. Así se iniciaba el cuantioso robo a la casa de barrio Vélez Sarsfield que motivó un intenso operativo policial que hasta el momento no tuvo resultados positivos.  

Según información exclusiva a la que accedió El Periódico, la propietaria de la vivienda se había retirado de su hogar a las 8.20, y allí quedaron su hija de 11 años y la empleada doméstica.

Luego del ingreso de la moto y de las presuntas ladronas, una de éstas redujo a la empleada mientras que la otra fue a despertar a la menor, para también -bajo amenazas- pedirle que le indique dónde guardaba el dinero su madre.

Aparentemente, según la información policial a la que accedió este medio, el dinero se hallaba un cajón de un mueble. Finalmente, las asaltantes se llevaron varios miles de pesos y una cifra menor en dólares. Además, con el apoyo de un automóvil que aguardaba en las inmediaciones, también robaron un televisor 42 pulgadas, una notebook y tres celulares a los que previamente les quitaron los chips para evitar ser ubicadas con el GPS.

Momentos más tarde, las víctimas alertaron a la Policía que motivó un intenso operativo que hasta el momento no tuvo resultados positivos. Luego intervino la fiscalía a cargo de Oscar Gieco.