Los tiempos de Liga Amateur traen sin lugar a dudas grandes recuerdos a la memoria de los futboleros de la ciudad. Principalmente aquellos que hoy peinan canas y que pudieron disfrutar de la mejor época del fútbol sanfrancisqueño, semillero de grandes jugadores que luego brillaron en equipos de primera división.

Es el caso de Sud América, uno de los clubes más recordados de los años 80, que logró demostrar un gran juego y atraer a una gran cantidad de gente que quería, precisamente, verlos jugar. No solo lo hacían bien, también fue un gran grupo humano que en la actualidad –alrededor de 30 años después- siguen siendo amigos y reuniéndose con frecuencia.

El Periódico se encontró con esta generación que aún permanece en el recuerdo de muchos y en un lugar muy particular: donde estaba la vieja cancha del club, ubicada sobre avenida Güemes, en el límite al barrio Maipú. Cualquiera que pase desprevenido verá los pastizales altos y una hilera de eucaliptos que nada podrá significarle, pero esos grandes árboles cercaban lo que era la vieja cancha de Sud América, la que se llenaba cada sábado.

Un gran equipo, pero también un gran grupo

José Castro, Daniel Dell’Avazantto, Jorge Barovero, Jorge Antolini y José Mare contaron algunos detalles del club que fue fundado por los hermanos Lionel y “Pochi” Marchesini. “Gracias a ellos nosotros tuvimos la oportunidad no solo de jugar sino también de divertirnos y formar un grupo extraordinario como el que tenemos actualmente”, explicó Mare.

“Los recuerdos son muy felices por los momentos que hemos compartidos y que seguimos compartiendo, porque lo más hermoso del fútbol es la amistad y de tratar de jugar bien, que de eso se trataba Sud América”, dijo Barovero.

Mientras que Antolini, el DT en aquella época, agregó: “A esta altura de nuestra vida estar tan unidos para mi es una gran satisfacción, a todos estos pibes yo los he guiado como técnico, como jugador he pasado por varios clubes principalmente en La Milka, pero para mí el equipo ideal sigue siendo Sud América”.

“La cancha de Sud América estaba mejor que la de Sportivo. El plantel de Sportivo de la Liga Cordobesa venía a entrenar acá”, recordaron.

Campeón, subcampeón y una época sin violencia

Castro, padre el reconocido ex jugador de Sportivo “Loli” Castro, jugó desde el año 85 hasta el 89, desde la época de juveniles hasta llegar a la primera, siendo uno de los grandes jugadores que dio el club. “En el 86 perdimos la final con Iturraspe, en el 88 salimos campeones y en el 89 fuimos subcampeones”, dijo Castro. “En realidad en el 89 también podríamos haber sido campeones porque le ganamos a La Milka -que también peleaba el campeonato- en la penúltima fecha, pero nos sacaron los puntos por la inclusión de un jugar suspendido”, agregó Mare.

“Este es el mejor grupo que conformé en mi vida porque todavía nos juntamos rememorando esos campeonatos”, dijo Mare.

“Siempre hubo buenos jugadores en Sud América, se jugaba con alambrado común y había cuatro o cinco hileras de personas viendo el partido, era asombroso ver la pasión que había. Sí pudo haber algún hecho de que alguien entre a la cancha pero en general nunca pasaba nada, la gente alentaba a su equipo. Acá venían a jugar jugadores de Córdoba, Santa Fe, Rafaela. Después yo me fui a jugar afuera muchos años y volví estando en Atlético Rafaela, compartí los mejores momentos porque el grupo de gente que había eran chicos bárbaros, muy buena gente y que trataban muy bien a la pelota”, rememoró Barovero.

Sud América, el club que no tenía hinchada pero jugaba a cancha llena
Recorte de 1988 del diario La Voz de San Justo.

Sin hinchada, pero a cancha llena

“Sud América no tenía esa barriada como la tenía por ejemplo La Milka o Iturraspe. Pero siempre tuvo gente que trabajó para que llegara a permanecer y culminara con aquellos años del 89. Nosotros jugábamos con la cancha llena, siempre, pero no eran hinchas del club. En realidad teníamos un solo hincha que era Don Samuesky, que nos seguía a todos lados con la bicicleta. Hoy tiene cerca de 90 años y actualmente sigue a Antártida Argentina”, expresaron.

“Mucho tenía que ver Marchesini porque buscaba buenos jugadores, pero sobre todo buenas personas y eso caracterizó al grupo. Era un don que tenía para encontrar a esos jugadores porque casi no había charla técnica. Fue mucho mérito de él y mucho trabajo. Beltramino también fue un gran colaborador. Dejaban muchas horas de su familia y de su trabajo para estar con nosotros”, indicaron.

“Yo recuerdo mucho al señor Toledo, un rosarino hincha de Central, un hombre de bien que nos hablaba de fútbol y de la vida, nos aconsejaba mucho para que seamos hombres de bien”, indicó Barovero sobre uno de los formadores.

¿Qué pasó después?

“Cuando se reestructura la AFA mueren estas ligas, mueren todos estos clubes. Las ligas del interior -como la Liga Cordobesa- eran muy fuertes y los equipos llegaban desde ahí para jugar los Nacionales. Ahora los equipos tienen que recorrer 20 mil kilómetros al año para jugar por todo el país, como Sportivo, es tremendamente difícil. Así se fueron murieron las ligas del interior”, explicaron.

“La AFA mató al futbol del interior porque empezaron a recaudar dinero. La gente aportaba y colaboraba, pero ya no llegaba al importe que fijaba la AFA para participar en la Liga Regional por ejemplo, y ahí se vino todo abajo. Fueron desapareciendo varios clubes. Quedaron los más fuertes pero con el tiempo también fueron desapareciendo”, agregó Antolini.

“Fue muy destructivo, porque la Liga Amateur sacaba jugadores para las ligas y clubes más grandes como Unión de San Vicente, Sportivo, Las Palmas. Y la Liga Cordobesa era tan fuerte que acá venían Talleres y Belgrano con los mejores jugadores: Ardiles, Kempes, campeones del mundo. Cuando fueron por todo se acabó”, sentenció Barovero.

“En San Francisco los clubes que quedaron tenían que jugar en la Liga Regional, Sud América se tuvo que juntar con Sáenz Peña y formó lo que era Unión Vecinal, era muy difícil en lo económico y terminó desapareciendo”, cerró Castro.