Gabriel Oyola vuelve calzarse la camiseta de Talleres, pero esta vez como coordinador de la Escuela de Formación que la “T” tiene en San Francisco a través de la Filial. El DT dialogó con El Periódico, repasó su carrera, su paso por Italia, las lesiones que lo alejaron de la actividad y su regreso a la ciudad para jugar en Antártida.

Además, Oyola contó las sensaciones de volver a ser parte del “club de sus amores” con un proyecto que tiene grandes aspiraciones en el fútbol local.

- Hace un tiempo estabas en los planes de Talleres.

Hace desde el año pasado que estoy, me llamaron para dirigir el Nacional de Baby de este año. Empecé a buscar chicos, a ponernos de acuerdo, moverme y traerlos para el Nacional. Nos fue muy bien, fue mejor que el año pasado donde llegaron a octavos de final porque este año llegamos a cuartos y perdimos con Iturraspe, el campeón. La intención es siempre ir escalando para llegar al objetivo que es mostrar a los chicos y a nuestra escuela.

- Pero ahora vas a ser coordinador.

Sí, me alejé por problema familiares, pero me llamaron de nuevo hace un mes. Tuvimos una larga charla, me presentaron este proyecto que es profesionalizar más a la escuela y darle un perfil competitivo al proyecto para arrancar a jugar la Liga Juvenil con tres categorías. No es el único, queremos trabajar con futsal también, hay muchos proyectos y estamos muy contentos.

- ¿Qué significa volver a estar vinculado a Talleres?

Es una alegría enorme porque estoy identificado con Talleres, más allá de que soy un tipo de perfil bajo, no me gusta mostrarme ni figurar. Trato de aprovechar las oportunidades que se me presentan. Esta posibilidad de coordinar la escuela es un desafío porque pasa todo por vos, no es fácil, hay que ir de a poquito, trayendo cada vez más chicos. Con este proyecto de armar equipos para la Liga Juvenil se nos va a dar la posibilidad de traer más jugadores y pelear con otros esquipo para darle un perfil competitivo es algo muy lindo.

¿Extrañás el fútbol?

Sí. Desde los 8 años que empecé a jugar en 2 de Abril, después en Sportivo, inferiores en Talleres. Me ha dado todo y me ha enseñado todo, fue mi vida. Después me he ido y volví dos veces en 2005-2006 y 2008-2009. Me pone muy contento y me alegra trabajar con Talleres, saber que tengo las puertas abiertas en Córdoba también.

- Tuviste una larga y extraña carrera. ¿Qué experiencia te dejó?

Fui aprendiendo años tras año, club tras club, obviamente tuve diferentes técnicos y eso hace que esté más atento a los trabajos, las charlas, las convivencias de vestuario con jugadores de experiencia como Julián Maidana, Víctor Sotomayor, el mismo Diego Garay, Albornoz, equipos extraordinarios como el del 99 y siendo muy chico viví cosas muy lindas con esos equipos porque yo estaba en reserva y presenciaba las charlas, los entrenamientos.

- ¿Qué recordás de tu paso por Italia?

Fue divertirme, la pasaba bien, no lo tomaba como un trabajo. Se me fue dando, salté muchas categorías en la Argentina hasta llegar a hacer la pretemporada con primera en Talleres y después pasé a Italia, al Parma. Fue una vida extraordinaria convivir con jugadores como Nakata, Adriano, Junior, Tafarel, que uno se va dando cuenta después la clase de jugadores que eran. Los hermanos Fabio y Paolo Cannavaro, Gilardino, Bonera, y tantos jugadores con los que la he pasado muy bien.

Gabriel Oyola: la vida lo devolvió a Talleres, su casa
Gabriel Oyola en Parma.

- ¿Y qué pasó después?

Lamentablemente pasó algo trágico. Se fundió la empresa Parmalart -porque había otros negocios atrás- y nos mandaron a todos a préstamo. Yo quería volverme a la Argentina y hacerme un nombre en Primera y ellos no querían, me querían ceder a una Serie B. La única forma de volver era dándome el pase. Son cosas de cuando uno era chico, tomar decisiones apresuradas, me quedaban 3 años, saqué rápido el pase porque nos debían premios de Copa UEFA y sueldos, y me volví, después las cosas no se me dieron como esperaba porque se me hizo difícil adaptarme acá.

Me surgió la posibilidad de Huracán de Tres Arroyos, pero estuve 6 meses sin jugar porque no me llegó el transfer y eso hizo que baje de categoría porque no estaba en competencia.

Después siempre estuve en Nacional B, Ferro, Talleres, Costa Rica, ahí me lesiono y me rescinden el contrato por cláusula. Vuelvo a Talleres de nuevo, fue un año de mucha lucha por el descenso porque cuando me fui de Talleres habíamos perdido la final con Chicago, pero lo habíamos dejado bien parado, con buenos puntos y al otro año hicieron una mala campaña. Cuando vuelvo de Costa Rica a Talleres, con Maidana, Lussehoff, Buffarini, había buen equipo, no salvamos, le ganamos a Racing de Córdoba por la permanencia.

Después no llego a un acuerdo con el presidente, el mexicano Ahumada, y me voy a Olimpo, ese año Talleres desciende. Yo lo vi por tele, me costó, fue muy feo, uno siendo hincha, vivirlo por tele fue muy feo. Lo lloré.

Después me Sportivo Italiano 6 meses con lesiones, me recuperé en Talleres con Pablo Renzi, que me rehabilitó y me sacó adelante. Esos últimos años con lesiones tras lesiones anímicamente me fui cayendo, todo eso se va acumulando con malos años y terminé jugando en Las Parejas porque ya no me quería ir mas de San Francisco, me cansé de viajar, por la familia, me llamaron de Desamparados pero me quedé en Las Parejas. En el segundo partido me rompo los cruzados y esa fue la gota que rebalsó el vaso, no juego más, me cansé de las lesiones.

Me recupere en San Francisco, con Boretti y Gallo. Me sacaron adelante y ahí me habló “batato” Pedrone para ir a Antártida…

- Después de un paso por varios clubes y divisiones recalaste en Antártida: ¿qué fue para vos?

Fue renacer. Gracias a Dios volví a uno de los clubes que uno siempre anheló, por mi tío Juan Oyola, por mi hermano Gonzalo que también jugó ahí, siempre decía que si volvía a San Francisco quería jugar en Antártida y se me dio. Estuve cinco años maravillosos donde pasé cosas lindas, momentos feos también, pero son cosas que tiene la vida y el fútbol. En Antártida reviví porque tenía pensado no jugar más. Que me vuelvan a hablar para jugar me levantó el ánimo. Fue muy lindo.

¿Qué técnico te marcó en tu carrera?

El “Chulo” Rivoira en Ferro. He tenido técnicos como Gareca, Comizzo, pero como Rivoira ninguno. Me sorprendió su carácter y su forma de trabajo, en los entrenamientos era muy exigente por eso ascendió con varios clubes. Además era muy correcto.

Verón, Riquelme y el “profe” Tafarel

“En una oportunidad fuimos a un cuadrangular amistoso en la cancha del Ajax con Barcelona, Ajax, Manchester United y nosotros (Parma). Ahí conocí a Riquelme, Saviola, Beckham, Verón”, indicó.

“Mi representante tenía un amigo en común con ellos, yo era muy chico y Verón me vino a hablar, me abrazó y me saludó, recuerdo que una de las cosas que me dijo fue ‘Gabi aguantá en Europa y no te vayas, no quieras volver”. Con Riquelme también, pero él siempre perfil bajo, nos saludamos”, explicó.

Además, contó que el Parma su “profesor” de italiana era el arquero brasilero Tafarel. “Él hablaba mucho español porque era muy amigo de Almeyda y Tafarel era el que me enseñaba un poco de italiano, después fui aprendiendo a escuchar hablar a los compañeros”, contó.