Este viernes 27 llega a su fin la campaña solidaria “Mesa digna” que desde el mes de abril se lleva a cabo en la plaza General Paz por la iniciativa de la Red Solidaria San Francisco y que ayudó a paliar el hambre de decenas de personas en situación de calle y necesidad.

Fueron 28 viernes ininterrumpidos en el que gastronómicos, grupos de amigos y artistas colaboraron con le Red local para que los más necesitados tengan acceso no solo a una cena digna, sino también para que puedan contar con ropa y frazadas y puedan, además, pasar un grato momento para afrontar el duro invierno.

El comienzo

La primera fecha de la “Mesa digna” enmarcada en la campaña “Frío Cero” de la Red Solidaria a nivel nacional, comenzó un viernes 26 de abril con solo ocho personas en situación de calle. Con el paso de las semanas se fueron sumando distintas realidades.

A solo dos meses de iniciada la “mesa”, ya asistían 30 personas y en julio superaban las 50. Ya no se trataba de hombres solos en situación de calle, sino de mujeres con varios hijos y en algunos casos, familias enteras.

Desde un comienzo siempre hubo corazones solidarios que se acercaban a la plaza para llevar donaciones como frazadas, sábanas, toallas y ropa de abrigo para aportar al “ropero solidario”. Y también empresarios gastronómicos, peñas de fútbol y grupos de amigos y amigas, que donaban su tiempo para cocinar distintas exquisiteces.   

Muchas historias

En medio del desarrollo de la “Mesa digna” se dieron a conocer distintas historias de superación de personas que vivían en situación de calle y gracias al aliento de los colaboradores de la Red se animaron a modificar sus vidas.

Entre ellos se encuentran Miguel Ayala que dormía a la intemperie y tras un seguimiento y la insistencia de las mujeres del grupo solidario lo alentaron a que se mude al sur para tener una mejor vida junto a su hijo y la familia de éste.

También las historias de Aníbal Godino y Claudio Ramos que fueron noticia cuando decidieron comenzar a lavar autos frente a la Iglesia Catedral, lugar donde dormían por la noche y gracias al proyecto dejaron la calle para comenzar a vivir dignamente en un departamento que alquilan. Los dos retomaron sus estudios y buscan superarse diariamente.