Una mujer policía que se desempeña en la comisaría de Arroyito denunció ante el Tribunal de Conducta Policial de Córdoba, a su superior, el comisario Jorge Adrián Camaño, por acoso sexual y maltrato laboral.

“En una oportunidad, encontrándose en el Centro de Control Operativo (CCO), (el comisario Jorge Adrián) Camaño se toma los genitales, frotándoselos, y me dice ‘qué ganas de ponerla, vamos un ratito para la pieza’, (en referencia al lugar en donde duerme y vive en la comisaría y que queda cercano al CCO). Ante semejante manifestación quedé exhorta y sin respuesta alguna. Me quedé callada y nada dije, porque una no sabe qué hacer en estas circunstancias, cuando los que comandan hacen esto y ostentan poder (…)”. El crudo relato, forma parte de la denuncia administrativa que realizó la cabo 1°, Paola Silvina López el viernes último, ante el Tribunal de Conducta Policial de Córdoba, según revela el portal En redacción.

López y Camaño forman parte del personal de la comisaría de Arroyito, en el Departamento San Justo. Los hechos que reveló la policía se sucedieron a partir del mes de mayo de este año y se han extendido, con el agregado de maltrato laboral, hasta el presente, según el escrito.

Por su parte, la policía pidió seguir trabajando en Arroyito y en la misma situación actual, “ya que fácil sería que renuncie y termine siendo la parte perjudicada”.

Otros hechos

López está patrocinada por el abogado Norberto Vaca. La cabo 1° tiene nueve años de antigüedad en la fuerza policial y desde siempre ha estado en Arroyito. Señala que posee “un legajo intachable y calificaciones anuales dignas de un efectivo policial comprometido con la institución y la función”.

Actualmente cumple funciones como personal de la Oficina de Libros de la Comisaría de Distrito.

También la mujer relató otro episodio: “(…) Cuando baja de la escalera que comunica el Centro de Control Operativo y la Sala de guardia de la Comisaría, se presenta Camaño y me da paso para que lo haga yo primero, le doy las gracias y me dice: ‘…y todo eso… ¿quién se lo come?, lo podría compartir conmigo. ¿Sabés lo contenta que te pondrías?’ En esta oportunidad, tampoco dije nada. Solo saber la humillación que pasé y no saber qué hacer, porque es denigrante ser tratada de esta forma y ante mucho personal policial, incluso civiles y judiciales”.

Sin embargo, de acuerdo a la denuncia, la persecución continuó: “Sin dudas, al no lograr el cometido, este oficial jefe siguió e incluso incrementó el índice de acoso, a tal punto que un día, me dijo que tenía los pantalones ajustados y dijo: ‘Mirá que es grande eso, hay que aguantársela’. Todo ello con cierta impunidad y al frente de diversos compañeros que le festejan los chistes, algunos para no tener problemas y otros porque piensa igual, cosificando a una mujer policía y madre de una niña de cuatro años que sufre diariamente los trastornos que padezco por el accionar del oficial jefe”.

Camaño llegó este año a la comisaría de Arroyito procediente de la comisaría de Balnearia.