Este domingo 28 de julio a las 18 inaugurarán tres muestra en el Museo de la Ciudad. Así, Adoriz Bono expondrá esculturas, Santiago Paviotti, acuarelas y María Cecilia Barberis, pinturas.

Las muestras se podrán visitar de lunes a viernes de 8 a 12 y de 16.30 a 19. También los domingos de 17 a 19.

Sobre los expositores

Adoriz Bono se inició en la cerámica hace aproximadamente 30 años. A partir de entonces realizó una importante tarea de investigación en la elaboración de diferentes pastas artesanales.

Trabaja especialmente con los barros rojos, utilizando arcilla de San Francisco, analizando los distintos óxidos que contienen según la temperatura.

Dictó cursos de cerámica (Rakú) y expuso en la ciudad y en la región. reó un taller de cerámica para niños y adultos. Participó en la creación del "Grupo Intihuasi", con ceramistas que trabajaban con hornos a leña, haciendo exposiciones didácticas difundiendo el trabajo artesanal con arcillas locales, elaboración de esmaltes y manejo y construcción del horno.

Continúa trabajando con su horno original (primero de la zona), difundiendo la cerámica artesanal al alcance de todos.

Realizó exposiciones individuales y colectivas en San Francisco, Córdoba, Buenos Aires, Morteros, Rafaela, Río Cuarto, Brinkmann, Devoto, Las Varas, La Francia, Las Varillas, entre otros lugares.

María Cecilia Barberis por su parte nació en San Francisco. Durante su niñez comenzó a manifestar el Síndrome de Tourette, lo que no fue impedimento para desarrollar su capacidad para el dibujo y la pintura.

Durante un largo período de tiempo quedó dormido tan preciado talento hasta que, 18 años atrás, la invitaron a visitar un taller de artes visuales donde recordó con nostalgia las clases de pintura vivenciadas en un momento ya tan lejano. Fue allí donde comenzó a dar rienda suelta a su creatividad.

Es autodidacta, tomó clases en diferentes cursos y seminarios para perfeccionar la técnica como artista. Participó en muestras colectivas en la ciudad de Córdoba, y también expuso en las ferias de artesanos de Carlos Paz y San Francisco.

Por último, Santiago Paviotti se dedicó a la pintura de acuarelas luego de una vida dedicada a la profesión de "médico de niños”.

Fueron dos las escuelas de instrucción: la de inicio “Bubaje”, donde se abonó la voluntad, y luego empezó la cosecha con la creatividad y técnica permitida por la reserva individual y el empeño docente.