San Isidro encara una etapa de renovación de su plantel tras haberse consagrado campeón de la Conferencia Norte y subcampeón de la categoría en la temporada pasada. En ese marco la mayoría de los jugadores, excepto Hans Feder Ponce, no seguirán vistiendo la camiseta "santa".

González es uno de los que no renovará contrato tras ser notificado que no está en los planes del entrenador Sebastián Torre. El pivot santafesino militó en San Isidro por tres temporadas y en 2016/2017 fue elegido como MVP.

En 2018 tuvo una grave lesión que lo marginó de las canchas por varios meses, tras la recuperación afrontó la pretemporada y pudo jugar casi todos los partidos, aunque le costó volver a encontrar su nivel.

En diálogo con El Periódico, el jugador contó sus sensaciones luego de conocer la decisión del entrenador. González se mostró muy agradecido con la institución y destacó que en su paso por San Francisco fue "muy feliz".

¿Te toma por sorpresa esta decisión?

No, no me toma por sorpresa, hace varios años que uno está en este trabajo y uno sabe las reglas del juego. A  veces formás parte de una continuidad y veces no. Me tocó estar en la continuidad de Julián Pagura, me tocó firmar por dos años, con lo cual estuve también en esta etapa de Sebastián Torre y ahora no me toca continuar. Cuando fueron pasando los días, después de lo que fueron las finales con Platense, que para mí fue muy doloroso haber perdido la serie, ese quinto partido fue un momento de mucha angustia. Me tomé vacaciones con mi familia y cuando fueron pasando los días no había ningún mensaje en el teléfono, intuía que la continuidad iba a ser difícil. 

"Me hubiese gustado seguir pero sabemos que en este trabajo uno puede continuar o no en el club como me tocó en otra etapa...", dijo el jugador.

Pensando en tu familia, ¿cambiar de horizonte será algo complicado para ellos también?, ¿habías encontrado tu lugar en San Francisco?

Después de tres años habiendo encontrado una cierta comodidad familiar siempre seduce el hecho de quedarse, mi hijo está escolarizado, mi señora tiene trabajo gracias a Dios y yo en el club estaba bien y me sentía cómodo. Pero uno sabe que este trabajo es así y te lleva a ser un poco nómade y cuando encontrás comodidad después de tantos años se hace difícil irse. La mayoría de los jugadores están en un club un año y eso hace mas fácil la decisión de irse, me ha tocado estar en otros lugares tres o dos años y siempre es difícil irme de un lugar donde te han tratado bien y te has sentido cómodo, esta no es la excepción y por eso cuesta alejarse, pero lo tomo desde un lugar de trabajo y donde las reglas del juego son así. Ahora a buscar nuevos horizontes con la familia.

Fuiste de menor a mayor en cuanto a rendimiento en la temporada. ¿Considerás que necesitabas que te respalden una temporada más para volver a tener ese gran nivel que tuviste en temporadas anteriores?

No sé si tiene que ver con ratificar mi nivel, los entrenadores tienen en la cabeza diferentes opciones para armar el equipo, distintos jugadores y en base a eso se va a armando el plantel, y yo no estaba dentro de los planes. Sé que personalmente este fue un año durísimo en el cual tuve el gran desafío de volver al ruedo después de una lesión durísima que me tocó atravesar y creo que lo hice de la mejor manera y lo hice lo mejor que pude con la ayuda de Daniel Pérez y Martín Verra. Logré el objetivo que era jugar todo el año, me perdí un solo partido. Para mí fue un gran logro, le metí muchísimo esfuerzo y muchísima dedicación, por eso no tengo nada que reprocharme y no tengo dudas que este nivel es un punto de partida para la próxima temporada y mostrar un mejor nivel. Estoy seguro que va a ser así y va a ser en otro lugar...

González disputó 59 partidos en la temporada 2018/2019 y solo se perdió un juego. Anotó 399 puntos, un promedio de 6,7 por partido y 7 rebotes. Estuvo alrededor de 20 minutos en cancha en cada juego.

¿Qué te deja tu paso por San Isidro?

El paso por San Isidro y San Francisco desde todo punto de vista ha sido muy positivo, tanto personal, deportivamente como familiar. Hemos encontrado un lugar donde nos recibieron con los brazos abiertos, nos han dado la posibilidad de trabajo para mí y mi mujer, siempre tratando de buscar lo mejor para nosotros y eso se recibió de muy buena manera. Cuando me tocó atravesar el momento duro de la lesión tuve mucho respaldo de la institución y eso hizo que haya sido un paso muy lindo por mi carrera y muy lindo como familia para nosotros. He cosechado grandes cosas de forma individual como colectiva. Me voy con esa espina clavada de no haber tenido la revancha para lograr el ascenso con el club, pero uno quiere lo ideal y aveces lo ideal no existe. Me voy muy contento porque tuve un muy lindo paso por la ciudad, estamos contentos por lo vivido y muy agradecido a la gente de la ciudad como del club.

¿Qué mensaje le podés dar al hincha?

Al hincha agradecerle porque con el paso del tiempo, estos años, la gente empezó a ir mas a la cancha a apoyar al equipo, pero que lo siga haciendo porque es muy necesario. De este lado les puedo decir que el apoyo del hincha se siente, somos conscientes de que la gente se contagia desde adentro hacia afuera, no hay que esperar de la gente sino que es el jugador el que tiene que mostrar y eso que hace que la gente vaya a la cancha. Ese empuje, esas ganas, esa garra, desde la actitud la gente se contagia. Hay mucha gente que va a la cancha y quizás no sabe mucho de básquet, quizá se contagia con esa actitud que ve reflejada en los jugadores... Decirles que sigan apoyando, que no merme su ida al nido y ojalá que San Isidro este año tenga una buena temporada con el apoyo de ellos. 

Preocuparse por el otro

En el cierre, González habló de su actitud dentro del plantel. El pivot santafesino fue uno de los líderes en el grupo por su predisposición y su buena voluntad con sus compañeros. "Con el paso de la edad uno va aprendiendo muchas cosas, se va formado como jugador y como persona, los valores que uno inculca trata de transmitirlos desde el lugar que le toca. Me voy contento porque he hecho todo lo que está a mi alcance para contagiar al compañero colectivamente, ayudar dentro del grupo al que tenía al lado, soy un convencido de que ayudando al que tenés al lado te potencia el equipo y eso hace que a la hora de jugar partidos y de tener resultados no solo sirve que uno esté bien y tener una buena perfomance individual sino también es mas importante contagiar al que está mal, al que está al lado tuyo, darle una palmada, preguntarle qué le pasa, tratar de que sume para el equipo... Eso lo he llevado siempre a límite y en eso me voy tranquilo, porque en cada año que me tocó vestir esta camiseta esa fue una de mis misiones, es algo que me sale por naturaleza de tratar de estar siempre preocupado por el que tengo al lado. Agradezco a todos y nos volveremos a cruzar cuando venga a jugar como rival", cerró el jugador.